domingo, 13 de octubre de 2013

35. Lisää Punaista Verta

Yuki se dirigió a la casa de su prometida, Tarja lo hizo pasar de inmediato pues tenían muchas cosas que hacer en cuanto a los preparativos de su boda. Aunque era algo tarde para conversar debían darse prisa pues esa boda también se llevaría a cabo muy pronto. Vamaranth se mostraba algo  mareada ante todas esas cosas que ella le daba escalofríos de solo pensarlo, definitivamente no deseaba casarse con Yuki.
Tarja se mostraba muy emocionada. Flowery y Tuomas solo se limitaban a responder con monosílabos cuando se les preguntaba algo. Era evidente que los únicos que mostraban interés en el tema era Yuki y Tarja, siempre hablando de hasta el más mínimo detalle. Vamaranth solo se limitaba a escuchar mientras en su mente estaba lo que le había dicho Kaya y en Teru, por momentos se le olvidaba que estaba comprometida pero estaba próxima la fecha de su boda y aterrizaba en la idea que si eso pasaba no podría estar más con Teru. Lo amaba y a Yuki no.
 -Por cierto ¿saben dónde está Masashi? –Preguntó Yuki.
-Lo vimos hace rato, está bien pero creo que él debe de decirte…. –Habló Flowery.
-¿Ustedes también? Hace rato me encontré con Kamijo y me dijo prácticamente lo mismo.
-Ya veo, pero es que sí, es necesario que él te diga, es importante para él, solo debo decirte que es para el bienestar de Masashi. –Terminó de decir Flow.
-Siendo así, creo que está bien. ¿Pero no saben cuándo lo veré?
-Lo más seguro que mañana venga.
-De acuerdo, esperaré lo que él me diga. Bien, es muy tarde y debo dejarlas descansar, pero antes quisiera saber si Vam quisiera salir conmigo mañana…
-¡Claro! A la hora que gustes Yuki. –Respondió Tarja mirando a Vamaranth para que ella no se le ocurriera negarse.
-Está bien… -Dijo la chica casi como si se tratase de un murmullo.
-Hasta mañana entonces. Vengo por ti como a las dos,  cariño. –El chico se despidió de su prometida de un beso.
Durante la mañana en el desayuno, los Olsson permanecían en silencio, solo tomaban sus bocados pero nadie decía nada, a Vam no le apetecía salir con Yuki y también estaba lo que había pasado con Kaya. Flowery también estaba preocupada por lo de Kaya, Tuomas lo desconcertaba que la boda de su hija menor estuviera tan cerca y peor tratándose de una boda sin amor de parte de su pequeña. Y la tía Anette que continuaba de visita pensaba en lo mismo que su hermano.
-¿Tía Anette? –Preguntó la mayor de las hermanas.
-Sí pequeña.
-¿Puedo hablar contigo después de desayunar?
-¡Con gusto!
Al finalizar el desayuno, Anette y Flow ayudaron a limpiar los platos, la tía le dijo que la acompañara a comprar un  poco más de comida y que podía hablar en el trayecto por lo que la chica aceptó. Se fueron caminando, por momento Flow no decía algo pero Anette no preguntaba más, era una mujer muy respetuosa en ese aspecto, pasaron a comprar algunas verduras.  Después An llevó a su sobrina a un local muy rústico y hasta descuidado donde estaban en los aparadores polvorientos frascos con contenidos desconocidos, aquel lugar estaba apartado de los demás locales, casi como si estuviese oculto.
-No temas, es seguro. –Indicó a Flowery cuando la chica miró con asombro la fachada.
-Si tú lo dices.
-Sabes a lo que me dedico, necesito algunas cosas de aquí, ya sabes, señoras que me piden hechizos básicos por lo general en cuestiones de amor, de algo tengo que vivir.
-Tienes razón.
-Después de aquí te invitaré un té, hacen uno muy bueno y te dan ricas galletitas, y podremos hablar lo que gustes.
-¡Eso es genial!
Anette pidió a la extraña anciana que atendía algunas cosas, polvos, hierbas raras y unos cuantos líquidos, Flowery de alguna forma pensaba que vería alas de murciélago o algunos bichos pero nunca aparecieron por lo que dedujo que esos ingredientes “mágicos” eran en su mayoría si no es que en su totalidad de origen vegetal. Salieron de aquel local para ir a tomar el té, caminaron por algunos minutos en silencio hasta que llegaron en el lugar indicado. Ambas pidieron té de frutos del bosque con galletas de avena, esperaron peor poco tiempo.
-Bien pequeña, háblame. –Indicó Flowery.
-Pues bien –la chica suspiró para empezar a hablar –No sé si sabrás, pero ayer mi amigo Masashi se casó con una Philian.
-¿En serio? Tuvieron mucho valor en hacerlo, con eso que las cosas entre los clanes están muy enemistados –mencionó An antes de beber un sorbo de té.
-Pero hay un detalle del que me habló Kamijo, me aseguró que él no sabía mucho del tema pero me mencionó que Jasmine sí, y al saber que tú eres amiga de Jasmine quisiera preguntarte algo.
-Te escucho mi niña. Sabes que si yo lo sé, jamás dudaré en decirte.
-Gracias. Pues Kamijo mencionó una teoría donde señala que los vampiros pueden tener hijos y la verdad no lo creo mucho pues se suponen están muertos. ¿No lo crees así?
-Pues sé algo pero como Kamijo, no estoy segura. Hasta donde yo sabía solo los vampiros “machos” tenían esa posibilidad siempre y cuando fueran recién creados y la mujer sea humana pues aún están en transición de ser vampiros, mueren de poco… pero no sé sabe exactamente qué pasa realmente.
-¿Y sabes qué ocurre con los bebés que nacen gracias a esa unión?
-Pues no muy bien, te digo que hasta el momento es desconocido para mí tal suceso, según se habla de una mayor habilidad física y tolerancia a ciertas heridas pero no te aseguraría nada.
-Ya veo. Pareciera que todo concuerda.
-Masashi ¿verdad?
-¿Cómo lo supiste?
-Desde pequeño mostraba ir más allá, pero en fin, sé que su vida es un misterio y ahorita está recién casado, hay que dejarlo que disfrute un poco de su vida matrimonial.
-En eso tienes razón tía.
-¿Tía? ¡Llámame Anette, querida! –Decía jovialmente.
-De acuerdo.
Yuki llegó por Vamaranth a su casa, la chica no deseaba salir con él pero no le quedó otra salida.
Yuki llevó a su prometida a un parque donde caminaron y comieron algunos bocadillos que el chico había comprado. Vamaranth permanecía la mayor parte del tiempo en silencio limitándose solamente a responder las preguntas que a veces Yuki efectuaba, él lo notó pero no quizo hacer algún comentario al respecto para no incomodarla. A veces ella se mostraba renuente a tomarlo de la mano, él se daba cuenta de todo y lo entristecía pero no podía comprender aquel cambio de actitud, sin embargo no decía nada.
El chico pensaba y pensaba pero no encontraba respuesta alguna, quería preguntarle pero no sabía, en el fondo intuía que si preguntaba de más resultaría herido.
-¿Ya éstas lista? La fecha se acerca mi niña. -Preguntó para "romper el hielo".
-No te puedo responder ahora. -Respondió ella en un tono vacío.
-Lo entiendo, seguro estás igual emocionada que yo. -Dijo con voz apagada. Ella no respondió y solo miró al pasto que recién empezaba a retoñar.
Él la abrazó fuertemente, la estaba perdiendo y debía evitarlo y creía saber quién estaba detrás de eso. Quería a Vamaranth de verdad y aunque dudara de ella, jamás la lastimaría.

-¡Hizaki! -Teru llegaba a visitar a su prima y más porque Helena ya no estaba en el clan y Scarlet seguía sentida e indignada por el desprecio de Teru.
Aquel día el joven no había ido al entrenamiento además que ya casi estaba por terminar el retrato de Flowery y prefirió pasar el día con Hizaki, planeaba llevarla a ver a Helena pero siempre bajo su cuidado pues sabía que Kaya hasta de día era extremadamente peligrosa. Iban platicando sobre cosas sin sentido, posiblemente sobre la infancia de ambos, cuando Teru estaba en casa de Hizaki con tal de no estar solo en la suya, ella era su única compañera desde que perdió a sus padres.
-¿Sabes algo Teru? –Preguntó la dama. –Me da mucho gusto que Helena se haya casado con una persona especial, y de igual forma me encantaría que al final de todo, tú puedas casarte con Vamaranth, ella sería muy desdichada al lado de Yuki y realmente la quiero como si fuera mi hermana y deseo lo mejor para ustedes dos. Mira, que si yo pudiese hacer algo para que puedan estar juntos, lo haría sin dudarlo sin importar lo que eso implicara.
Teru sonrió, ya sabía que su prima lo apoyaba aunque jamás se lo había dicho tan directamente como ahora lo hacía. Siguieron caminando hasta que llegaron a la aldea donde ahora vivía Helena, buscaron la casa pero antes de llegar, Hizaki pasó a comprar algunas peras para obsequiarles.
Vamaranth llegó a casa en la noche, Yuki la dejó en la puerta de su casa pues debía trabajar esa noche, el líder de los Thanatosian saldría a un poblado lejano y debía estar en la mañana. Yuki lamentaba no haber podido hablar con Masashi ese día pero estaba convencido que lo mejor fue pasar el tiempo con su prometida.
Vamaranth esperó a que Yuki se fuera, iba a abrir la puerta de su casa pero se le cayó, como ya estaba oscuro no podía hallarlas por lo que estaba tocando el piso con sus manos para lograr encontrarlas. Cuando por fin tuvo las llaves en sus manos escuchó la misma voz que en la boda de Helena y Masashi. Ella volvió a tirar las llaves, se sentó en la entrada de su casa y tapó sus oídos con sus manos, mientras murmuraba “No Vam, no hagas caso” constantemente, sin embargo, sus esfuerzos eran inútiles, esa voz se hacía cada vez más fuerte, quería gritar pero sus labios no respondían, hasta que la vio frente a ella, de nuevo ella quien la mirada con una sonrisa que dejaba ver sus afilados dientes.
-Querida, vine por ti… -Habló Kaya extendiendo su mano hacía la temerosa y paralizada Vamaranth. La chica negaba con la cabeza pero no podía decir palabra alguna.
Kaya tomó a la chica de un brazo y se la llevó afuera de la aldea.
-¡¿Qué quieres de mí?! –La joven por fin podía hablar, pero muy tarde pues nadie podía escucharla.
-Tranquila honey, volverás a casa… solo quiero mostrarte algo que te puede hacer considerar mi propuesta de ayer.
-Ya te dije que eso jamás ocurrirá, demonio.
-Pues ya me dirás, ven, te juro por Kamijo que mañana despertarás tranquila en casa. No soy todo lo que te dicen pequeña.
Caminaron hacía un gran poblado, de hecho, estaba lejos y Vamaranth no sabía cómo había llegado hasta allá pero no dudara que Kaya hiciera esa clase de cosas. Entraron en las calles y buscaron un callejón oculto donde solo hombres ebrios y prostitutas estaban presentes. Kaya se adentró y al notar que la chica no iba tras ella, la llamó con la mano. Vamaranth temerosa se acercó a la vampiresa en medio de toda esa clase de gente que jamás había tratado. Al fondo, una prostituta ebria, era joven, casi de la edad de Vamaranth o quizá un poco mayor, su cabello negro era largo y sus ropas estaban rotas.
-¿Ves a esta deplorable criatura? –Preguntó Kaya. -¿No crees que es una pena que siga con esta clase de vida? Vende su cuerpo por dinero, ya lleva dos abortos y en el último estuvo a punto de morir. ¡Hoy vengo a acabar con su sufrimiento! –Enfatizó lo último con una sonrisa y ademanes de “salvadora”.
-¡¿Qué diablos quieres decir con eso?! ¿Salvar para ti es matar? –Preguntó indignada Vama.
Kaya dio una patada a la joven postrada quien la miró de reojo.
-¿Qué quiere? –Apenas si pudo pronunciar esas palabras con los efectos del alcohol.
-Vengo a rescatarte de tu vida mísera.
-¿A sí? ¿Cómo lo hará una catrina como usted? –Tardaba en hilar las palabras.
Kaya sonrió pero de nuevo mostraba sus afilados dientes, una sonrisa tan terrorífica que hasta la pobre chica ebria se levantó como pudo para tratar de huir. Trataba de gritar pero seguro la gente que solo la escuchaba pensaba que era por borracha, además que nadie en ese callejón estaba en óptimas condiciones.
-¡¿Qué es lo que harás maldita?! –Gritaba Vamaranth pero notó de nueva cuenta esa parálisis en su cuerpo.
-Calla y aprende… -respondió la vampiresa con serenidad.
Kaya tomó a la chica del cabello mientras ésta gritaba deseperadamente pidiendo ayuda pero evidentemente nadie acudiría.
-Cállate… zorrita –Le murmuraba a su víctima.
Kaya la arrojó al suelo, mientras no le dejaba de implorar por su vida.
-¡Eres muy molesta perra! –Kaya estaba perdiendo la paciencia así que la volvió a tomar del cabello de forma muy violenta y mordió el fresco cuello de la joven.
Aquella escena era terrible para Vamaranth quien era testigo de aquella crueldad. La chica gritaba y Kaya solo bebía dejando sangre en el cuello de sus víctima, dejó a la prostituta semimuerta y fue por Vamaranth, la jaló de forma poco gentil hacía aquella chica desangrada.
-Lo que emana de su cuello es el elixir de la vida eterna.
-Un elixir maldito –Apenas si podía susurrar la Olsson.
-Como quieras llamarle, te gustará yo lo sé.
-¡Eso jamás!
-¿Quieres ver?
La vampira acercó el rostro de Vam hacía la sangre derramada, ella solo procuraba cerrar los ojos.
-¡Bebe y disfruta de uno de los mayores placeres de la vida! –Kaya empujó más el rostro de Vamaranth hasta que sus labios tocaron esa sangre. –Yo sé que tu destino es más rojo que la sangre, querida. -Tomó con sus manos más sangre y la embarró en los labios de Vam quien se movía violentamente para impedir que ese líquido tocara su rostro pero luchaba en vano, sentía la tibieza y la humedad de sangre en su rostro. –Deliciosa ¿cierto?
-¡Déjame ir por favor! –Suplicaba Vam, la otra chica ya era un cadáver. -¡No quiero! –Lloraba.
-Y prometí llevarte a casa, solo quería que vieras lo maravilloso de ser yo.
-Casa… solo quiero… -Vamaranth estaba en shock después de todo, con lágrimas que caían de su cara corriendo las manchas rojas en ella. Kaya tomó su cara entre sus manos y con los labios rojos por la sangre, la besó muy cerca de sus labios.

-¡Vaya! El Philian tiene suerte de tenerte, ahora mi amor, tienes la dicha de tener el aroma de la muerte en ti. La chica no la escuchaba, y solo cayó desmayada en los brazos de la vampiresa. 

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