jueves, 22 de mayo de 2014

60. Virtue and Vice

Después de todo, vuelvo a publicar. Creo que nadie me dijo concretamente si iban o no expresar sus comentarios de la forma que yo se los pedía, se justificaron pero jamás dijeron si sí o no o si al menos lo iban a intentar, pero como no quiero broncas pues busqué una forma. 
Pensé que es por que no tienen tiempo para tonterías como esta así que como les quiero facilitar la vida y elaboré un formato para que puedan responder fácilmente sin que tengan que pensar demasiado lo que se reduce a un ahorro de su valioso tiempo; en lo personal, no me agrada en nada esta forma porque a veces es la única forma en que sé de ustedes, aunque sean dos líneas y más ahora que siento que les molesto aunque sea un poco pero realmente me gusta hablar con ustedes aunque mis temas de conversación están agotados y pues odio la encuesta pero no me dejan opción. En fin, no quiero pelear y al final les anexo el link del formato a llenar, yo recibo sus respuestas y las analizo y ya; evitan interactuar de más conmigo. Ya si no les gusta esta forma, podrán decirme en una de las preguntas que les hice y prometerme que harán un pequeño esfuerzo por cumplir con lo que les pido... realmente es nada a comparación con lo que me tardo por capítulo y ahora al elaborar el cuestionario ¿no lo creen? Haré un formato por capítulo. Por cierto, esto cada vez más tiene elementos de Cazadores de Sombras, en especial tendrá sobre la saga Los Orígenes, por si les interesa buscar algo aunque sea "googleando"
 Bien, aquí va el capítulo 60.




Jem trataba de dormir, tenía la cajita metálica en el buró junto a su cama. Había mejorado bastante desde que Vamaranth lo había ido a dejar a su casa; pensaba en el cabello castaño de su Tessa ¿por qué debía enamorarse de quien sería la prometida de su mejor amigo? La conoció a la vez que Will, y ambos cayeron enamorados de ella; varias veces hizo pensar a Jem que lo correspondía, pero sólo estaba confundida entre los dos y al final se decidió por Will; Jem sólo quería verla feliz sin importar con quien fuera y dejó sus sentimientos de lado, jamás se los expresó a su amigo, nadie excepto Tessa lo sabían. Ella y Will eran parte de su motivo de seguir viviendo. Sumergido en sus pensamientos daba vueltas en su cama revolviendo las sábanas, hasta que escuchó un ruido, la puerta.
Se levantó de la cama y fue por su bastón, encontró la sombrilla de Vamaranth, la tomó y lanzó una suave risa al recordar como la hacía enojar; pronto volvió a escuchar pasos en la planta baja de su casa, dejó la sombrilla delicadamente y tomó su bastón. Salió de su habitación y bajó con extremo silencio, parecía que alguien estaba en la cocina; caminaba con cautela para no tropezar con algo pero no podía darse el lujo de prender alguna lámpara pues advertiría al intruso. Posiblemente se trataba de un ladrón pues se escuchaba que abrían los cajones de la alacena, Jem sonrió al recordar que no tenía casi nada por lo que el bandido debería de llevarse una gran decepción. Jem, cauteloso, miró de reojo por la puerta de la cocina, miró una sombra pequeña, una chica o un hombre travestido muy bajito y no sacaba nada, estaba metiendo cosas.
-¡Alto ahí! ¡¿Quién eres?! –Gritó Jem sacando una daga del interior de su bastón.
-¡Calma niño bonito! Soy yo… Vamaranth…
-¡Mujer! ¿Qué haces aquí en mi cocina a esta hora mirando la alacena?
-Tu alacena estaba casi vacía, no estabas en condiciones para ir al pueblo a surtirla y te traje comida, es todo. Y no deberías de estar levantado a esta hora y menos así como estás.
La vampira buscó una vela y la prendió para que Jem pudiera ver mejor y así mostrarle todo lo que le había llevado, Jem la miraba, desde que había llegado a Soile siempre se había sentido solo y por primera vez tenía compañía, jamás pensó que una vampiresa le emitiera cierta calidez reconfortante.
-Te ves mejor... te dejé muy mal y estaba preocupada.
-Tomé mi medicina y eso me mejora mucho.
-¿Tu medicina? ¿Estás enfermo?
-Algo así, nada grave; casi como un resfriado.
-Pues de cualquier forma debes de cuidarte mucho, en verdad que te veías mal.
-Gracias por preocuparte por mí.
-No es nada…
Vamaranth se marchó, Jem se fue a acostar de nuevo y ahora pudo dormir, había dejado de pensar en Tessa, ahora pensaba e incluso soñaba en otra persona.
A la mañana siguiente, Flowery se negó a despertarse para desayunar, y una de las criadas, por órdenes de Tarja, le dejó la charola con desayuno en su habitación para cuando quisiera despertar, había llegado entrada la madrugada junto con Anette y sin embargo, la bruja ya estaba despierta. Cuando la chica se despertó encontró a Gertrudis al lado de ella, seguro había entrado cuando le dejaron la comida, ya pasaba del mediodía. Pidió que le prepararan el baño mientras bebía un poco del jugo que le habían dejado, el té estaba frío y poco le apetecía de esa forma, comió rebanadas de pan con mermelada y un poco de fruta para no mermar su apetito pues poco faltaba para la hora de la comida. Cuando finalmente estuvo lista, fue a ver a su tía para preguntarle si no sabía si su hermana había regresado, ella le respondió que hasta había “desayunado” con sus padres y que después se fue al sótano para dormir, parecía que había cazado antes de llegar a casa pues según Anette,s e encontraba con buena energía.
-¿Ya le permiten cazar sola? –Preguntó Flowery.
-Ya, no ha tenido incidentes, es muy cuidadosa; parece ser que Haruka le enseñó mejor de lo que pensamos pues no ha tenido “bajas”. Por lo que sé, Kamijo fue más difícil de controlar.
-Lo sé, él mismo me lo ha dicho, pero recuerda que también estaba con Kaya y Alexander; si hubiese estado solo con Jasmine desde el inicio, otra cosa hubiera sido. Pero ahora él es el hombre más dulce del mundo y sé que jamás dañaría a  nadie… al menos que se lo merezcan.
-A veces siento que Kamijo tiene más poder que lo que él deja ver, tal vez por lo que hizo cuando era un neófito.
-Puede pero eso no me importa, solo me importa él tal y como es.
-Por cierto… ¿cómo vas con tus entrenamientos!
-¡Perfecto! –Respondió la chica emocionada – La última vez que estuve con Jasmine, me arrojó una melón, creí que me golpearía fuerte cuando le vi la intención de aventármelo pero lo corté por la mitad con mi katana ¡es realmente filosa! Pronto me enseñará a usar la katana y el wakizashi a la vez, solo espera que aprenda a manejar mejor la espada larga con las dos manos, y creo que me va a poner a ejercitar los brazos para tener firmeza aunque realmente no son armas pesadas pero cree que podré mejorar mi rendimiento de esta forma.
-Pero nada comparado con las clases donde te enseña a caer, terminas con moretones y te los debo de curar antes que tu madre los vea.
-Sin embargo, son muy necesarias esas lecciones.
-Lo comprendo mi niña. Por supervivencia.
-También me está enseñando algo de pelea cuerpo a cuerpo, y pretende mejorar mi velocidad; la verdad es que me estoy sintiendo bien físicamente con los entrenamientos. Me mantiene calmada, relajada pese a todo lo que nos estamos enfrentando.
-Eso es bueno mi niña. Por cierto… ¿qué traes tú con Teru y qué trae Vamaranth con Kamijo? La otra vez la vi llegar con él aunque ella entró por los jardines y él tocó la puerta.
-¿En serio? Pues todo es un plan, hago que Kamijo pase tiempo con ella para ver si confía en él y le dice que le pasa mientras Teru y yo planeamos otras opciones para hacer que hable.
-Vaya, ¿por qué no intentan Teru y tú hablar con ella? ¿No creen que sea más efectivo?
-Nos evita bajo cualquier pretexto, y por eso tuvimos que recurrir a Kamijo.
-Pues espero que Kaya no esté detrás de todo esto…
-Yo también lo espero, ni Teru ni yo estamos listos aún… bueno, él está más adelantado pero yo quiero vencerla.
-Pero Teru tiene más razones que tú.
-Puede… pero todo este asunto de Kaya surgió porque quería que yo me alejara de Kamijo. Si convirtió a mi hermana fue para hacerme la vida imposible, si decidió obtener más poder fue para quitarme del camino que la llevaría a Kamijo; quizá si yo jamás me hubiera cruzado en la vida de él, Vamaranth hubiese sido feliz con Teru, su hijo hubiese nacido…
-No te puedes culpar de todo, Kaya hubiera dado con Hizaki en cualquier momento, la hubiera hecho su víctima y Teru hubiese tenido que pelear, Kamijo hubiera intervenido y te hubiera conocido, ¡estaban destinados a estar juntos! Por algo él esperó a través de los años, hasta que naciera la mujer que era para él, así como tú teniendo pretendientes entre los Thanatosian, jamás aceptaste a ninguno, en el fondo esperabas a alguien especial y ese alguien se trataba de Kamijo, él y tú están hechos para complementarse.
-Tía…
-A veces esperamos por la mejor rosa, pero no comprendemos al encontrarla que los pétalos más bellos suelen ir con las espinas más dolorosa…
Kaya recibió una carta de Selia, estaba en su casa y la esperaba para quedar en los detalles que faltaban; en el fondo, la vampira dudaba pero esperaba cualquier error de la que creía su hija para actuar pues podían más sus ganas de venganza y qué mejor, que la misma hermana de su enemiga se encargara de eso pero su voluntad era difícil de dominar y estaba segura que ocuparía los servicios de Selia, también ideaba un plan para no tener que pagarle con Hizaki pues no quería desprenderse de aquella hermosa doncella pues la deseaba para ella.
Se preparó para irse a ver al hechicero quien como siempre, a pesar de ser hombre, lucía un hermoso y elegante vestido, aunque siempre acompañado de bellas jovencitas quienes realmente estaban por gusto con aquel sujeto y él no podía perder la oportunidad de tener a alguien como Hizaki entre sus amantes, posiblemente bajo algún tipo de hechizo o soborno y Kaya era el medio para llegar a ella.
Kaya y Selia ultimaron detalles para tener todo listo, incluso, el brujo aseguró que iba a quedarse en la zona para siempre estar disponible. Buscó entre sus estantes de libros de hechizos y tomó uno de color negro, forrado de piel y con las hojas de pergamino, para sorpresa de la vampiresa, aquel libro estaba sucio pero no de cualquier cosa, tenía sangre seca en su cubierta y en algunas páginas, el olor era inconfundible aunque el color fuera marrón intenso, Kaya lo sabía perfectamente, se trataba de sangre humana. El hechicero buscó entre las páginas hasta que se detuvo en una, Kaya no podía alcanzar a ver nada pues él se mostraba celoso en mostrar el contenido, colocó un trozo de listón entre las páginas indicadas y le pidió a su acompañante que lo siguiera. Bajaron a lo que se suponía era el sótano, Selia abrió una puerta con un hechizo pues carecía de cerraduras, al entrar, había estantes con frascos, animales disecados, velas, más libros, etc. Kaya podía ver perfectamente y no sintió intimidada. Selia tomó una bolsa de cuero, en ella depositó velas carmín de sebo, pinturas, y un caliz con una figura demoniaca grabada; guardó ello perfectamente cerrando la bolsa con una cinta a la vez que decía una palabras en latín que la vampira supuso, era otra clase de hechizo para mantener aquella bolsa a salvo de intrusos curiosos.
-Esto es todo lo que necesitamos, el resto me toca a mí y al receptor. –Mencionó Selia con suma tranquilidad.-Vayamos arriba.
La tranquilidad invadía la mansión Soile, hasta que llamaron a la puerta;  Flowery se encontraba leyendo cuando una de las criadas le informó que se trataban de Helena y Masashi. Ella fue a recibirlos, ellos preguntaron por Vamaranth pues argumentaban que ella tenía algo importante qué darles. La mayor de las Olsson fue a buscar a su hermana en su escondite en el sótano, donde la encontró sumida en su sueño., inmóvil como muerta; a Flow no le gustaba verla así pues carecía de vida, sin embargo le empezó a hablar. La vampira despertó más en un acto mecánico, abrió los ojos como si se tratara de una muñeca, hacía tiempo que Flow no veía sus irises atigrados en matices rojos que brillaban tenuemente a pesar de la oscuridad; Vami no habló.
-Vam… te busca Helena y Masashi, dicen que les des algo que tenías que porque van a buscar lo que sabes… -Flow sintió que dio muchas vueltas al asunto.
-Ve a mi habitación, en el tocador hay un sobre sellado, diles que transcribí en una hoja limpia lo que necesitan. Por favor, no abras el sobre.
-De acuerdo.
Vamaranth se volvió a acomodar. Flow hizo lo que le indicó su hermana aunque mientras caminaba con el sobre en sus manos, lo miraba con curiosidad ¿qué estaba escrito allí? Y ¿por qué su hermana no quería que lo abriera? Estuvo tentada a abrirlo pero cuando intentó despegar una esquina, notó como el papel se rompió, el sobre tenía la firma de su hermana en la pestaña de apertura por lo que no podía rasgar de más el sobre ¿y si Masashi y Helena se darían cuenta y le dirían a su hermana? Mejor avanzó lo más rápido que pudo para entregar el sobre de una vez y liberarse de su curiosidad. Les dijo lo que Vamaranth le indicó, ellos dieron las gracias y se marcharon.
La pareja fue hacia el castillo de Kamijo, ellos entraron pues habían obtenido el permiso del vampiro; estaba completamente solo pues tanto Jasmine como Kamijo se encontraban descansando, se dirigieron hasta la biblioteca donde había una gran cantidad de libros. Abrieron el sobre que Vamaranth les había mandado y encontraron dibujadas las runas que encontraron en el alhajero que le regalaron a Flowery. Buscaron si había una sección de libros sobre simbología y una vez encontrada, tomaron cuidadosamente varios ejemplares cada quien buscando en cada uno runas parecidas.
-¡Hola! ¿Buscando runas? –Era Jasmine quien  se acercaba a ellos, ambos le respondieron. –Kamijo me lo dijo, ¿tienen los dibujos?-Masashi le alcanzó la hoja con los dibujos de Vamaranth. –No los reconozco, los ayudaré a buscar. Espero pronto venga Kamijo y Vamaranth a ayudarnos.
-Sí, espero. –Respondió Helena. –Hemos revisado detalladamente cerca de 10 libros de simbología lo que nuestras posibilidades se reducen, sin embargo, puede que ni siquiera vengan en un libro de este tipo.
-Ya veo…
Poco tiempo después llegó Kamijo a seguir buscando con ellos. El matrimonio llevaba un pequeño almuerzo así que hicieron una pausa para comer, mientras Kamijo y Jasmine hablaban de cosas que ellos llamaban frivolidades.
Mientras Flowery iba a su habitación encontró a su hermana que ya había despertado, corriendo de un lado a otro gritando “¡LO HE RECORDADO! ¡SÉ DE DÓNDE SON!” Era evidente que se preparaba para salir, pero en vez de ponerse uno de los elegantes vestidos que usaba últimamente, se puso uno de los que usaba cuando era humana, de esos con detalles más infantiles y que le llegaban justo debajo de las rodillas, pero sin dejar de lado sus zapatos de tacón alto lo que la hacían lucir extraña. Vamaranth corrió lo más rápido que pudo hasta donde se encontraba Kamijo, se escuchaba el pisar de sus tacones  mientras se acercaba a la biblioteca.
-¡Ya los recordé! ¡Sé dónde los vi! –Dijo extasiada.
-¡Habla ya mujer! –Le dijo serenamente Jasmine.
-Jem…
-¿Qué quieres decir? –Preguntó Kamijo intrigado.
-El bastón de Jem tiene este símbolo –tomó su dubujo y señaló la runa sencilla romboidal, tal vez tengan que ver con los cazadores de demonios.
-¡Vaya! El problema es buscarlo de nuevo. –Inquirió Kamijo.
-¿Quién es Jem? –Preguntó Masashi.
-Yo sé dónde vive, en el camino te cuento ¡vamos!
-¿Jem? ¿Sabes dónde vive? ¡¿De qué me perdí?! –Le dijo Kamijo asombrado a la menor de las Olsson.
-¡De nada! Nos encontramos… accidentalmente y platicamos, es todo.
-¡¿En su casa?!
-¡No fue lo qué piensas!
-Está bien, te creo.
Cuando llegaron a la zona donde vivía Jem, ya casi oscurecía, Vamaranth se acercó pues los demás no sabían cómo reaccionaría el chico al verlos llegar. La chica llamó a la puerta, nadie respondió, tocó de nuevo pero más fuerte, esperó un par de minutos y por fin Jem abrió la puerta.
-¡Vamaranth! ¡Qué gusto verte!
-Hola Jem, lamento molestarte pero no he venido sola, vine con Kamijo y con otros dos buenos amigos, necesitamos hablar contigo sobre esto –Le mostró la hoja con las runas.
-Runas angélicas ¿quién las hizo?
-Yo, porque las encontré en un alhajero que Kamijo le regaló a Flowery y queremos saber qué significan.
-¿Y los demás? Vamaranth hizo una seña para que se acercaran los demás. Kamijo lo saludó y presentó a Helena y a Masashi quienes miraron con atención a aquel chico de extraño cabello plateado y hermosos ojos grises.
-Vaya… parece hermano de Teru… -Murmuró Helena.
-¡Tengo que conocer a ese tal Teru por todo lo que me dicen! –Dijo divertido Jem. –Pasen.
Se sentaron en los sillones baratos de la casa de Jem, Kamijo permaneció de pie.
-Pues verán, esos símbolos que encontraron se llaman runas angélicas, están contenidas dentro del Libro Gris que es el máximo libro para los cazadores de demonios, en aquel libro menciona a las runas como símbolos de poder impartidos por el ángel Raziel a un grupo selecto de humanos para erradicar la amenaza demoníaca de este mundo. Cada runa simboliza algo en especial, fuerza, rapidez, sanación, visión, alma, amor… hay una infinidad de ellos que son usados en las armas que nosotros usamos para luchar efectivamente contra los demonios. Se puede decir que nosotros, somos una raza diferente de humanos, pero humanos al fin de cuentas, no poseemos inmortalidad, ni siquiera vidas largas, tendemos a vivir menos que el promedio por las batallas.
-¿Puedes identificar estás? –Preguntó Kamijo.
-Sí, mira, son protección, amor, luz, escudo y la runa angélica que representa a los cazadores. Posiblemente la caja que encontraron era para guardar algún tipo de joya de una chica cazadora. Las joyas que se usan por lo general suelen usarse como armas o como protecciones y se usan una caja con runas para protegerlas de demonios intrusos.
-La caja tiene el dibujo de un ángel –Dijo Vami.
-Raziel… el supremo de los cazadores, el ángel que nos creó hace miles de años atrás…
-Vaya, se ve que eres un estuche de monerías… -Mencionó Vamaranth.
-Consideraré eso como un honor viniendo de tu parte –Jem le sonrió a Vam.
-Jem…
-¿Qué ocurre?
-Nada
-Vamaranth…
-Me caes mal
-¡Ja! ¿Lo dices en serio?
-No
Todos miraban aquella conversación tan rara que surgió entre la vampira y el cazador, parecía que había cierta confianza entre ellos, como si fueran amigos de toda la vida, de esos que para demostrar su cariño tenían que tratarse mal; realmente les resultaba divertido el asunto. De la nada, Jem subió por las escaleras y después bajó con la sombrilla de Vamaranth.
-Dejaste esto ayer y cuando regresaste anoche se me olvidó entregártela. –Se la entregó a Vamaranth.
Todos miraron asombrados a la chica ¿había estado a solas con Jem en su casa y había dejado parte de sus pertenencias? El joven lo notó y sonrojado respondió.
-¡Es que ayer la encontré por casualidad en el parque y me sentí mal y me trajo aquí! ¡Y en la noche regresó porque me trajo un poco de comida pero de inmediato se fue! ¡No hicimos nada malo! ¡Lamento el malentendido! –La cara de Jem estaba tan roja como una fresa madura.
-¡Jem! ¡Por favor! ¡Ya cállate!
-¿Ustedes…? –Masashi iba a preguntar algo.
-¡Nosotros nada! –Respondió Jem, sólo fue lo que les dije, además, respeto a Vamaranth porque está comprometida, y yo pues… -Miró al suelo, pensaba en Tessa. –Yo amo a alguien más, aunque no quisiera adentrarme en ese tema.
-Lo siento –Se disculpó Helena. –Mi intención no era hacer que te sintieras mal.
-No te preocupes –Jem de nuevo volvió a sonreír. –Estoy bien. Y me alegra que hayan preguntado ¿cómo supiste que debías preguntarme a mí sobre las runas? –Le preguntó a la vampira.
-Porque recordé la runa del ángel, creo, en tu bastón.
-Así es, es la runa del ángel la que sobresale aunque tiene varias más pequeñas. Para que funcionen las runas, las armas en donde están talladas deben ser usadas por cazadores, a veces usamos amuletos con ella pero igual, sólo funciona en cazadores.
-¿Así que la cajita de mi prometida es común y corriente?
-Sí, así es. Si la buscaban como protección, lamento informar que no funcionará para nada, solo sirve para los cazadores. 
-Uy… -Vamaranth pareció decepcionada.
-Lo siento. –Jem la tomó de la mano para animarla un poco y ella le sonrió. Los demás al parecer, no se percataron de la escena.
Teru fue a buscar a su prometida al palacio Soile pero se encontró con que no estaba, así que se quedó un rato conversando con Flowery quien le dijo que su hermana había salido sin siquiera decir a donde, ya era de noche así que sería difícil dar con ella pues podría estar en cualquier lado.




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