domingo, 13 de octubre de 2013

31. Nymphomaniac Fantasia

-¿De qué se trata?- Preguntó Flowery intrigada.
-¡Voy a salir con tu hermana! Temo que te dejaremos sola per aprovecharé para ir por una niñera para ti. –Anette parecía muy divertida.
-¿A dónde van tía? Recuerdo que mamá dijo que… -Flow fue interrumpida.
-Créeme que ni te acordarás de ello cuando te mande a la niñera. ¡Vamaranth! Vamos.
-¡De acuerdo tía!
-Pero vuelvan pronto. –Pedía Flowery.
-No creo prometerlo, pero sí volveremos antes que lleguen sus padres…
-¿Pues a dónde van?...
-Sorpresa.
Anette se llevó a la menor de las hermanas. En el camino se encontraron a Masashi quien miró con extrañeza a Anette; Vamaranth le dijo que no se preocupara pues la señora era una tía perdida, pero que luego le explicaba porque tenía prisa, el joven le respondió que también llevaba algo de prisa así que no pudieron conversar más. El Thanatosian iba a encontrarse con su amada Helena quien lo esperaba en el lugar de siempre, y de solo verlo su rostro se iluminó; corrió al encuentro de su oscuro caballero. Lo recibió con un cálido beso y emocionada le contó que ya había invitado a Hizaki y Teru para su boda. Y hablando de la boda, el joven le dijo que tenía una sorpresa para ella, así que la llevó caminando a través de aquel tranquilo pueblo, y cuando estaban a punto de girar en una calle, él le pidió permiso para cubrirle los ojos y así su sorpresa fuera mayor.
Masashi gentilmente la conducía con aquella venda en los ojos, ella estaba algo ansiosa por saber de lo que se trataba hasta que el chico dejó de caminar.
-¿Estás lista?- Preguntaba él.
-¡Sí! Muero de ganas de saber que es esa sorpresa…
Y Masashi le retiró al venda para que lo primero que ella viera fuera una casa, algo abandonada pero que a pesar de ellos no perdía su encanto pues la fachada era elegante a pesar de no ser una casa tan grande como acostumbraban los Philians; poseía un pequeño jardín frontal con algunos árboles de durazno secos por la temporada, pero que seguramente en primavera darían un aspecto colorido.
-Muy linda casa pero no entiendo por qué me trajiste aquí…
-Pues porque esta será nuestra casa cuando nos casemos…
-¡¿En serio?! –Helena no contenía toda su felicidad. -¡Es encantadora! Pero… ¿no crees que te apresuraste?
-Aún hay que hacer algunos arreglos, además que me la dejaron a buen precio por haber estado abandonada durante un buen tiempo… entremos para que la veas mejor.
El interior era poco luminoso, apenas lo suficiente, típico en casas Thanatosian pero eso no le importaba a Helena quien estaba maravillada; solo unos cuantos muebles antiguos pero a la chica le encantaban, estaba decidida a conseguir más del estilo una vez que se acercara más y más la fecha de su esperada boda. Helena miraba con atención cada detalle imaginando como sería su vida en aquella casa junto a la persona que más amaba. El joven estaba más feliz de estar con Helena que por la casa en sí, eso le daba igual pues solo quería estar con ella toda su vida, se acercó a ella y recargó su cara sobre el hombre de su princesa rodeando con sus brazos la cintura de ella. De pronto ella sintió que su chico le daba tiernos besos en su cuello y le causaba cosquilleo.
-¡Ya Masashi! Me haces cosquillas… -Decía Helena divertida.
-Pues eso es lo que quiero.
La chica iba a comentar algo pero sus palabras fueron apagadas por un pasional beso, ella acariciaba las mejillas de su amado;  pero él empezaba a bajar su mano por la espalda de la chica, ella se empezó a ruborizar al sentirlo pero no deseaba que se detuviera. Sus ojos se miraron por un instante sintiendo el mismo deseo. Él tomó el cordón del corset de la chica para ir deshaciendo aquel nudo tan complicado a la vez que jugueteaba con él haciéndolo cada vez más a prisa. Sus corazones se aceleraban y ella tomó los botones del oscuro uniforme de su amado para despojarlo de este mientras él terminaba de hacer lo suyo dejando que el vestido pesado cayera al suelo.  La dirigió a un sofá que estaba cubierto por una manta blanca la cual fue retirada por Masashi para recostar a Helena y continuar besándola para que perdiera la cordura. Se trataba de una pareja que no tenía miedo a disfrutar del placer pues jugueteaban a cada instante  sintiendo el roce de sus tibios cuerpos, se sentían libres de expresar su amor en una casa que sería suya y donde sabían que harían sus vidas. Cada vez más agotados, cada vez más excitados, cada vez más unidos. Después él solo se limitó a acariciar el cuerpo de su chica perdiendo la noción del tiempo.
Anette llevaba a Vamaranth aprisa, hasta que se detuvo en un lugar donde rentaban un carro, subió a su sobrina mientras ella daba indicaciones pero la sorpresa de la chica no se dio a esperar cuando su tía se asomó a hacerle una pregunta.
-¿Sabes cómo llegar a casa de tu Philian?
-Etto… ¡sí!... o eso creo…
-De acuerdo, no te duermas en el camino, de cualquier forma iré contigo.
-¡¿Pero?! No me digas que iremos a…
Anette solo la miró con una sonrisa de complicidad. Vam guiaba a su tía, y cuando llegaron no pudieron evitar ser vistas de forma extraña por los Philians que pasaban en aquel lugar. Anette pagó al carro y esperó hasta que miró a su sobrina.
-Si tú no llamas a la puerta, yo lo hago.
-Este…
-De acuerdo.
La mujer se acercó a la puerta y tocó con insistencia pero de forma gentil.
Salió una señora de aspecto amable que Vam no reconocía pues la otra vez estaba la casa sola. Anette preguntó por Teru yla señora amablemente dijo que esperaba pues el joven se encontraba trabajando en el estudio e iría a avisarle. A los pocos minutos apareció en la puerta, no pudo disimular su sonrisa al ver a Vamaranth a quien abrazó. Después miró sorprendido a Anette quien lo miraba con curiosidad.
-¿Quién es ella?- Preguntó Teru.
-Es mi tía Anette.
-¡Oh! Mucho gusto señora.
-Igual joven Teru.
-He sido un desconsiderado, pasen de favor.
Entraron a la casa, se toparon con la señora que abrió.
-Martha, ¿podría prepararnos algo de té y bocadillos por favor?
-En un momento joven.
-¿Y ella es...?- Interrumpió Vam.
-Es la señora que contraté para las labores domésticas, la otra vez que viniste fue su día de descanso y por eso no la habías conocido.
-Ya veo...
-Cuéntame sobre tu tía- Teru estaba sorprendido por conocer a un familiar de Vami tan de cerca además de Flowery.
-Hace poco me di cuenta que existía, ella había permanecido alejada por cuenta propia pero un día me encontré con ella y descubrimos que éramos familia. Es hermana de papá, y espero que ya no se aleje de nosotros.
-No te preocupes pequeña. Estaré con ustedes.- Aseguró Anette.
-¿Y cómo es que usted acepta nuestra relación?
-Verás… yo renuncié a ser Thanatosian y eso influye mucho, además que se me hace absurdo basar el amor en clanes, además que a pesar de conocer muy poco a esta niña, pude ganarme su confianza y aprendí a reconocer sus expresiones y pues sabía que estaba enamorada y pues le saqué la información, a ella y a Flow.
Mientras tomaron el té, platicaron de muchas cosas, pero se enfocaron en lo que había pasado Anette y Teru al saber sobre la existencia de los seres denominados vampiros fue una plática más fluida y sin secretos. De pronto Anette se levantó de su asiento y dijo que era hora de irse, Vamaranth también se estaba despidiendo de Teru cuando su tía la interrumpió.
-Usted señorita se queda…
-¡¿Qué?! Pero tía…
-Yo vengo mañana por ti antes que tus padres… vamos ¿me dirás que prefieres irte que quedarte con Teru?
-¿Y mi hermana? No quiero dejarla sola tampoco.
-No lo estará, confía en mí. Bien, muchas gracias Teru por todo, estuvieron deliciosos esos pasteles.
-Muchas gracias a usted por permitirme estar con su sobrina. La acompaño a la puerta.
Teru poco tardó, Martha estaba recogiendo la mesa.
-Disculpe joven Teru ¿le preparo una habitación a la señorita?
-No, ella va a dormir conmigo.
-De acuerdo, si me necesita estaré arreglando el jardín.- La señora no dijo nada pero era evidente su cara de sorpresa ante la respuesta.
-Gracias.
-Teru… yo…- El rostro de Vamaranth estaba completamente rojo.
-Perdón por tomar esa decisión pero debes entender que quiero estar contigo todo el tiempo posible pues ya casi no nos vemos y no puedo vivir sin ti. Ya que estás aquí, ¿te gustaría ver mis trabajos más recientes? He avanzado muy poco porque realmente el entrenamiento con Kamijo es muy pesado, ni siquiera he llegado un buen avance al cuadro de Flowery.
-¡Claro! A mí también me gusta estar contigo.
Ambos se tomaron de la mano y caminaron como si pasearan en algún parque.
El estudio de Teru estaba lleno de pinturas de todo tipo, diversidad de lienzos y bastidores, pinceles de diferentes formas; cuadros diversos terminados o inconclusos esperando en el tiempo, había con temas festivos y coloridos y algunos con degradado de grises. Vamaranth se enamoró de una rosa azul perdida entre la nieve de un crudo invierno, Teru la observó.
-La hice pensando en ti.
-¿En serio?- Preguntó la chica emocionada.
-Sí, fue el día en que te conocí cuando empecé en trabajar en ella, la rosa era como tú en ese entonces... una extraña rosa con un corazón gélido que aclamaba el calor de alguien que la amara de verdad antes de marchitarse, había algo sombrío en tu mirada, pero me alegra ya no verlo.
-Lo sé, tenía una forma oscura de pensar, no creía en el amor antes de conocerte; y ahora no puedo vivir lejos de ti, no puedo respirar al pensar que puedo perderte, tu amor me llenó de luz cuando más lo necesitaba, llegaste en el momento preciso. Te amo con toda mi vida y la muerte.
-Creo que desde el momento en que te vi supe que no pasarías desapercibida en mi vida, y no me equivoqué, ahora eres mi todo.
-¿Por qué?
-¿Por qué qué?
-¿Por qué te enamoraste de mí?
-Porque representas mi contraparte y mi complemento, porque tenía un vacío en mi alma y al verte se esfumó
-Yo… solo puedo decirte que eres mi todo.
La chica abrazó al joven con fuerza, como si el soltarse significara perderlo.
-Disculpe joven Teru…-Era la señora Martha. –Ya voy a preparar la cena porque se me está haciendo tarde para irme ¿gusta algo en especial?
-Lo dejo a su elección, pero que sea delicioso para complacer a nuestra invitada.
-De acuerdo.
Ambos cenaron encantados por tenerse cerca, reían por cualquier cosa, realmente se notaba lo felices que eran, ambos se miraban con ternura. Martha se despidió pues ella no se quedaba en la casa sino que día a día iba desde muy temprano a preparar el desayuno de Teru. El chico llevó a la muchacha al jardín, tenía rosas hermosas, Vamaranth pensaba en por qué todos tenían rosas, Teru, Hizaki y Kamijo, aunque reconocía que las de Kamijo eran singularmente hermosas, las que tenía en ese momento en frente eran grandiosas, predominando las blancas. Teru se puso frente a Vamaranth y con su mano acarició dulcemente su mejilla recorriéndola hasta llegar a sus labios.
-Tus labios lucen extremadamente provocativos esta noche mi niña.
-¿Eh? Yo… -Vam se sonrojó.
-El rubor en tus mejillas se me hace muy sensual.-Murmuró al oído.
-¡Teru!
-Lo siento, sé que es muy atrevido de mi parte decirte esto pero es lo que siento, tú y yo nos amamos de verdad y estamos solo en mi casa, creo que es natural…
-Pero… ¿te olvidas que yo…?
-¿Estás comprometida? Amor… ahorita solo importamos nosotros.
Teru besó profundamente a Vamaranth, sabían que era prohibido pero no los detendría nada porque su amor era más fuerte que su diferencia de clanes o el compromiso de la Thanatosian con otro hombre, en ese momento solo querían ser felices. El chico guió a su acompañante de nuevo al interior donde continuaron su juego hasta llegar a la habitación del peliplata, él se sentó en el borde de la cama acomodando a la muchacha sobre sus piernas donde empezó a desabotonar su blusa color blanco con extrema delicadeza. Se miraban y no podían evitar sonreír, poco a poco también la despojó de su falda y petitcoat; aquella vez no llevaba corset por lo que quedó fácilmente expuesta la totalidad de su piel. Vam se estremecía al sentir las manos de Teru recorriéndola mientras era su turno de despojarlo de su ropa. Él la sujetó de la cadera para mover su cuerpo lentamente mientras su respiración aumentaba, ella abrazó fuertemente a su chico.
La niña ocultaba su rostro en el hombro de su amado pues su pudor no le permitía expresar el placer que sentía, solo leves sollozos emitía. Teru la tomó en sus brazos para recostarla en su suave cama para continuar amándola hasta que ambos quedaron exhaustos; para después descansar abrazados y contándose tonterías hasta que se quedaron dormidos.
Anette después de dejar a Vamaranth en casa de Teru fue a buscar a Jasmine para que le dijera a Kamijo que fuera a ver a Flowery, y la vampira le pareció maravillosa la idea después de enterarse que la familia de Anette se trataban de los Olsson, Jasmine jamás le había preguntado su apellido a Anette, solo sabía que era una Thatasian que había abandonado al clan.
Flowery suspiraba a la ventaba pues ya tenía rato que su hermana se había ido junto a su tía, era evidente que no volvería y se sentía algo sola, tomó un libro, y se sentó en el sofá junto a una ventana donde se veía la hermosa noche, de pronto escuchó un ruido en su casa y entonces se dispuso a ir pero solo había avanzado hasta la puerta de aquella habitación cuando se espantó al verlo, pero después sonrió con una mano en su pecho.
-¡Me espantaste!- Le hablaba a Kamijo quien había aparecido.
-Lo siento mi hermosa dama. Quería darte una sorpresa.
-Vaya que lo hiciste mi adorado príncipe.- Flow se acercó a besar los fríos labios de aquel seductor vampiro.
-Me informaron que estás solita así que vine a cuidarte.
-¿Así que tú eras las “niñera” de la que tía Anette hablabla?
-Pues para tu desgracia o fortuna… así es.
-Pues creo que es para mi desgracia.
-¿Por qué?- La cara de Kamijo mostraba incomprensión ante aquella frase.
-Pues porque yo quería portarme bien en ausencia de mis padres y pues bueno… estás aquí y si me porto bien seré muy tonta.
-Perversa…-Él lanzó una risa.
-¿Qué? No te hagas el inmaculado conmigo.
-No lo hago, solo que me encanta cuando pensamos en lo mismo.- El vampiro dio un leve mordizco a la oreja de la chica sin herirla.
-¡Oye! Mejor besa mis labios.
-Con gusto. Pero antes… quiero conocer tu habitación.
-Pues es esta querido, no es enorme ni elegante como a las que estás acostumbrado pero me encanta.
-Pues me encanta más porque estás aquí conmigo…
Kamijo sorprendió de un beso inesperado a Flowery, que rápidamente se convertía en uno de los más pasionales, ambos cayeron en la cama de la chica pues lo deseaban, el vampiro tiraba de la ropa de su amada con delicadeza pero de forma apresurada, ella hacía lo propio aunque un poco más torpe, Kamijo no pudo evitar pasar su lengua por el vientre de Flow quien cerró sus ojos al contacto con la saliva de su hombre. Se dirigió hasta sus pechos para después llegar de nuevo a sus labios que fueron besados locamente. A ambos los invadía una lujuria inimaginable acompañada del inmenso amor que se tenían. Kamijo iba acelerando el ritmo cada vez más haciendo que la respiración de la chica se entrecortara e hiciera que mordiera sus labios por la intensidad del momento; las frías manos del príncipe oscuro acariciaban con tierno deseo los muslos de su amada haciendo que ella sintiera más placer aún; la ropa de cama era un verdadero desorden ante aquel juego pasional que vivía aquella pareja de amantes. Se proyectaban tanta confianza que se volvieron uno solo, no tenían límites en disfrutar de su deseo carnal que era justificado por el sentimiento más profundo, por un amor verdadero que no distinguía de raza, una humana y un inmortal unidos por el sentimiento más puro. Kamijo cada vez se ponía más intenso hasta que ambos por fin terminaron acostados juntos, era imposible meterse entre las sábanas pues quedaron totalmente revueltas, pero no fueron necesarios pues Flow aún sentía elevada la temperatura. Terminaron con dulces besos, sin palabras, solo miradas y caricias hasta que entrada la madrugada, Flow cayó dormida en el regazo de su amado.


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