El lugar donde llevó Kamijo a
Flowery estaba muy alejado pero en ningún momento él la bajó e incluso había
partes donde él podía darse el lujo de correr con suma facilidad. La brisa
golpeaba el rostro de la chica lo que a veces cerraba los ojos pero ella se
negaba a hacerlo pues miraba fijamente aquel rostro que la llevaba pensando que
no era posible que se hubiera dejado llevar por un desconocido pero esa mirada
por más aterradora que fuera para ella decía mucho, como si la frialdad en ella
fuera la reminiscencia de la ternura y la sensibilidad que se había perdido
frente a un suceso que habrá marcado la soledad y la tristeza de aquella alma
errante.
Flow se sorprendió mucho al ver
que la había llevado a un gran castillo donde reinaba la frialdad y la
oscuridad. Las puertas tenían un rechinar muy tétrico. El interior estaba
decorado con muebles muy elegantes de maderas finas que combinaban con la
magnificencia de aquella enorme residencia y dejando fuera la frialdad parecía
de cuento de hadas. Kamijo llevó a la chica hasta un sofá de terciopelo rojo
muy cómodo y la recostó en él.
-Quiero que conozcas a alguien-
le dijo a Flow y se marchó.
Al poco tiempo llegó Kamijo junto
a una elegante dama de aspecto más misterioso aún.
-Ella es Jasmine y es como una
hermana para mí.
-Mucho gusto, Kamijo me ha
hablado bastante de usted y por ello tenía mucha curiosidad por conocerla. Se
quedó corto en su descripción pues dijo que era bella pero jamás imagina que lo
sería aún más.
-Mucho gusto, me alaga todo lo
que dice sobre mí pero usted también es muy hermosa.
-Pero usted tiene la lozanía y
candor de la vida…-murmuró al oído a Flowery.
-¿A qué se refiere?
-A nada importante honey… me da
gusto que alguien más viva en nuestra casa.
-Solo lo haré hasta encontrar a
mi hermana.
-Lo sé, mi querido casi hermano
me ha dicho todo sobre ese delicado asunto. Prometo hacer lo posible por
ayudar. Por lo pronto he arreglado una habitación para usted. Sígame de favor.
-Claro.
-Buenas noches bella dama.-le
dijo Kamijo a Flowery quien temerosa y con la voz entrecortada respondió lo
mismo.
La chica iba siguiendo a Jasmine
quien iba iluminando del camino con una vela. Al llegar a una gran puerta la
abrió con una llave de lo que supuso la chica era de bronce por su brillante
tono rojizo y en el interior había una gran habitación con una gran cama
cubierta por colchas de seda y todo con aroma a rosas pues de hecho, la
habitación estaba llena de ellas.
-Kamijo consiguió todas las rosas
para usted. –dijo Jasmine con una sonrisa.
-¡¿En serio?!
-Sí, realmente ha estado muy solo
desde hace mucho tiempo. Se salió de su pueblo por las diferencias que tenían
con otro… él era un Philian.
-Ya lo entiendo, a mí tampoco me
gusta que los Thanatosian peleen con los Philian, me encantaría que algún día
comprendieran que ninguno tienen la verdad absoluta.
-Ni se imaginan que ambas
ideologías están unidas en algo inimaginable…-Jasmine se puso nostálgica.
-¿A qué se refiere?
-Que la muerte y la vida eterna
pueden existir en una misma maldición… pero es muy tarde así que a dormir.
-Buenas noches.
-Hasta mañana.
¿Qué
habrá querido decir Jasmine con eso? ¿Muerte y vida eterna en una misma
maldición? Eso en verdad sería una idea descabellada pues ambas situaciones
eran tan opuestas y por ello había causado problemas entre Thanatosians y
Philians. No comprendía nada sobre esto pero aun así estaba más preocupada por
Vamaranth que por cualquier otra cosa así que no le dio más vueltas al asunto y
se quedó profundamente dormida.
Vamaranth igual solo pensaba en
su hermana y la fuerte preocupación que le estaba dejando pues ya había pasado
todo un día desde que salió de casa aunque estaba más tranquila pues esa mañana
Hizaki había ido a buscarla pero aún no regresaba y eso la ponía un poco
ansiosa. Pasaba el tiempo y no había noticias así que haciendo uso de su
terquedad se volvió a salir de la habitación y a pesar que su tobillo le volvió
a doler no se detuvo y empezó a buscar la puerta pero resbaló y trato de
sujetarse de algo.
-Creo que mi prima le ha dicho
que no debe salir de su cama.- de lo que se había sujetado era de la capa de
Teru quien al ver que se iba a caer la detuvo centímetro antes que tocara el
suelo.
-Lo siento mucho.
-No lo sienta y mejor entienda
que es por su bien.- Teru aún no la soltaba y el corazón de la pobre chica se
había acelerado al estar su cara tan cerca que le de aquel chico de cabello
plateado.
-¡Hola Teru! ¿Pero qué haces?-
Era una señorita desconocida para Vamaranth.
-¡Scarlet! –Teru llevó a un sofá
cercano a Vami. –Hizaki no está en este momento, tuvo que salir.
-No hay problema- aquella chica
miró a Vamaranth con algo de desagrado.-También vine a verte y te traje algunas
galletas hechas por mí y creo que han de saber muy bien acompañadas por el té
de rosas que tanto nos gustan a los Philians…- miró a la chica en el sofá al
decir la última frase.
-Sino te molesta podríamos
esperar a Hizaki.
-Creo que me iré a mi habitación-
comentó Vamaranth.
-Deja la ayudo- respondió Teru.
-Yo puedo sola, sería de mal
gusto que usted deje sola a su amiga por ir a dejar a una desconocida, así que
su permiso me retiro. Vamaranth se fue lentamente hasta su habitación mientras
que Teru la siguió con la mirada hasta que se perdió en la inmensidad de la
casa.
-¿Ella es la Thanatosian que
encontró Hizaki?
-Así es.
-Orgullosa como todos ellos. No
entiendo porque Hiza la habrá traído si bien la pudo llevar a su casa.
-No puede ir a su casa.
-Aun así, ella es Thanatosian y
no puede si quiera venir aquí ¿sabes lo que pasaría si el pueblo se entera que
ella está aquí? Hizaki y tú podrían…
-Yo apoyo a Hizaki en lo que
decida.
-Pero ya se te olvidó lo que los
Thanatosian le hicieron a tu padre…
-No todos deben pagar por los
pecados de unos cuantos; ella seguro era una niña muy pequeña o sino que una
bebé cuando eso pasó. Sé que ese clan no es de fiarse pero ella está realmente
preocupada por su hermana que dejó sola en el bosque cuando Hizaki la trajo que
no creo que sea como los demás.
-¡Todos son iguales! Ella no debe
de ser distinta. Más bien creo que no quieres que sea igual…- la chica agachó
la mirada y una lágrima recorrió su mejilla.
-No llores por favor, solo pido
más tolerancia pues para mi es difícil pensar que una Thanatosian está en mi
casa sin embargo, como ya te dije no tiene la culpa de lo que pasó, es
totalmente ajena y según se ella escapó junto con su hermana porque por fin
descubrió lo que son los verdaderos Thanatosian así que no puede ser mala…
simplemente no puede y no quiero creerlo…
-Me imagino que cuando se
recupere se irá
-No lo sé.
-¡Hola! Ya llegué- era Hizaki
quien entraba- ¡Scarlet! Qué gusto amiga.
-Hola Hizaki, traje galletas.
-Siempre tan linda y detallista
¿verdad Teru?
-Si… supongo. -Scarlet lo miró de
una manera muy triste.- ¿Encontraste a su hermana?
-No, solo encontré una nota que
decía que debía de esperarla en esa casa pues cada noche la irá a ver así que planeo ir hasta en la noche.
-Yo voy, ir en la noche al bosque
ha de ser peligroso.-dijo Teru.
-Muchas gracias, iré a decirle,
ahorita bajo.
Al llegar el atardecer Teru
decidió partir en un hermoso caballo en búsqueda de la hermana de Vamaranth. Al
llegar al lugar vio a otro caballo y la puerta abierta de aquella casa por lo
que se aventuró a entrar y encontró a Yuki.
-¿Quién eres?- Preguntó Yuki al
ver a Teru.
Ambos notaron que eran de clanes
contrarios al ver la forma de vestir de cada quien por lo que la hostilidad no
se hizo esperar, pero tuvieron un poco de tolerancia.
-Vengo a buscar a la hermana de
Vamaranth.
-¿A Flowery? ¿Qué tipo de
relación tienes con ellas en especial con Vamaranth?
-Ninguna, vengo a buscar a dicha
señorita porque Vamaranth está en casa de mi prima debido a que se lastimó un
pie y ella la está cuidando.
-Creo que es mejor que yo la
cuide, solo estoy en espera que mi clan se tranquilice un poco para pedirle que
sea mi esposa. –Esta confesión de Yuki dejó a Teru helado.
-¡Deberías a esperar a que
mejore! No puede estarse moviendo de lugar. Mi prima la cuida muy bien y nadie
de nuestro clan sabe que está en su casa.
-¿Qué pasara si se enteran?
Seguro la correrán y la humillarán. No quiero eso para ella.
-¡Ni yo lo quiero!
-Y además que Vamaranth está en
casa de los Philians, resulta que Flowery no está ¿ven lo que ustedes causan?
-¡Nosotros no causamos nada! Fue
la crueldad de los Thanatosian lo que orilló a ellas a tomar esta decisión. Mi
prima vino en la mañana y encontró una nota donde decía que estaba bien y que
iba a venir al anochecer.
-Ya es muy tarde y no aparece.
-En eso tienes razón, no la
conozco pero no vi a nadie.
-Creo que me iré, las buscaré y
entonces me ganaré la admiración de Vamaranth y así no podrá negarse a mi
propuesta de matrimonio. Mañana mismo mandaré a alguien por Vamaranth y espero
la dejen ir sino habrá problemas.
-No dejaré que se la lleven, y yo
también buscaré a su hermana por mi cuenta y verás que la encuentro antes que
tú. Por cierto, mi nombre es Teru y quiero que lo sepas para que recuerdes bien
con quien meterte si la persona a la que mandas no llega con ella.
-¿A sí? Mi nombre es Yuki y no
dejaré que un Philian me gane en encontrar a Flowery. Ambas deben de estar con
los suyos. Así que le diré a mi amigo Masashi que pregunte por la casa de la
prima de Teru…
-Yo
estaré esperando a tu amigo…
Yuki se
montó a su caballo y se marchó, Teru esperó un par de horas más y al no haber
respuesta partió también.
Mientras tanto Flowery estaba
algo consternada pues durante el día no veía ni a Jasmine ni a Kamijo por lo
que se sentía algo sola pero la comida siempre estaba lista para ella, solo una
porción; sin embargo en al atardecer podía conversar con ambos y más con Kamijo
quien se estaba volviendo en una persona muy cercana a ella y algo de eso le
daba un poco de miedo. Extrañaba a su hermana pero se sentía muy bien en
compañía de Kamijo, era como si el tiempo se detuviera cuando platicaba con él
que a pesar de no contar mucho sobre él la hacía sentir en confianza.
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