domingo, 13 de octubre de 2013

43. The Swan Song

Cuando Yuki despertó, muy tarde por cierto, encontró a Sinéad dormida en su cama.  Todos dormían en el castillo de Kamijo en lo que se aclarara el asunto de Vamaranth en fin que había demasiadas habitaciones. El chico se levantó de inmediato, y la vampiresa lo sintió por lo que se cubrió perfectamente con la manta para levantarse, se acercó para abrazar a Yuki pero éste se quitó de su camino.
-¿Por qué me evades?
-¿Por qué vienes a dormirte en mi cama sin mi permiso?
-Ya es de día y estoy cansada, vuelve a la cama conmigo; despertémonos hasta el anochecer o tengo otra propuesta… -Se mordía suavemente los labios en un sensual gesto.
-¡Por favor! No me interesas en lo absoluto.
-Podríamos tener “juegos de adultos” hasta muy tarde, te mostraría todo lo que soy capaz de hacer para darte placer…
-¡Cállate! Vuelve a dormir en mi cama, yo ya me voy. –Dijo furioso.
-De lo que te pierdes…
Sinéad dejó la manta y salió de la habitación de Yuki, entró en la de Teru pero la notó vacía y su enojo aumentó. Pero a pesar que él no estaba allí, decidió quedarse. Esta vez estaba dispuesta a que le hicieran caso por lo que se quitó su ropa y se introdujo a la cama cubriéndose totalmente. Al despertar, Teru se dio cuenta que se había quedado dormido en el sofá, alguien lo había cubierto con una manta y al oler a esencia de jazmín, de inmediato pensó en Jasmine. Se despertó pues tenía que ver a Yuki para idear un plan que permitiera conocer la identidad de “Jane Doe”.  Dobló cuidadosamente la manta, aunque no le quedó muy bien, y la dejó en una mesa. Se dispuso a ir a su habitación y notó todas las cortinas cerradas, aunque aún era visible lo que le permitió ver que había algo o alguien en su cama. Se acercó lentamente, debía de tener mucho cuidado pues no sabía qué podría ser. Cuando retiró la manta, miró a Sinéad desnuda y en fragmentos de segundo la volvió a cubrir.
-¡¿Qué diablos te pasa?! –Dijo el chico mientras ella se incorporaba –Esa no es manera de entrar a mi habitación. –Se había volteado para no verla.
-¡Niega que te gusté! –Se acercó sin ningún pudor.
-No siento nada por ti.
-Entonces… ¿por qué tienes miedo de mirarme? Yo digo que temes desearme.  No te culpo, sé que muchos me desean tener así como tú me tienes en este momento.
-No te deseo pero no te miro por respeto a mí, a Vamaranth y sobretodo, por respeto a ti.
-¡¿Por ella?! Ella no se compara a mí, es una niña y yo una mujer; ¡puedo hacerlo mejor que ella!
-No, porque a ella la amo y a ti te empiezo a despreciar. –Teru salió de su habitación.
El Philian fue a ver si Yuki ya estaba listo en lo que Sinéad se iba para regresar y darse un baño. Yuki salió a abrirle, se le notaban los cabellos mojados recién lavados y un aroma agradable muy sutil. Quedaron en verse en una hora más en el área que correspondía a la torre, no querían que nadie escuchara; las mazmorras eran buena idea pero ahí era donde dormían los vampiros, y los demás podrían estar en cualquier parte. Teru regresó a su habitación y la pelirroja ya se había marchado no sin antes romper la botella de cristal que contenía en señal de su resentimiento, y Teru no sabía que le dolió por ser el segundo rechazo en un mismo día, pero no le importó, recogió los pedazos y después se fue a bañar. Y en la hora indicada estuvo donde había quedado con Yuki.
Se sentía la tensión, ellos aún no congeniaban de ninguna manera pero si querían encontrar a Vamaranth tenían que trabajar juntos; ambos pensaban que no era seguro decir que sospechaban que Jane Doe era ella así que querían estar seguros antes pues no querían dar falsas ilusiones a Flowery quien estaba sumamente preocupada por ella.
Vamaranth no podía “dormir” aquella tarde, pensaba en todo lo que se estaba perdiendo, le preocupaba la reacción que tendrían todos al ver lo que ahora era, que si bien parecían no demostrar temor ante los vampiros, pero ¿y sus padres? ¿le diría la verdad? ¿podría hacerlo? Y ahora, ¿qué pasaría con Teru? ¿seguiría con su sueño de vivir juntos? O quizá, él prefiriera a una humana para pasar el resto de su vida y esta idea era la que más entristecía a Vamaranth.  El Sol había bajado la intensidad y ella tomó una capa que tenía una capucha azul marino, salió al pueblo donde había muchas tiendas abiertas aún. Miraba cada uno de los objetos exhibidos. Escuchaba el bullicio de las personas, escuchaba cada voz, cada palabra que decían con una agudeza impresionante, olía la comida que se vendía y para su sorpresa no le agradó mucho, como humana hubiera corrido a comer todo lo que pidiera pero ahora no tenía deseos. No se inmutaba por la presencia de todos esos humanos, había bebido una noche antes y estaba satisfecha. Se detuvo de pronto frente a una muy linda tienda, había cunas y otros artículos de bebé en ella, entró sin pensarlo y empezó a observar todo cuidadosamente. La encargada preguntó algo pero Vamaranth no le hizo caso alguno, solo pensaba en su hijo que jamás nació. De pronto, dos voces llenaron aquella tienda, Vamaranth sintió familiaridad en ellas y miró, cubrió más su rostro con la capucha cuando notó que eran Hizaki y Helena.
-¡Hizaki! Quisiera tener un hijo de Masashi. –Decía Helena emocionada.
-Me imagino, pero llegará a su tiempo.
-¡Mira todas estas cosas lindas! Pero bueno, tienes razón, debemos de esperar hasta que la tienda de vinos de Masashi esté funcionando. Apenas la estamos diseñando.
-Les irá bien.
-Sí, y espero que cuando la inauguremos estemos todos, tú sabes… Vam también. –La vampira sintió deseos de gritar y decirles que ella estaba allí pero sabía que era una imprudencia así que prefirió salir.
Miró un cartel donde anunciaban un concierto de ópera, pocos lo sabían pero a ella le gustaba, había heredado el gusto gracias a Tarja quien estaba instruida en canto clásico y poseía un rango soprano dramática- lírica. Vamaranth no cantaba en lo absoluto pero no le importaba, con escuchar le era suficiente aunque lo más que hacía era ponerle letras a algunas composiciones de su padre. Pensaba en lo mucho que le gustaría ir.
-¡Niña tonta! ¡No salgas así que me preocupas! –Haruka le habló enérgicamente a Vamaranth.
-¡Haruka!... Perdón, sentí fuertes deseos por salir un rato.
Haruka miró el cartel.
-¿Te gusta la ópera?
-Sí, me gusta mucho la música.
-Entonces creo que hice bien en tomar esto. –Mostró un par de papeles. –Ayer que salí a alimentarme, el tipo los tenía y pensaba en regalarlos pero al parecer podremos ocuparlos.
Vamaranth tomó dichos papeles y notó que eran entradas para el concierto.
-¡Haruka! ¿Iremos?
-Ya te dije que sí… será en dos días así que debemos de conseguir dinero o ropa adecuada, lo primero que podamos tomar.
-¿Lo robaremos?
-¡Shhh! –Le colocó un dedo sobre los labios. –No tengo dinero como tu amigo vampiro que vive en el castillo…
-Kamijo…
-¡Ese! Y no podemos ir con los harapos de siempre.
-Pero no usamos harapos…
-Tal vez no pero esta clase de eventos son muy elegantes. Debemos de ir de forma apropiada de algún modo. Habrá mucha gente vanidosa y gorda, podrás alimentarte bien. –Pensó unos instantes. –Ahora que lo pienso… habrá mucha gente, muy importante, no lo sé, podría ser un blanco para la tal Kaya.
-¿Crees que pueda mandar ghouls a ese lugar?
-Posiblemente –Sonrió –Será muy divertido…
Al anochecer, Kamijo llegó, Hizaki y Helena ya habían llegado. Habló a todos sobre la posibilidad de un evento en donde podría ser atacado por Kaya y Alexander, Kamijo mostró cuatro entradas para un concierto de ópera.
-Será en dos días –Mencionó Kamijo –Es obvio que no podemos ir todos así que iré yo con Flowery, aun así sobran dos boletos, decidiré quien más irá…
Teru pensó que si ese era un blanco para Kaya, entonces Haruka y “Jane Doe” deberían de aparecer y podría ser un buen momento para poder quitar aunque sea un instante el antifaz de Jane, quizá aprovechar un descuido de ella o hacerlo él mismo.
-¡Yo quiero ir! –Mencionó Teru en un tono decidido.
-¿Estás seguro? –Preguntó Kamijo.
-Sí, yo quiero ir… ¡necesito ir!
-De acuerdo, ve.
-¡Y quiero el otro boleto! –Apareció Sinéad quien al parecer no sentía vergüenza de lo que había hecho –Teru necesita una pareja, digo… para que nadie sospeche, además, he visto que el evento es de parejas así que sería sumamente raro ver a Zin o a Yuki con él. Llevar a Hizaki o a Helena sería algo arriesgado, con Flowery tenemos suficiente.
-¡Oye! –Eso ofendió a la mayor de las Olsson.
-Pero creo que tiene razón Sinéad, además que nos ayudaría si hay contratiempos.
-No me gusta la idea –Hizo notar el peliplata –¿Qué hay de Jasmine? Ella puede ayudarnos.
-La necesito aquí con Zin por si se dan casos  aquí.
-Pues deja a Zin con Sinéad.
Kamijo se acercó a Teru para decirle a en voz baja.
 –Es más fácil si la vigilo yo, no confío mucho en ella.
Aquella noche Vamaranth también logró escaparse un momento de Haruka, buscó un rosal blanco para tomar la flor más hermosa que encontró en él, de inmediato cambió de color y la cubrío con su capa, caminando, llegó a casa de Teru, buscó la forma de entrar en ella y sin complicaciones, pudo trepar por la barda exterior trasera, buscó la habitación de Teru por fuera y subió hasta ella, abrió la ventana y entró, pensó que tal vez estuviera dormido por lo que no realizó ruido alguno pero su cama estaba vacía, en los últimos días como humana había pasado tantas noches en aquel lugar, todo le era tan familiar; encontró en un estante un block de dibujo y allí colocó la rosa para después marcharse.
Haruka la esperaba de nueva cuenta molesta por escaparse sin decir nada, Vamaranth al verla sintió como si fuese Tarja furiosa por alguna travesura que había hecho, se encogió de hombros y agacho ligeramente la cabeza y pasó al lado de ella, Haruka la miró estricta pero no dijo nada, esperó a que la otra chica entrara a la casa para después cerrarla. Una vez dentro, Vam sintió que Haruka sería muy severa con ella así que se sentó en un desgastado sofá, aquella noche no había luna por lo que reinaba una oscuridad profunda, naturalmente ellas podían ver a la perfección.
-Creo que ya te he mencionado lo peligroso que es que andes por todos lados sola… -Haruka parecía tranquila, preocupada pero ya no lucía enojada.
-Lo siento mucho –En la voz de Vamaranth en verdad había arrepentimiento.
-No te preocupes, estás bien y eso es lo importante. Respeto tu privacidad por lo que no te preguntaré a dónde fuiste; solo espero que seas más cuidadosa.
-Lo siento mucho –Volvió a repetir.
-Sólo quiero que avises cuando salgas y que seas precavida.
-De acuerdo.
-Por cierto, ya casi amanece, necesito que me acompañes, ya sé dónde conseguir la ropa para el recital, debemos conseguirla por si hay que hacer algunos ajustes.
Ambas se fueron, entraron a una boutique donde vendían vestidos de fiesta, Vamaranth no se extrañó al ver a Haruka en la sección de ropa masculina, ella se limitó a mirar los vestidos, no estaba bien porque estaban robando pero no había de otra, además que solo eran unas cosas, lo demás estaría intacto. Vamaranth miró un vestido, era negro con detalles azules, poco ostentoso pero elegante, también tomó unas botas negras y un par de guantes de encaje negro que solo llegaban a la muñeca. Haruka tomó lo suyo y lo envolvió en un trozo de tela, al amanecer, ellas ya habían abandonado el lugar.
Al medio día, Teru fue a su casa para conseguir ropa para la ópera, todo estaba tan vacío y solitario en ella; Hizaki, Helena y Masashi lo acompañaban. Helena se sentía tan extraña de volver a la aldea Philian, Masashi notó esa nostalgia en su mirada y la tomó de la mano para que se sintiera mejor. Entraron a la casa de Teru, él subió a su habitación, sacó lo primero que se le hizo apropiado y cuando se iba miró a donde tenía su block y encontró la hermosa rosa de extraños colores, la tomó sorprendido pues jamás había visto una rosa como tal ¿estaría pintada? Quizá en color era lo de menos, lo que realmente se preguntaba era el cómo aquella flor había llegado hasta su habitación cuando él no había estado en su casa por días… ¿sería ella? ¿ésta era su forma de decir que estaba bien? ¿de qué se esconde, entonces? Tantas ideas pasaron por su mente cuando escucho a Hizaki que le gritaba para que ya se fueran, guardó la rosa entre sus cosas cuidando de maltratarla lo menos posible y se reunió con los demás.  Hizaki debía de pasar por más cosas, Teru no entendía por qué las chicas necesitaban tantas cosas, él fue por una ocasión especial y según sabía, su prima había llevado suficiente ropa y objetos al castillo de Kamijo. Al salir se encontraron con alguien no muy agradable para Masashi, pero a Teru le dio mucho gusto verlo de nuevo.
-¡Mark! –Decía Teru -¡Hace mucho que no te había visto!
-¡Teru! Pues ya tengo un par de días aquí pero quien no aparecía eras tú, fui a visitarte pero no había nadie, fui a la casa de Hizaki pero tampoco; hasta empecé a preocuparme pero me alegra verlos aquí.
La mirada de Mark se fue directo a Helena, quien agachó su mirada un poco y miró de reojo la cara de fastidio de su esposo. De pronto, tenía a Mark frente a ella quien tomó su mano y la besó.
-Mark… -Dijo Helena casi de forma imperceptible.
-Creo que esa no es forma de saludar a mi esposa… -Interrumpió Masashi, Mark al escuchar sus palabras sintió como si algo muy fuerte lo golpeara en el pecho.
-¿Está casados? Helena… ¿te casaste con el Thanatosian?
-Sí, soy su esposa.
-Fue un gusto verte, Teru, en verdad me tenías preocupado. Nos vemos luego. –Antes de marcharse, Mark miró con ira a Masashi, nadie habló, hubo un silencio algo incómodo hasta que Teru mencionó que buscaran un lugar dónde comer pues ya tenía hambre.
Haruka y Vamaranth fueron a “cenar” aquella noche para evitar problemas durante el concierto, y más con Vamaranth que tenía tan poco tiempo de ser una vampiresa, pero dado a que la sangre que la convirtió tenía mucha fuerza y experiencia (Kaya) se acoplaba con mucha facilidad, bebía con mesura, casi sin derramar gota alguna y sin desesperación aunque aquella noche bebió a más de una persona. Haruka la miraba con atención, en verdad se había adaptado de forma formidablemente rápida aunque eso no significara que le gustara ser lo que era, en sus ojos había tristeza y una profunda soledad.
Cuando volvieron a casa, Vamaranth se quedó pensativa, y Haruka no se le ocurrió nada qué decirle.
-¿Crees que mañana haya ghouls en el concierto? –Preguntó de pronto Vam mientras apoyaba su codo en la mesa al lado del sofá y ponía su rostro en la palma de su mano.
-No lo sé sinceramente, podría… -Haruka se sentó a su lado. –Pero si hay, nos encargaremos de ellos, incluso debemos tener la vista muy agudizada para ver si encontramos a la tal Kaya e impedir que “haga” a los ghouls.
-Pero no podremos detenerla, es muy poderosa.
-Lo intentaremos, haré lo que sea…
-Los siento…
-¿Por qué te disculpas?
-Lo de Kaya… -Suspiró –No es asunto tuyo y aquí estás, arriesgándote… por eso lo siento.
-No te preocupes –Haruka puso su mano en el hombro de Vam, habló con tanta ternura que por primera vez se notaba a simple vista como mujer, e incluso su voz fue totalmente femenina –Te ayudaré hasta que puedas reunirte con toda la seguridad del mundo con las personas que amas.
-Haruka… -Haruka alzo una mano y Vamaranth la tomó entrelazando sus dedos.
-Haría lo que fuera con tal con que seas feliz.
-¿Por qué?
-Porque… -Dudó – eres la primera persona que ha estado conmigo tan cercanamente desde que me convertí… te convertiste en mi todo.
-Cuando estemos con los demás, estoy segura que todos serán tus amigos, nunca volverás a estar sola; tu y yo podemos ser como hermanas…
-¿Hermanas? –Haruka retiró su mano –Si así lo quieres. –De alguna forma, no era la respuesta que esperaba pero no sabía por qué. –Como sea, checa tu vestido y ve si puedes moverte cómodamente con él puesto,  digo… por si se requiere pelear.
-De acuerdo.
-Descansa, el Sol está por salir y estoy verdaderamente somnolienta. –Decía al alejarse.
Teru sabía que debía de dormir pero no podía hacerlo, su cabeza estaba inundada en un mar de ideas donde solo había tres cosas que le interesaban… Vamaranth, “Jane Doe” y la rosa azul con plata aunque de alguna forma todo estaba relacionado, mientras pensaba miraba cada hermoso pétalo de la rosa, para haber pasado un día sin agua tenía un buen aspecto, aunque los pétalos externos empezaban a tornarse marrón en las orillas. No había dicho nada al respecto de aquella misteriosa flor como si con eso pudiera proteger a Vamaranth a pesar de su ausencia. Kaya no sólo había destrozado su pasado dejándolo huérfano, quiso destruir su presente dañando a Hizaki, y ahora atenta contra su futuro, al llevarse a la persona que más amaba y con quien soñaba vivir durante el resto de su vida y sin saberlo, también mató a su hijo incluso antes de nacer.



No hay comentarios:

Publicar un comentario