miércoles, 9 de julio de 2014

67. The Evil Inside Me

Bueno, aquí está el capítulo siguiente, espero les guste. Debería de estar haciendo otras cosas pero se meeocurren ideas y entonces no puedo dejarlas pasar así como así ¿No creen? Por eso me he dado algo de prisa. Ya me me ocurrió el factor que detona la decisión de Vami para dejar a Teru y largarse a China con Jem. 
Fuera de tema, estaba escuchando que tal vez, muy tal vez hagan una serie de TV sobre la saga de Cazadores de Sombras, The Infernal Devices, y espero que la hagan porque eso significa... Jem Carstairs "ebrigüer". Jem es tan dulce que ni ganas me dan de matarlo en la historia... yo opino que Teru y Jem aprendan a ser compartidos (?) Ok, no, Vamaranth no es promiscua. Bueno, ya. 
Pronto, nuevos personajes de The Infernal Devices, ya salieron Jem y Camille, falta Magnus Bane (después de darse a desear en estos capítulos), Tessa, Wiiiiiiill, quien tendrá mucho que ver con Teru, ¡son familia cercana y no lo saben!, tan vez entre Cecily (hermana de Will), es que cambiarle el apellido a Will es pecado (?) y resulta que también es Herondale... También Charlotte Fairchild estará presente junto a su esposo Henry, aunque ellos serán más personajes de apoyo y no trascenderán mucho. También estará Jessamine Lovelace, que será así tipo chica hermosa amarguetas pero tampoco será mala. Estos personajes, demonios, brujos, peleas constantes y musho amors en el apartado especial "Lo que sucedió en China" (léase con voz de comercial)  xDDD También va a ver un apartado para lo de Soile, pero será enfocado desde el punto de vista de Flowery; tal vez Teru en su soledad nos sorprenda con algo que jamás pensamos que fuera capaz de hacer, Alexander adquirirá mayor protagonismo en lo que Kaya se larga a buscar a Selia para llevar  acabo otro plan. Sinéad se dedicará a hacerse más poderosa pues ya se hartó de ser menospreciada por Kaya. Y bueno, muy pronto llegaremos a todo esto... jejeje. Bueno, ya va.



La mayor de las Olsson, Flowery, pidió a su tía que la acompañara con Kamijo durante el atardecer pues había visto que Vamaranth tampoco había llegado a casa. Como era de esperarse, Tarja estaba vuelta loca porque no había visto a su hija pero Anette le había dicho que Jasmine la necesitaba para que la ayudara con algunas cosas por lo que se iba desde muy temprano y regresando muy de noche, Tarja no le había creído del todo pero no podía ponerse a exigirle a su hija después de lo que ella le había dicho la otra vez así que prefería que se tranquilizara un poco; le pidió a Anette que le avisara si llegaba no tan tarde porque Tuomas quería hablar con ella. Flowery pensó que hubiese sido mejor que le hubiera ayudado a Kamijo para que su hermana viviera con él y Jasmine, ahora estaba segura que estaba con Kaya.

Cuando Flowery y Anette llegaron al castillo encontraron solo a Jasmine, ella les dijo que Kamijo aún se encontraba descansando pero que en cuestión de minutos despertaría; se disculpó por no poderles ofrecer bocadillos pero las Olsson lo entendieron perfectamente, habían comido bastante bien antes de ir pues jamás encontrarían alimentos en casa de un vampiro. En efecto, Kamijo poco tardó en aparecer y después de saludar cortésmente a Anette se dirigió hacia Flowery a quien le dio la bienvenida con un cálido beso y un reconfortante abrazo; cada vez que Kamijo la abrazaba, la joven se sentía segura, tranquila, en paz a pesar de todos sus problemas. Ambos se miraron con ternura sintiéndose felices de tenerse mutuamente en momentos tan difíciles como ese.

Flowery hablaba sobre Vamaranth cuando notaron que Jasmine salía, dijo que de inmediato volvería. Y a pocos minutos llegó pero no sola; junto a ella venía una mujer demasiado bella, con rubios rizos, ojos verdes, labios rojos como la sangre y extrema palidez, vestía elegante en rojo, coronada por un sombrero con plumas negras, sonrió de forma muy coqueta hacia Kamijo y los celos de Flowery no tardaron en aparecer y se acrecentaron cuando Kamijo no tardó en ir a saludar a la recién llegada.

—¡No puedo creerlo! —Decía Kamijo entusiasmado —¿Qué le trae por aquí Lady Camille Belcourt? —Tomó la mano de la visitante y la besó.
—Pues estoy de paso mi estimado Kamijo, y debía pasar a saludarlos. —Miró también a Jasmine quien no parecía incómoda con la otra vampira.
—Hace muchos años que no nos vemos Camille —Respondió Jasmine.
—Mi Jasmine, siempre tan elegante.
—Lo mismo digo.
Camille tenía un particular y propio acento francés.
—¿Quién es esta encantadora jovencita? —Preguntó Camille al ver a Flowery.
—Es mi prometida ¿Qué te parece? —Kamijo abrazó a Flowery pero ella miraba con ira a la vampira rubia.
—¡Preciosa cariño! Pero no me sorprende puesto que siempre has tenido buen gusto. Justo como hace treinta años. —Lanzó una mirada traviesa a Kamijo.
—¡Camille! No es momento de ello.
—¿Qué pasó hace treinta años? —Preguntó Flow curiosa y a la vez indignada.
—Nada, mi amor. Déjame presentarle a tu tía.
Camille y Anette se dieron la mano cordialmente.
—¿Me acompañan, Flow, Anette? Necesito ir por flores, la sala parece muy falta de vida. —Mencionó Jasmine. —Por favor —Añadió cuando notó que Flowery no tenía intención de moverse de aquel lugar.
—Vamos hija. —Anette le hablaba con calma a su sobrina.
—De acuerdo.

Las tres fueron al jardín, Flowery tenía la visión de Lady Belcourt, tan hermosa y tan refinada y en cómo se le iluminó la mirada a Kamijo al verla, se sentía totalmente opacada ante ella por los que permanecía en silencio mientras Jasmine buscaba las mejores rosas.

—No deberías de preocuparte por Camille. —Decía Jasmine mientras tomaba una gran rosa roja con los pétalos muy abiertos.
—Quiero que me digas… ¿qué pasó hace treinta años? —Habló la chica muy decidida.
—No tiene caso que lo sepas.
—¡Vamos!
—Niña, son cosas muy de ellos. —Replicó Anette.
—Pues hace treinta años, Kamijo y Camille tuvieron una relación pero como ya viste, no trascendió en lo absoluto.
—¡¿Qué?! ¡Claro que tenía caso saberlo! ¿Y si esa tipa volvió para reconquistarlo? ¡Diablos! ¡Ella es preciosa! Ni Kaya tiene nada qué hacer a su lado.
—Pero Kamijo te ama a ti, Camille es pasado.
—No creo que sea tan “pasado” después de la felicidad que le dio verla.
—Quedaron como amigos, terminaron por acuerdo mutuo y le da gusto ver a su amiga después de muchos años. En verdad, no tienes nada que preocuparte.
Flowery no parecía segura de lo que le decía Jasmine y miraba al cielo con una gran ira.
—Además —Añadió Anette —Él no dudó en presentarte con entusiasmo.
—¿Y si en este momento están reavivando la llama de su amor? ¡Jasmine, tía! ¡Tenemos qué regresar! —Flowery estaba siendo presa de sus celos. —Posiblemente encuentre a esa arpía sometiendo a mi amado Kamijo para engatusarlo de nuevo y hacer que me deje. Porque cuando dijo que yo era “preciosa” realmente pensaba que era poca cosa para el galante Kamijo y por eso planea quitármelo. —Jasmine y Anette rieron.  —¡No se rían qué es asunto serio!
—Mi amor —Anette apenas si podía hablar de la risa —Kamijo sería incapaz de dar cuerda a la vampiresa si todo lo que dices es cierto, pero sinceramente no creo, como dijo Jasmine, ya es pasado y ahora tú eres el presente de Kamijo y seguro querrá ser tu futuro. Deja esos celos.
—¡Tía! ¡Ella es hermosa!
—Tú también.  —Interrumpió Jasmine —Lo de Camille fue sólo una aventura, lo tuyo va en serio. Será mejor que regresemos antes que pierdas la cabeza.

Kamijo se encontraba platicando cómodamente con la visitante, ambos reían y Flowery supuso que platicaban sobre sus aventuras en el tiempo que estuvieron alejados. Los miró fijamente y sintió una opresión en su pecho al notar la pareja tan hermosa y perfecta que ellos hacían, era como ver a dos ángeles pintados en el Renacimiento juntos en un lienzo, tan encantadores, como dos figuras de porcelana; ambos con una clase muy superior al resto de los mortales.  El vampiro miró a su prometida y la invitó a que se sentara junto a él, ella sin demora fue hacia él y lo abrazó muy fuerte como si fuera una niña aferrada a un gran muñeco de peluche para que no se lo lleven. Camille se levantó de su asiento y anunció su retirada.

—Debo irme Kamijo, debo de volver a París antes de emprender un viaje muy largo a Asia.
—Te la vives en viajes largos.
—Pero esta vez es diferente, hay una persona especial que me acompañará.
—Espero que tú y él sean muy felices. Te vez muy cambiada. —Anunció Kamijo.
—El amor querido, el amor. Tú también luces radiante al lado de tu prometida. Serán felices. Y no te preocupes por la estúpida de Kaya; hará algo mal tarde o temprano y de allí tienen que tomar oportunidades. Les deseo lo mejor.

Tras las últimas palabras de aquella vampiresa, Flowery se sintió avergonzada por lo que había dicho de ella, Camille tenía una pareja a la que amaba y se irían de viaje, se soltó de Kamijo y puso su mano en sus ojos para que nadie viera su cara de arrepentimiento.

—¿Con qué clase de persona sale Camille? Dudo que después de Kamijo haya opciones—Pensó Flowery.
—No lo dijo, ella es muy reservada en esos detalles —Respondió Kamijo. Flowery lo miró asustada pensando que Kamijo podía leer la mente. —Amor, lo pensaste en voz alta. Sólo tú, mi princesa. —La besó en la frente y le sonrió tiernamente.
—Torpe. —Le dijo la chica todavía resentida de chicas.
—Mi vida   —Kamijo se rió dulcemente —¿Qué haremos con tus celos?
—Espero tardes otros 30 años en verla, ¿300? ¡300 mil años!, y espero que jamás deje a su novio. Es obvio que después de ti, es difícil que alguien más le vuelva a gustar.



La noche era oscura gracias a la luna nueva, había muy pocas personas en las calles; entre ellas, una joven muy bonita, poseedora de un rizado cabello con destellos rojizos, alta y muy delgada; sus ojos eran preciosos,  oscuros pero con una expresión encantadora. Caminaba a toda prisa porque era muy tarde para llegar a casa, había tenido una cita a escondidas de sus padres dado que ellos eran muy reacios a dejar que ella tuviera novio aún. De pronto, escuchó una voz femenina que le hablaba a pesar de no ver a nadie cerca, tenía miedo pero también tenía curiosidad por ver de qué se trataba, trató de escuchar de mejor manera aquella voz para poder deducir de dónde provenía. La fue siguiendo cuidadosamente y recargada en una pared encontró a una chica algo pequeña y de cabello oscuro, parecía que necesitaba ayuda pues no se levantaba. Corrió a verla para ver si podía auxiliarla alejándose aún más de las pocas personas que había por la zona. El cabello de la niña herida cubría su rostro, y sólo se escuchaba que sollozaba. No respondía ante las preguntas que se le hacía. Era muy extraña la forma de vestir de aquella niña perdida, no usaba vestido ni faldas, sino un pantalón algo ajustado en color caqui y un abrigo largo marrón muy oscuro, su cabello negro era rizado pero muy revuelto pero cuando alzó su mirada sus ojos dieron un brillo dorado bastante temible durante una fracción de segundo, la otra chica se separó de ella pero por un momento pensó que fue su imaginación hasta que la pequeña criatura sonrió y mostró sus afilados colmillos. La joven corrió asustada sin ningún rumbo fijo y al doblar en una esquina volvió a encontrar a aquel ser con forma humana; lanzó un grito de horror y se dispuso a seguir huyendo pero su agresora volvió a aparecer enfrente de ella; la chica imploró misericordia ante lo que estaba frente a ella.

—¡Por favor! ¡No me hagas daño! ¡Por favor!
Imploraba la jovencita, mientras se tiraba de rodillas al piso y lloraba; después empezó a rezar el Padre Nuestro mientras la criatura permanecía inmóvil frente a ella hasta que se acercó a mirar el rostro lleno de lágrimas de su víctima.
—Bu…  —Dijo la vampira lo que ocasionó un ataque de histeria en la chica que se levantó y empezó a correr pero habían llegado a un callejón sin salida así que solo se limitó a apoyarse en la pared mientras seguía rezando fervientemente.
—Tu Dios no puede castigarme porque durante mi vida humana jamás creí en él. —Le dijo Vamaranth con una voz muy etérea y que no parecía humana. —Mírate pequeña mundana, suplicando por tu vida ante la presencia de un vampiro hambriento. —La chica aterrada nos e atrevía a mirar a la cara de Vamaranth pues quería evitar la visión de aquellos terribles colmillos afilados listos para desgarrar la piel. —Tu olor es delicioso… tendrás el honor de alimentarme esta noche.

Vamaranth clavó sus colmillos en el cuello de la joven quien dejó de gritar en ese momento a causa de un inexplicable sopor que le ocasionaba el contacto con los labios de la chica a pesar de poco a poco sentir como drenaba su vida con cada gota de sangre que robaba. La vampira bebía y bebía, no podía detenerse, su ansiedad de sangre era demasiada. Sujetó a su víctima por la cintura pues ya le era imposible tenerse en pie, hasta que detuvo su corazón; retiró la cabeza del cadáver y lo arrastró hasta un canal de desechos donde lo arrojó mientras que la cabeza la enterró. Cada vez sentía más satisfacción en matar.

Como era de esperarse, Kaya la estaba observando y se acercó hasta que ella había lavado sus manos en un riachuelo. Kaya había aparecido en un sencillo vestido negro y usaba una larga capa roja. Se le quedó viendo a su hija.

—Veo que has aprendido a ocultar tus crímenes, me alegra bastante. —Mencionó la vampiresa mayor. —Pero creo que deberías de cambiar un poco tu forma de vestir, hasta para cazar hay que tener estilo.
—¿Sólo a eso viniste? ¿A criticarme? ¿Cuántas veces te tengo que decir que la moda no es algo que me interesa? Prefiero lo que me haga sentir cómoda.
—Debes de obedecerme.
—¡Pero es mi vida!
—¡Yo te di esa vida!
—Ni siquiera preguntaste si quería ser como tú.
—Pero acéptalo, eres mil veces mejor ahora, creo que ya has escuchado lo qeu Alexander y Sinéad pensaban de ti.
—Para ellos sigo siendo nada, incluso, ahora me consideran una advenediza que tuvo un golpe de suerte cuando me diste el don de la vida eterna; así que pienso hacer lo que yo quiera. No deseo su respeto, quiero que me tengan miedo.
—Querida mía, aún eres muy joven para aspirar tan alto.
—¿Tú también me subestimas? ¿Tú que decías creer en mí? Será mejor que cortemos toda relación, llegaré muy lejos.
—¿En serio? Si no fuera por mí a estas alturas sería una mujer patética y embarazada, o quizá ya hubiera nacido el horroroso bebé. Tanto tú como el insolente de Teru son muy jóvenes para cuidar a un crío. Te hice un favor.
—Eres una estúpida… te odio.
Kaya no soportó escuchar esto y le dio una bofetada a la otra vampira, tan fuerte que hizo que cayera al suelo.
—¡Eres una idiota! ¡Ya hubieras muerto si no fuera por mi ayuda! Y espero que eso te quede muy en claro.
Vamaranth se levantó pero de pronto sintió otro golpe que la tumbó, podía ver la ira de Kaya en su rostro aunque ella no se había movido ¿cómo la había golpeado? Miró a Kaya con dolor.
—¿Sorprendida? Puedo darte una lección si ni siquiera tocarte. Para que veas con quien te estás metiendo.
La otra vampira se volvió a levantar, odiaba la actitud de superioridad de Kaya, odiaba que ella le dijera que hacer, odiaba todo en ella. Sintió una punzada en su cabeza  a causa de la ira y sin pensar, se acercó a la que se hacía llamar su madre, y con una gran velocidad, la sujetó por el cuello y la golpeó contra una pared que se agrietó ante la intensidad del impacto. Kaya no pudo decir nada, la opresión de la mano de Vamaranth sobre su cuello no dejaba a su voz salir, sólo gemía desesperadamente.
—¿Ahora quién es la sorprendida? —Preguntó Vamaranth. —¿Te digo algo? Hace rato estuve hablando con un grupo de vampiros, aún no logro nada pero estoy tratando de convencerlos para que se revelen en tu contra, les hago ver que no eres la líder que dices ser, que eres patética.
Vamaranth dejó hacer a Kaya quien sintió arder de dolor su cuello, un poco más de presión y lo hubiera roto.
—¡Eres una traidora! ¡Yo te di todo de mí! ¡TODO mi poder! ¿Cómo te atreves a morder la mano que te da de comer? ¡¿CÓMO?!
—Bájale a tu drama, si bien sé que no lo hiciste por mí, sino por fastidiar a Flowery; yo siempre he sido un medio, jamás fui importante para ti. Me viste como un simple instrumento para tu venganza. —A pesar de la impaciencia de Kaya, Vamaranth permanecía en calma.
—Quizá, pero en verdad pude tomarte cariño.
—¡JA! ¿Cariño? Yo sé que no eres capaz de querer a nadie más que a ti, ni a Kamijo quieres, él es sólo tu obsesión. Y en cuanto a Hizaki, a ella sólo la ves como a un juguete.
—¡Calla! Niña insolente, debes de temerme. —Kaya estaba perdiendo los estribos. —A ver cómo te va sola. Te volveré a convertir en lo que eras antes. ¡Una perdedora!
—Anda, ve, no te tengo miedo. Dejaré de perder el tiempo contigo, tengo algunas cosas que hacer.
Vamaranth se alejó de su creadora quien quedó hecha una furia.




La joven vampira caminó hasta la aldea de los Thanatosian y se dirigió hasta la casa de Yuki, la miró desde afuera y pudo darse cuenta que todas las personas en su interior estaban dormidas, merodeó un poco buscando una entrada que no le implicara mucho esfuerzo, podía oler a Yuki desde afuera, estaba perdidamente dormido; ella sabía cuál era su habitación pues muchas veces había estado con él leyendo, los padres del joven jamás lo vieron mal porque desde niños habían sido muy unidos.  Trepó la barda que daba al pequeño jardín, los Lightwood eran de los pocos Thanatosian que podían darse el lujo de tener uno por su gran influencia con los líderes del clan. Su salto hacia dentro no produjo ruido alguno. Buscó la ventana que correspondía a la habitación del joven y trepó hasta ella, hacía un ligero calor en la noche lo que provocó que el chico la dejara entreabierta, entró cuidadosamente y observó a Yuki durmiendo, se sentó delicadamente junto a él y acarició su cabello castaño. Ya había conseguido tener a Teru y ahora quería a Yuki y no se iría hasta que lo lograra.

El chico sintió las caricias frías de la vampira y abrió los ojos, al verla, se levantó rápidamente y se dirigió a la esquina de su habitación donde se encontraban sus armas, ella sonrió y caminó lentamente hacia él. Lucía más alta por el tacón en sus botas, pero antes de llegar a él, ella se detuvo y se las quitó quedando de nuevo a la altura del pecho de Yuki quien ahora estaba tomando con su mano derecha la espada que Kamijo le había dado, no quería usarla pero ella continuaba sin decir una sola palabra que justificara su presencia.

—Calma corazón mío. —Dijo de pronto ella. —Sé que no quieres lastimarme. De hecho, vengo a darte lo que siempre has querido… —Ella sonrió.
—¿A sí? Y según tú ¿qué es lo que siempre he querido? —Respondió Yuki a la defensiva.
—Yo —Ella parecía muy segura de sí misma.
—¡Por favor! Antes y ahora siempre ha existido solamente Teru en tu vida. No tiene por qué cambiar eso.
—Pero él no es el indicado para esta nueva etapa de mi vida, busco a alguien con carácter y fortaleza, y quién sino tú.
—¿ Y crees que voy a aceptar sabiendo las condiciones en las que estás? No eres tú.
—¿Por qué todos se empeñan en decir lo mismo? ¡Claro que soy yo!  —Ella colocó sus brazos alrededor del cuello de Yuki. —Yo sé que me amas aún, ni Charlotte ha podido sacarme de tu mente por completo, en el fondo me deseas con locura y ahora yo también te deseo. —Besó los labios del joven y él no supo cómo actuar, sus brazos la rodearon pues por fuera aún era la misma niña que amaba desde que tenía recuerdos, a pesar de su frialdad era su mismo cabello, sus mismos labios, lo que siempre había querido.


Sin prisa, la vampira desabotonó la camisa de Yuki dejando su pecho que a pesar de ser muy delgado, estaba muy bien definido por el ejercicio, Vamaranth lo besó sensualmente volviéndolo loco, ella aventó su abrigo que estaba algo lleno de tierra al piso para dejar que él le quitara su blusa. Cayeron en la cama sin dejar de besarse, de acariciarse; Yuki no pensaba en nada más que en su deseo; jugaron con sus lenguas, desataron toda su pasión mientras Vamaranth se mostraba satisfecha por hacer que Yuki cayera en sus redes, sus ojos dorados brillaban a momentos pero él no lo notaba pues estaba demasiado ocupado en besar el pecho de su amante, la misma que clavaba sus uñas en su espalda mientras gemía de placer. Cuando terminaron, él se regocijaba besándola una y otra vez, pero de pronto, vino a su mente la Vamaranth de antes, la que solo amaba a Teru, la que jamás lo habría traicionado; y se sintió enfermo, él había aprovechado la maldad en Vamaranth; se levantó de la cama y se puso su ropa.

—¿Qué te ocurre? —Preguntó la vampira —¿No te gustó?
—No deberías de estar aquí, yo no debí de hacerlo contigo. —Mencionó Yuki arrepentido.
—Dirás lo que quieras pero no te atreverás a negar que lo disfrutaste, tanto o más qué yo. Y sí, tienes razón, jamás dejaré a Teru; se puede decir que los quiero a ambos.
—¡Maldita sea! ¡Me dejé engañar! ¡Lárgate de favor! —Ahora era Charlotte quien ocupaba su mente, la había defraudado por completo.
—Mejor me voy, ya verás que me vas a extrañar. —Ella se vistió. —Por cierto, tengo que decirte que ya no estoy con Kaya, terminó por hartarme, pero te puedo asegurar que todos tarde o temprano van a temerme… tú decides si quieres estar a mi lado como mi amante o quieres estar en mi contra. —Ella lo besó de nuevo —Nos vemos amor, estuviste espléndido.

Yuki no pudo dormir, sabía que lo que había hecho estaba mal, no sabía si podría ver de nuevo a Teru, pero más le dolía lo que iba a pensar Charlotte después, no tenía justificación pues había actuado por voluntad propia pero varias personas saldrían heridas incluso la misma Vamaranth que según Jem, era consciente de lo que la entidad maligna en ella hacía; después de todo era su amiga, la más importante y en esos momento debería de estar muy decepcionada de él; no sabía qué hacer; había traicionado la confianza de todos. Pero lo que más le preocupaba era Charlotte, seguro no lo perdonaría pero sabía que no podía ocultarlo, tardo o temprano debía de decir la verdad. Ya no volvió a dormir, sólo esperaba a que amaneciera para ir a contarle todo a la bruja y a Teru, se los diría por separado pero no debía esperar más. Esperaba que Vamaranth no tuviera problemas con Teru, después de todo ella no era quien gobernaba sus acciones.
Mientras Vamaranth buscaba un escondite para pasar el día, había ido a la casa de Kaya sin que nadie se diera cuenta, buscó algo de ropa y su espada nueva para después marcharse a la casa donde se había ocultado junto con Flowery cuando escaparon de los Thanatosian.


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