Algunos días
pasaron, poco a poco las nevadas se hacían más intensas y hacía más frío. El
sol pocas veces salía y Kaya iba a ver a Hizaki durante las noches pues durante
el día acompañaba a su primo al castillo de Kamijo para poder seguir con el
trabajo encargado; Teru veía a Vamaranth pero poco tiempo pues entre la pintura
y el arduo entrenamiento de Kamijo poco tiempo le quedaba, era difícil pues el
joven Thanatosian con trabajo podía sujetar una espada. Inclusive Teru había
pedido ayuda a Mark con quien practicaba llegando de trabajar. Hizaki estaba
sorprendida pero le había comentado que era para evitar cualquier conflicto con
Yuki, ella dudaba pero no quiso indagar aún más.
Alexander poco
a poco se acercaba más a Flowery, la chica solo lo miraba como amigo pero
admitía que se sentía algo nerviosa cada vez que él se acercaba. Una mañana que
por fin el clima se había despejado un poco, Tarja ya no se mostraba tan
molesta con Vamaranth por lo que ya la dejaba salir sola, y aquella vez la
había mandado por un poco de frutas y pan. La chica fue acompañada por Yuki
hasta la entrada de una de las aldeas de donde a Tarja le parecía que tenían
las frutas más frescas, pero él debía de marcharse así que la dejó sola. La
chica, después de comprar las cosas que su madre le había encargado pensó en
que quería ver un rato a Teru, el único inconveniente era que no sabía dónde
quedaba el castillo desde aquella ubicación, sin embargo ella quería verlo y empezó
a caminar sin rumbo, aunque ella parecía que sí lo tenía.
La chica por
más que caminaba no daba con el castillo, y cuando por fin se decidió a
preguntar notó que no había nadie, realmente se había perdido, empezó a caminar
para ver si encontraba a alguien cerca de aquel bosque pero las horas pasaron y
se dispuso a sentarse bajo un árbol a comer alguna de las frutas que había
comprado; el cielo se tornó rojizo por el atardecer y la temperatura descendía.
La chica no sabía que hacer pues no tenía ni idea de a donde poder ir. Casi al
anochecer, Vam, quien temía por el regaño de su madre al no llegar a casa,
escuchó ruidos extraños, se acercó poco a poco a la dirección de dónde provenía
y se ocultó tras un árbol para ver lo que ocurría, tuvo algo de miedo al notar
que había un grupo de personas y una de ellas era Kaya; buscó y en efecto,
también se encontraba Alexander. Por lo visto eran aproximadamente 5 vampiros y
suponía que aliados de Kaya, y dos jovencitas humanas quienes se mostraban
aterradas ante aquel aquelarre de vampiros.
Vamaranth se
acercó un poco más sin dejar de ocultarse en los árboles y respirando lo más
pausado y silencioso que podía para no delatar que estuviera; y al parecer esos
seres estaban tan hambrientos que posiblemente el aroma de Vam se desvanecía
con el de la sangre de aquellas víctimas.
Kaya jugaba con
las chicas, aún no las hería, sin embargo lamía sus mejillas lo que hacía que
ellas gritaran, Vam apretaba sus puños ante la impotencia de no poder hacer
algo por ellas, y recordaba que ella estaba tras Hizaki.
-Son tan
hermosas, y… deliciosas…- Decía Kaya y al final de su frase lanzó una risa
escalofriante.
Los demás
sujetaban con suma facilidad a las chicas que luchaban por escaparse, unas
lágrimas brotaban de los ojos de Vamaranth quien era testigo mudo de aquella
lamentable y terrorífica escena. Era evidente que Kaya lideraba a los demás,
siendo que ella era quien jugaba con las víctimas y los demás se limitaban a
sujetarlas, salvo Alexander, quien solo miraba y de vez en cuando le indicaba a
la vampiresa que se detuviera de jugar pues estaba sediento por lo que ella le
respondía con un rugido y él solo cruzaba los brazos en señal de desesperación.
-¡Kaya por
favor! Para eso tienes a tu princesita Philian, ya déjanos beber.- Decían un
impaciente Alexander, los demás no decían nada y se limitaban a obedecer a
Kaya.
-¿Te puedo
pedir un favor querido?- Indicó Kaya.- De favor ¿podrías CALLARTE?
-¡Qué genio!
Solo te diré que estoy sediento, y tu dulce Hizaki se ve que tiene una sangre
de-li-cio-sa…
-¡Con ella no
te metas!- Rugió la vampiresa.
-Pues date
prisa.
La vampira se
acercó a una de las chicas, ella era alta pero muy delgada y por el aspecto de
su vestido de clase humilde y trabajadora, su piel estaba quemada por el sol
pero aun así no dejaba de ser bella; Kaya retiró el sedoso cabello castaño
revuelto de su cuellos para después pasar sus largas uñas sobre él, los ojos de
la vampiresa se tornaron poco a poco color escarlata y fieros, sus dientes se
afilaban y boqueaba en señal de sed, sus dedos temblaban pero su mirada era
segura… ella bebería de aquella chica. Desgarró parte del vestido que cubría el
pecho de la chica mientras ella no dejaba de gritar y jalarse para tratar
infructuosamente de salvarse, Kaya recorrió cons sus fríos dedos la piel de la
chica y cuando menos lo esperó clavó sus blancos colmillos en ella, la sangre
no brotó sin embargo, cuando separó su boca para acomodarse mejor sus dientes
estaban cubiertos del vital líquido rojo.
En el momento
que Kaya hundió sus afilados colmillos en aquella piel delicada, Vamaranth
estuvo a punto de emitir un grito, pero ella misma se tapó la boca pues sabía
que si la descubrían, seguro le harían lo mismo. Kaya volvió a beber, pero
pausó sus cena para dejarle el cuerpo de auquella joven aún con vida a sus
“seguidores” quienes terminaron por desangrarla, y después de beber la última
gota, la vampiresa se acercó a ella, tomó su cabeza entre sus manos y la giró a
la vez que la jaló para desprenderla; la chica quien permanecía oculta no podía
creer lo que veía, era terrible.
La otra
víctima, ahora una chica rubia que parecía de clase acomodada gritaba al ver
aquellos actos crueles, sin embargo esta vez fue Alexander quien se acercó a
ella, Kaya tomaba la partida como espectadora. El vampiro pidió a los otros que
la soltaran quienes obedecieron de inmediato; él la sujetó por la cintura,
empezó a besar su cuello mientras con la mano que tenía libre la tocaba por
todo el cuerpo, ella permanecía aterrada y empezó a gritar más fuerte y a
moverse mucho; él se molestó y la tiró al suelo.
-¿Te resistes a
mí? No sabes lo que eso significa…- Amenazaba el vampiro con una mirada llena
de ira y hambre.
-Tanto me
criticabas por mi demora y haces lo mismo querido…- Criticaba Kaya mirándose
las uñas de su mano derecha.
Alexander la
miró con inconformidad, y por tal tomó del cabello a su víctima y se dispuso a
beber de ella; cuando terminó su turno la cedió a los demás quienes terminaron
con su sangre para después, quitarle de nueva cuenta la cabeza para evitar que
se convirtiera en un ghoul. Realmente, aquellos seres eran crueles y
sanguinarios, todo lo contrario a Kamijo y Jasmine, quienes bebían de enfermos,
delincuentes o personas que anhelaban la muerte pues su vida era insoportable,
además que se alimentaban rápidamente para causar el menor sufrimiento posible;
pero Kaya y sus secuaces eran feroces.
De pronto, uno de
aquellos vampiros quienes poco les faltaban para ser ghouls de Kaya y Alexander
por su extrema obediencia y mediocridad olfateó algo.
-Huelo a
humano…- Decía el ser decadente.
-Es obvio… los
cadáveres aún están aquí.- Sugirió Alexander.
-No… ese humano
está vivo…
Los demás
olfatearon también y fue cuando Kaya dijo algo que llenó de terror a Vamaranth.
-Y yo sé quién
es…
Era obvio que
Vamaranth debía de huir lo más rápido posible pues ya sabía quién era, pero
estaba consiente que por mucho que corriera, aquellos demonios la alcanzarían
con el menor esfuerzo. Por primera vez en su vida sintió un miedo intenso que
hacía que sus pierns se paralizaran ante la eminente orden de correr, la sangre
se helaba y no por el frío presente. Sabía que si nada ocurría esa noche iba a
morir. Kaya empezó a rastrear como si fuese un sabueso acercándose poco a poco
al árbol donde se escondía.
De la nada, la
chica aterrada sintió que una mano delicada sujetaba la suya, iba a gritar a no
ser de notar calidez en ella, no era un vampiro.
-Ven… te
ayudaré.- Le indicaba una mujer quien cubría los ojos de la chica con una manta
blanca.- Siento hacerte esto pero hasta que no sepa bien quien eres y conozca
la relación que tienes con esos seres no puedo permitir que sepas el camino a
mi hogar.
La chica
hubiese dudado en ir pero algo en la voz de aquella mujer la tranquilizaba y de
alguna forma debía de confiar si es que quería tener una probabilidad de seguir
con vida. Sujetaba del brazo a su acompañante pues debido a la cinta no podía
ver, por alguna extraña razón no iban corriendo y dudaba si eso era efectivo
para escapar de los vampiros. Pero ya habían pasado varios minutos, suficientes
para ser encontradas y asesinadas, sin duda la mujer que la guiaba sabía lo que
hace.
Entraron a
algún lugar pues la chica de inmediato notó que el frío disminuía. Y al
escuchar el cerrar de una puerta lo confirmó.
-Puedes
quitarte la venda.- Indicó aquella misteriosa mujer y la chica lo hizo, el
lugar era pequeño, una simple cabaña con hierbas y libros muy antiguos; muebles
viejos pero en perfectas condiciones, un ambiente cálido y con un toque de
misticismo, sin embargo, se sentía en confianza.- Puedes tomar asiento.
-Gracias, y
también- la chica agachó su cabeza en señal de agradecimiento- Muchas gracias
por evitar que me descubrieran.
-No te
preocupes, conozco de vampiros y sé de lo que son capaces, hubieses tenido la
misma suerte que aquellos cadáveres de jovencitas.
-Aunque creo
que hubiese sido peor… ¿Y usted cómo sabe de vampiros? Usted es más humana…
-Sí, soy humana
pero hasta en eso habemos clases…
-¿Qué insunúa?-
Preguntó Vamaranth con cara algo molesta.
-Que hay
humanos de muchos tipos, pues si ya sabes de vampiros, poco te ha de sorprender
que soy sea una clase de bruja…
-¡¿En serio?!
Eso ha de ser increíble…
-Pues ni tanto,
eso fue lo que me alejó de mi familia…- El semblante de aquella mujer cambió;
Vamaranth la miró detenidamente buscando el ángulo perfecto para que las velas
encendidas iluminaran mejor sus rostro. El largo cabello rubio de la mujer era
hermoso, pero no más que sus ojos felinos y de color muy parecidos a los de los
de Tuomas…
-No sabes cómo
lo siento…
-Por cierto, no
me he presentado, mi nombre es Anette…
-Hola Anette,
yo me llamo Vamaranth.- La mujer miró detenidamente a la chica después de
escuchar aquel nombre, se miraba sorprendida.- Yo sé que es un nombre extraño
pero es de esperarse después de tener padres extraños. – la chica rió un
momento.
-¿De casualidad
tu apellido es Olsson?
-¿Cómo lo
sabes?...
-Es que mi
nombre es Anette Olsson…
-¡¿Qué?! No lo
puedo creer… tú eres….
-Hermana de
Tuomas, solo que me alejé de mi familia para no causarles problemas debido a mi
afición, que es la magia.
-¡¿Pero?!...
¡Eres mi tía!
-Lo sé, tuve
que irme desde que tú casi habías nacido, Flowery era pequeña también para
acordarse de mí también. Y es claro que tu nombre es una rareza… de hecho tus
padres imploraron que me quedara, pero por el bien de ustedes no acepté.
-Con razón su
aroma me es familiar…
-¿Sabes? Extraño
tanto a tu padre… siempre adoré a mi hermano y quizá es tiempo de verlo de
nuevo.
-¡Claro! Mañana
pudiese llevarte, eso está claro si recuerdo el camino a casa…
-No es
necesario, yo lo recuerdo. Y ya hablando en serio… se notaba que conocías a
esos vampiros, de hecho alcancé a escuchar que Kaya decía que ya conocía a
quien se ocultaba…
-Etto… sí, es
que resulta que Flow está comprometida con Kamijo…
-¡Con Kamijo!
Jasmine es una ingrata, jamás me dijo esa mujer…
-¿Conoces a
Jasmine?
-Cómo no
conocer a esa adorada vampiresa, ella ha sido mi única amiga en estos años de
soledad.- Anette suspiró.
-Esa Jasmine… a
pesar de ser lo que es, llena de luz todo lo que toca…
-Sí, es un caso
muy contrario a Kaya… Kamijo es algo reservado pero me cae bien y más porque sigue
los mandatos de Jasmine, eso lo hace muy diferente a los demás, pero hay que
tener cuidado con Kaya porque ella está obsesionada con él…
-Lo sé y me
tiene preocupada por ello, no quiero que algo malo le pase a mi hermana…
realmente no lo soportaría.
-Lo entiendo,
yo sé lo que se siente, si algo le pasara a tu padre yo moriría de dolor
también.
Anette y
Vamaranth platicaron gran parte de la noche hasta que quedaron dormidas.
En la mañana,
Tarja entró a la habitación de Vamaranth y al no verla se enfureció. Llamó a
Flowery quien no sabía dónde pudiese estar. Todos sabían de la afición de la
menor de llegar tarde a casa y entrar por la ventana de su habitación por lo
que siempre había la esperanza que simplemente apareciera dormida a la mañana,
pero no, por segunda vez que no pasaba y Tarja empezaba a sospechar que de
nuevo había sido a causa de Teru.
-¡Juro que si
no llega en una hora iré de nuevo a visitar a ese muchachito Philian para que
me de una explicación! Y si la encuentro de nuevo allá entonces sí la encerraré
bajo llave porque no es posible que esté en brazos de otro cuando está
comprometida con el buen Yuki.
-Mamá, no
sabemos porque no llegó, tal vez se perdió y necesitamos buscarla.- Sugirió
Flowery. –Y más con el frío que hace.
-Cómo sea… sino
llega mandaré a Yuki a buscarla al bosque para que se distraiga y yo voy con el
Philian… ¡no es posible que no llegué! ¡Fueron unas simples frutas!
-Pero todos
sabemos del mal sentido de la orientación, y recuerda que Yuki solo la dejó y
no pudo quedarse con ella, ni siquiera a la aldea Philian debió de poder
llegar.
Alguien llamó a
la puerta, Tarja corrió a abrir por si se tratara de su hija, y en efecto, era
ella. La señora al verla parada frente a su puerta no evitó abrazarla al verla
bien, después la examinó por si no presentaba heridas, y al verla bien
prosiguió.
-¡Más te vale
que no te hayas quedado con ya sabes quién! –Regañaba Tarja a su hija.
-No te
preocupes… ella se quedó conmigo Tarja…-
Anette apareció
ante la señora quien se quedó sorprendida al verla.
-La niña se
perdió en el bosque después de regresar de comprar esto- Señaló una bolsa con
frutas que acababan de comprar pues las que había comprado Vam las había comido
y parte las había tirado cuando encontró a Kaya.- Hace tiempo que no nos veíamos.
¿Está Tuomas?...
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