-¿De qué se
trata?- Preguntó Flowery intrigada.
-¡Voy a salir
con tu hermana! Temo que te dejaremos sola per aprovecharé para ir por una
niñera para ti. –Anette parecía muy divertida.
-¿A dónde van
tía? Recuerdo que mamá dijo que… -Flow fue interrumpida.
-Créeme que ni
te acordarás de ello cuando te mande a la niñera. ¡Vamaranth! Vamos.
-¡De acuerdo
tía!
-Pero vuelvan
pronto. –Pedía Flowery.
-No creo
prometerlo, pero sí volveremos antes que lleguen sus padres…
-¿Pues a dónde
van?...
-Sorpresa.
Anette se llevó
a la menor de las hermanas. En el camino se encontraron a Masashi quien miró
con extrañeza a Anette; Vamaranth le dijo que no se preocupara pues la señora
era una tía perdida, pero que luego le explicaba porque tenía prisa, el joven
le respondió que también llevaba algo de prisa así que no pudieron conversar
más. El Thanatosian iba a encontrarse con su amada Helena quien lo esperaba en
el lugar de siempre, y de solo verlo su rostro se iluminó; corrió al encuentro
de su oscuro caballero. Lo recibió con un cálido beso y emocionada le contó que
ya había invitado a Hizaki y Teru para su boda. Y hablando de la boda, el joven
le dijo que tenía una sorpresa para ella, así que la llevó caminando a través
de aquel tranquilo pueblo, y cuando estaban a punto de girar en una calle, él
le pidió permiso para cubrirle los ojos y así su sorpresa fuera mayor.
Masashi
gentilmente la conducía con aquella venda en los ojos, ella estaba algo ansiosa
por saber de lo que se trataba hasta que el chico dejó de caminar.
-¿Estás lista?-
Preguntaba él.
-¡Sí! Muero de
ganas de saber que es esa sorpresa…
Y Masashi le
retiró al venda para que lo primero que ella viera fuera una casa, algo
abandonada pero que a pesar de ellos no perdía su encanto pues la fachada era
elegante a pesar de no ser una casa tan grande como acostumbraban los Philians;
poseía un pequeño jardín frontal con algunos árboles de durazno secos por la
temporada, pero que seguramente en primavera darían un aspecto colorido.
-Muy linda casa
pero no entiendo por qué me trajiste aquí…
-Pues porque
esta será nuestra casa cuando nos casemos…
-¡¿En serio?!
–Helena no contenía toda su felicidad. -¡Es encantadora! Pero… ¿no crees que te
apresuraste?
-Aún hay que
hacer algunos arreglos, además que me la dejaron a buen precio por haber estado
abandonada durante un buen tiempo… entremos para que la veas mejor.
El interior era
poco luminoso, apenas lo suficiente, típico en casas Thanatosian pero eso no le
importaba a Helena quien estaba maravillada; solo unos cuantos muebles antiguos
pero a la chica le encantaban, estaba decidida a conseguir más del estilo una
vez que se acercara más y más la fecha de su esperada boda. Helena miraba con
atención cada detalle imaginando como sería su vida en aquella casa junto a la
persona que más amaba. El joven estaba más feliz de estar con Helena que por la
casa en sí, eso le daba igual pues solo quería estar con ella toda su vida, se
acercó a ella y recargó su cara sobre el hombre de su princesa rodeando con sus
brazos la cintura de ella. De pronto ella sintió que su chico le daba tiernos
besos en su cuello y le causaba cosquilleo.
-¡Ya Masashi!
Me haces cosquillas… -Decía Helena divertida.
-Pues eso es lo
que quiero.
La chica iba a
comentar algo pero sus palabras fueron apagadas por un pasional beso, ella
acariciaba las mejillas de su amado; pero él empezaba a bajar su mano por la espalda
de la chica, ella se empezó a ruborizar al sentirlo pero no deseaba que se
detuviera. Sus ojos se miraron por un instante sintiendo el mismo deseo. Él
tomó el cordón del corset de la chica para ir deshaciendo aquel nudo tan
complicado a la vez que jugueteaba con él haciéndolo cada vez más a prisa. Sus
corazones se aceleraban y ella tomó los botones del oscuro uniforme de su amado
para despojarlo de este mientras él terminaba de hacer lo suyo dejando que el
vestido pesado cayera al suelo. La
dirigió a un sofá que estaba cubierto por una manta blanca la cual fue retirada
por Masashi para recostar a Helena y continuar besándola para que perdiera la
cordura. Se trataba de una pareja que no tenía miedo a disfrutar del placer
pues jugueteaban a cada instante sintiendo el roce de sus tibios cuerpos, se
sentían libres de expresar su amor en una casa que sería suya y donde sabían
que harían sus vidas. Cada vez más agotados, cada vez más excitados, cada vez
más unidos. Después él solo se limitó a acariciar el cuerpo de su chica
perdiendo la noción del tiempo.
Anette llevaba
a Vamaranth aprisa, hasta que se detuvo en un lugar donde rentaban un carro,
subió a su sobrina mientras ella daba indicaciones pero la sorpresa de la chica
no se dio a esperar cuando su tía se asomó a hacerle una pregunta.
-¿Sabes cómo
llegar a casa de tu Philian?
-Etto… ¡sí!...
o eso creo…
-De acuerdo, no
te duermas en el camino, de cualquier forma iré contigo.
-¡¿Pero?! No me
digas que iremos a…
Anette solo la
miró con una sonrisa de complicidad. Vam guiaba a su tía, y cuando llegaron no
pudieron evitar ser vistas de forma extraña por los Philians que pasaban en
aquel lugar. Anette pagó al carro y esperó hasta que miró a su sobrina.
-Si tú no
llamas a la puerta, yo lo hago.
-Este…
-De acuerdo.
La mujer se
acercó a la puerta y tocó con insistencia pero de forma gentil.
Salió una
señora de aspecto amable que Vam no reconocía pues la otra vez estaba la casa
sola. Anette preguntó por Teru yla señora amablemente dijo que esperaba pues el
joven se encontraba trabajando en el estudio e iría a avisarle. A los pocos
minutos apareció en la puerta, no pudo disimular su sonrisa al ver a Vamaranth
a quien abrazó. Después miró sorprendido a Anette quien lo miraba con
curiosidad.
-¿Quién es
ella?- Preguntó Teru.
-Es mi tía
Anette.
-¡Oh! Mucho
gusto señora.
-Igual joven
Teru.
-He sido un
desconsiderado, pasen de favor.
Entraron a la
casa, se toparon con la señora que abrió.
-Martha,
¿podría prepararnos algo de té y bocadillos por favor?
-En un momento
joven.
-¿Y ella
es...?- Interrumpió Vam.
-Es la señora
que contraté para las labores domésticas, la otra vez que viniste fue su día de
descanso y por eso no la habías conocido.
-Ya veo...
-Cuéntame sobre
tu tía- Teru estaba sorprendido por conocer a un familiar de Vami tan de cerca
además de Flowery.
-Hace poco me
di cuenta que existía, ella había permanecido alejada por cuenta propia pero un
día me encontré con ella y descubrimos que éramos familia. Es hermana de papá,
y espero que ya no se aleje de nosotros.
-No te
preocupes pequeña. Estaré con ustedes.- Aseguró Anette.
-¿Y cómo es que
usted acepta nuestra relación?
-Verás… yo
renuncié a ser Thanatosian y eso influye mucho, además que se me hace absurdo
basar el amor en clanes, además que a pesar de conocer muy poco a esta niña,
pude ganarme su confianza y aprendí a reconocer sus expresiones y pues sabía
que estaba enamorada y pues le saqué la información, a ella y a Flow.
Mientras
tomaron el té, platicaron de muchas cosas, pero se enfocaron en lo que había
pasado Anette y Teru al saber sobre la existencia de los seres denominados
vampiros fue una plática más fluida y sin secretos. De pronto Anette se levantó
de su asiento y dijo que era hora de irse, Vamaranth también se estaba
despidiendo de Teru cuando su tía la interrumpió.
-Usted señorita
se queda…
-¡¿Qué?! Pero
tía…
-Yo vengo
mañana por ti antes que tus padres… vamos ¿me dirás que prefieres irte que
quedarte con Teru?
-¿Y mi hermana?
No quiero dejarla sola tampoco.
-No lo estará,
confía en mí. Bien, muchas gracias Teru por todo, estuvieron deliciosos esos
pasteles.
-Muchas gracias
a usted por permitirme estar con su sobrina. La acompaño a la puerta.
Teru poco
tardó, Martha estaba recogiendo la mesa.
-Disculpe joven
Teru ¿le preparo una habitación a la señorita?
-No, ella va a
dormir conmigo.
-De acuerdo, si
me necesita estaré arreglando el jardín.- La señora no dijo nada pero era
evidente su cara de sorpresa ante la respuesta.
-Gracias.
-Teru… yo…- El
rostro de Vamaranth estaba completamente rojo.
-Perdón por tomar
esa decisión pero debes entender que quiero estar contigo todo el tiempo
posible pues ya casi no nos vemos y no puedo vivir sin ti. Ya que estás aquí,
¿te gustaría ver mis trabajos más recientes? He avanzado muy poco porque
realmente el entrenamiento con Kamijo es muy pesado, ni siquiera he llegado un
buen avance al cuadro de Flowery.
-¡Claro! A mí
también me gusta estar contigo.
Ambos se
tomaron de la mano y caminaron como si pasearan en algún parque.
El estudio de
Teru estaba lleno de pinturas de todo tipo, diversidad de lienzos y bastidores,
pinceles de diferentes formas; cuadros diversos terminados o inconclusos
esperando en el tiempo, había con temas festivos y coloridos y algunos con
degradado de grises. Vamaranth se enamoró de una rosa azul perdida entre la
nieve de un crudo invierno, Teru la observó.
-La hice
pensando en ti.
-¿En serio?-
Preguntó la chica emocionada.
-Sí, fue el día
en que te conocí cuando empecé en trabajar en ella, la rosa era como tú en ese
entonces... una extraña rosa con un corazón gélido que aclamaba el calor de
alguien que la amara de verdad antes de marchitarse, había algo sombrío en tu
mirada, pero me alegra ya no verlo.
-Lo sé, tenía
una forma oscura de pensar, no creía en el amor antes de conocerte; y ahora no
puedo vivir lejos de ti, no puedo respirar al pensar que puedo perderte, tu
amor me llenó de luz cuando más lo necesitaba, llegaste en el momento preciso.
Te amo con toda mi vida y la muerte.
-Creo que desde
el momento en que te vi supe que no pasarías desapercibida en mi vida, y no me
equivoqué, ahora eres mi todo.
-¿Por qué?
-¿Por qué qué?
-¿Por qué te
enamoraste de mí?
-Porque
representas mi contraparte y mi complemento, porque tenía un vacío en mi alma y
al verte se esfumó
-Yo… solo puedo
decirte que eres mi todo.
La chica abrazó
al joven con fuerza, como si el soltarse significara perderlo.
-Disculpe joven
Teru…-Era la señora Martha. –Ya voy a preparar la cena porque se me está
haciendo tarde para irme ¿gusta algo en especial?
-Lo dejo a su
elección, pero que sea delicioso para complacer a nuestra invitada.
-De acuerdo.
Ambos cenaron
encantados por tenerse cerca, reían por cualquier cosa, realmente se notaba lo
felices que eran, ambos se miraban con ternura. Martha se despidió pues ella no
se quedaba en la casa sino que día a día iba desde muy temprano a preparar el
desayuno de Teru. El chico llevó a la muchacha al jardín, tenía rosas hermosas,
Vamaranth pensaba en por qué todos tenían rosas, Teru, Hizaki y Kamijo, aunque
reconocía que las de Kamijo eran singularmente hermosas, las que tenía en ese
momento en frente eran grandiosas, predominando las blancas. Teru se puso
frente a Vamaranth y con su mano acarició dulcemente su mejilla recorriéndola
hasta llegar a sus labios.
-Tus labios
lucen extremadamente provocativos esta noche mi niña.
-¿Eh? Yo… -Vam
se sonrojó.
-El rubor en
tus mejillas se me hace muy sensual.-Murmuró al oído.
-¡Teru!
-Lo siento, sé
que es muy atrevido de mi parte decirte esto pero es lo que siento, tú y yo nos
amamos de verdad y estamos solo en mi casa, creo que es natural…
-Pero… ¿te
olvidas que yo…?
-¿Estás
comprometida? Amor… ahorita solo importamos nosotros.
Teru besó
profundamente a Vamaranth, sabían que era prohibido pero no los detendría nada
porque su amor era más fuerte que su diferencia de clanes o el compromiso de la
Thanatosian con otro hombre, en ese momento solo querían ser felices. El chico
guió a su acompañante de nuevo al interior donde continuaron su juego hasta
llegar a la habitación del peliplata, él se sentó en el borde de la cama
acomodando a la muchacha sobre sus piernas donde empezó a desabotonar su blusa
color blanco con extrema delicadeza. Se miraban y no podían evitar sonreír,
poco a poco también la despojó de su falda y petitcoat; aquella vez no llevaba
corset por lo que quedó fácilmente expuesta la totalidad de su piel. Vam se
estremecía al sentir las manos de Teru recorriéndola mientras era su turno de
despojarlo de su ropa. Él la sujetó de la cadera para mover su cuerpo
lentamente mientras su respiración aumentaba, ella abrazó fuertemente a su
chico.
La niña
ocultaba su rostro en el hombro de su amado pues su pudor no le permitía
expresar el placer que sentía, solo leves sollozos emitía. Teru la tomó en sus
brazos para recostarla en su suave cama para continuar amándola hasta que ambos
quedaron exhaustos; para después descansar abrazados y contándose tonterías
hasta que se quedaron dormidos.
Anette después
de dejar a Vamaranth en casa de Teru fue a buscar a Jasmine para que le dijera
a Kamijo que fuera a ver a Flowery, y la vampira le pareció maravillosa la idea
después de enterarse que la familia de Anette se trataban de los Olsson,
Jasmine jamás le había preguntado su apellido a Anette, solo sabía que era una
Thatasian que había abandonado al clan.
Flowery
suspiraba a la ventaba pues ya tenía rato que su hermana se había ido junto a
su tía, era evidente que no volvería y se sentía algo sola, tomó un libro, y se
sentó en el sofá junto a una ventana donde se veía la hermosa noche, de pronto
escuchó un ruido en su casa y entonces se dispuso a ir pero solo había avanzado
hasta la puerta de aquella habitación cuando se espantó al verlo, pero después
sonrió con una mano en su pecho.
-¡Me
espantaste!- Le hablaba a Kamijo quien había aparecido.
-Lo siento mi
hermosa dama. Quería darte una sorpresa.
-Vaya que lo
hiciste mi adorado príncipe.- Flow se acercó a besar los fríos labios de aquel
seductor vampiro.
-Me informaron
que estás solita así que vine a cuidarte.
-¿Así que tú
eras las “niñera” de la que tía Anette hablabla?
-Pues para tu
desgracia o fortuna… así es.
-Pues creo que
es para mi desgracia.
-¿Por qué?- La
cara de Kamijo mostraba incomprensión ante aquella frase.
-Pues porque yo
quería portarme bien en ausencia de mis padres y pues bueno… estás aquí y si me
porto bien seré muy tonta.
-Perversa…-Él
lanzó una risa.
-¿Qué? No te
hagas el inmaculado conmigo.
-No lo hago,
solo que me encanta cuando pensamos en lo mismo.- El vampiro dio un leve
mordizco a la oreja de la chica sin herirla.
-¡Oye! Mejor
besa mis labios.
-Con gusto.
Pero antes… quiero conocer tu habitación.
-Pues es esta
querido, no es enorme ni elegante como a las que estás acostumbrado pero me
encanta.
-Pues me
encanta más porque estás aquí conmigo…
Kamijo
sorprendió de un beso inesperado a Flowery, que rápidamente se convertía en uno
de los más pasionales, ambos cayeron en la cama de la chica pues lo deseaban,
el vampiro tiraba de la ropa de su amada con delicadeza pero de forma
apresurada, ella hacía lo propio aunque un poco más torpe, Kamijo no pudo
evitar pasar su lengua por el vientre de Flow quien cerró sus ojos al contacto
con la saliva de su hombre. Se dirigió hasta sus pechos para después llegar de
nuevo a sus labios que fueron besados locamente. A ambos los invadía una
lujuria inimaginable acompañada del inmenso amor que se tenían. Kamijo iba
acelerando el ritmo cada vez más haciendo que la respiración de la chica se
entrecortara e hiciera que mordiera sus labios por la intensidad del momento;
las frías manos del príncipe oscuro acariciaban con tierno deseo los muslos de
su amada haciendo que ella sintiera más placer aún; la ropa de cama era un
verdadero desorden ante aquel juego pasional que vivía aquella pareja de
amantes. Se proyectaban tanta confianza que se volvieron uno solo, no tenían
límites en disfrutar de su deseo carnal que era justificado por el sentimiento
más profundo, por un amor verdadero que no distinguía de raza, una humana y un
inmortal unidos por el sentimiento más puro. Kamijo cada vez se ponía más
intenso hasta que ambos por fin terminaron acostados juntos, era imposible
meterse entre las sábanas pues quedaron totalmente revueltas, pero no fueron
necesarios pues Flow aún sentía elevada la temperatura. Terminaron con dulces
besos, sin palabras, solo miradas y caricias hasta que entrada la madrugada,
Flow cayó dormida en el regazo de su amado.
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