-Haz regresado muy
pronto.-Jasmine era muy hermosa con una forma muy característica y elegante de
vestir.
-Había alguien habitando aquella
casa.
-¿No dijiste que estaba
abandonada?
-Lo estaba, solo que dos chicas
llegaron a buscar refugio después de huir de su pueblo…
-¿A qué te refieres?
-Huían del ritual de los
Thanatosian, tú has de saber más sobre eso.
-Lo he visto y es horrible- El
semblante de Jasmine cambió.
-Sí, una de ellas me vio y creo
que se aterrorizó con mi presencia y es normal; una señorita tan bella debe de
atemorizarse al verme.
-¿Tan hermosa es?- Preguntó la
dama con curiosidad. -¡Cuéntame de ella!
-Es muy dulce, ella era la que
iba a participar en el ritual pero su hermana la ayudó a escapar.
-Ya veo… ¿así que muy dulce? ¿Estás
consiente que no puedes enamorarte de una humana?
-Lo estoy, además solo he
mencionado que se me hace muy dulce.
-Pero creo que las reglas se han
hecho para romperse- Jasmine miró con una sonrisa traviesa a Kamijo.-Solo ten
cuidado de no lastimarla… ¿y tu “dormitorio”? ¿lo dejaste así?
-Lo escondí en el desván, no creo
que vayan.
Varios días después Kamijo llegó
con cierta sonrisa en su rostro y Jasmine no tardó en notarlo pero en ese
momento no le dijo nada pues desde hacían muchos años no había visto a Kamijo
así y por ello no quería preguntar para nos e inoportuna; pero al segundo día
Kamijo llegó con una “misión”.
-¡Jasmine! Debo de encontrar a la
hermana de la señorita Flowery.- Dijo con mucha determinación.
-¿De qué hablas honey?
-Que la hermana de la señorita
que te platiqué salió y no ha regresado. Temo que le haya pasado algo así que
le prometí encontrarla.
-Y luego dices que no…
-Jasmine, por favor… es un asunto
delicado.
-Lo sé y por eso yo te ayudaré a
buscarla; una Thanatosian perdida ha de ser fácil de reconocer.
-Sí, y tomé sin que se diera
cuenta un pañuelo que supongo era de ella pues no tiene el aroma de Flowery y
de esta forma podemos rastrearla para que no se nos complique la búsqueda.
-¿Tú ya la has visto?
-Sí, aunque de lejos.
-Con eso
basta. Creo que deberás antes traer a la chica solitaria.
-¡¿Aquí?!
-Podemos
moderarnos muy bien en presencia de los humanos, acepta que la razón por la que
no sales es porque odias ver la rivalidad entre Thanatosians y Philians
Vamaranth estaba confundida
después de ver al encantador primo de Hizaki, su sonrisa era tan inocente como
si se tratase de un niño pequeño, sus ojos de zafiro la habían helado y llenado
de candor al mismo tiempo y cómo pudo regresó a su habitación y se recostó,
cubrió su cabeza con las sábanas como si eso en verdad la hiciera desaparecer
del mundo hasta que llegó una Hizaki furiosa pero a la vez preocupada a
interrumpirla.
-¡Te dije que no salieras de la
cama! Me dijo Teru que te vio tratando de escapar… debes de cuidarte…
-Lo… lo lamento.- Respondió la
chica solo descubriéndose los ojos.
-¡Hizaki! Eres una grosera que no
me presentas a tu invitada…-Él estaba en la habitación y Vam volvió a cubrirse
con las sábanas y al ver tal escena Hizaki rió.
-Es cierto… te traje a vivir a mi
casa y creo que no se tu nombre… el mío como te habrás dado cuenta es Hizaki a
veces mi querido primo Teru me llama “Princesa”.
-Yo… yo… soy… Vam… Vamaranth…
-¡Qué curioso nombre! – Dijo
emocionado Teru. -¿Qué significa?
-Realmente no tiene significado
alguno… mis padres querían ponerme Amaranth pero pensaron que el nombre de
dicha flor era algo común y añadieron una “V” solo porque se les dio la gana.
-Ya veo… yo soy Teru y es un
gusto conocerte…
-Yo… -Vami agachó la mirada.
-Teru- habló Hizaki- tengo algo
que decirte, ella está herida, la encontré en uno de mis paseos con Helena y su
pie está muy lastimado… -Hizaki se acercó más a su primo –Es una Thanatosian-
murmuró y Teru la volteó a ver con asombro.
-Nos vemos señorita.- El chico
salió de la habitación.
-¿Teru?- dijo Hizaki en medio de
un suspiro.
-Le disgusta que esté aquí
¿verdad?- Comentó Vami.- Si es así será mejor que me vaya, es bastante
comprensible pues mi origen no lo puedo negar. Además que mi hermana se va a
preocupar mucho, la conozco y no quiero causarle más dolor que el que nuestro
propio clan le ha causado.
-No digas eso… no puedo dejarte
ir así herida.
-Usted no tuvo ninguna culpa y
por ello no tiene la obligación.
-Yo quiero hacerlo, la verdad, me
imaginaba a los tuyos de una forma distinta, como personas muy frías y hasta
agresivas; orgullosa eres pero no tienes un corazón malo y eso lo veo porque
estás preocupada por tu hermana, yo prometí irle a avisar y lo haré pero solo
quiero atenderte hoy porque no quiero dejarte sola; mañana iré y te dejaré al
cuidado de una de mis amigas; creo que te dejaré con mi amiga Scarlet, se
llevarán muy bien.
-¿Usted cree?
-¡Claro! Sé que igual al
principio se extrañará pero lo entenderá.
-No sé
qué decir…-La ternura de Hizaki conmovía a Vamaranth y hacía que se acordara de
Flowery por quien derramó una cristalina lágrima pues sentía que la había
abandonado.
-Mañana
iré por ella…-
-Gracias,
es que no sabe cuánto la quiero, ha estado conmigo a pesar que somos muy
diferentes; cuando la gente me ha juzgado está conmigo apoyándome y levantando
mi ánimo ¡la verdad no quiero dejarla sola! No me importa ser desterrada de mi
clan si ella va conmigo por eso me arriesgué a llevármela lejos sin importar si
estaba bien o no. Cuando me siento mal siempre dice que va a golpear al
responsable y yo solo rió porque ella es muy tierna incapaz de dañar pero en el
fondo le agradezco cada palabra de aliento que tiene para mí.
Hizaki
abrazó muy fuerte Vamaranth cuando notó que la tristeza la quebró.
Otro día estaba acabando y
Flowery no sabía nada de su hermana y la angustia la consumía. La noche cubría
el cielo y solo esperaba dos cosas, que Vamaranth regresara o que Kamijo fuera
a hacerle compañía. Pero los minutos
pasaban y nada sucedía. Caminaba de un lado a otro y tanta era su preocupación
que se había olvidado que no había comido. Alguien llamó a la puerta y corrió
entusiasmada a abrir, su carita cambió al ver a Kamijo, le daba cierta
tranquilidad pero la dejaba aún con la incertidumbre de su hermana.
-Bunas noches señor Kamijo.
-Bonjour bella dama- El joven
tomó la frágil mano de la chica y la besó elegantemente, sus labios eran igual
de fríos que su piel.
-¿No ha sabido algo sobre mi
hermana?
-Lamentablemente no, hablé con
alguien que es como una hermana para mí y ella nos ayudará.
-¡Muchas gracias!
-Pero me preocupa dejarla sola
aquí así que me tomaré el atrevimiento de llevarla a mi casa junto a la dama
que le comento.
-¡Pero!...
-Estará bien, hay ropa que pueda ponerse y sobre todo
comida.
-¿Y si ella regresa?
-Dejaremos una nota.
-No sé si ir…
-Me sentiría halagado si aceptara
mi invitación, que además como ya le he dicho no es muy seguro que se quede
aquí.
-¿Y si esperamos mañana? El
camino es feo a estas horas…
-Yo la llevo cargando sin
problema
-¿Qué? ¡No por favor!
-Sí, está oscuro y usted podría
tropezar con ese vestido. ¡Vamos!
Kamijo cargó con suma facilidad a la chica y se
la llevó dejando antes la nota donde le indicaban a Vamaranth que esperara
hasta el anochecer
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