domingo, 24 de noviembre de 2013

51. Let Us Burn

¡Hola! Como ya vieron, la continuidad de mis publicaciones valió popo (?) Y va a valer más ahorita que empezaré a trabajar pero como prometí, no dejaré de escribir, tarde pero seguro. Este capítulo no es muy interesante, pero espero que los que vengan ya sean así todos OMG! (?) 


51. LET US BURN
Vamaranth puso cara de preocupación cuando su hermana había dicho que debía de volver a casa, no quería que su familia la viera, al menos no así. Colocó su rostro entre sus manos, parecía que lloraba pero no lo hacía, aunque ganas no le faltaron. Charlotte se acercó  a ella y la abrazó, era reconfortante tener un cuerpo cálido a su lado, escuchar ese latir del corazón y no sentir la necesidad de beberlo, olía a sangre y a naranja suave y dulce que supuso, era su colonia; el cabello de la hechicera era sedoso y naranja, Vamaranth pensó infantilmente que su cabello era el del aroma frutal pero no, era su piel; y ésta le colocó la pequeña botella con el líquido fucsia en las manos heladas de la vampira. Se miraron a los ojos, Charlotte sonreía.
-Es para ti –Le dijo tiernamente.
-¿Qué es? –Preguntó curiosa al darle vueltas al frasco mirando fijamente su contenido.
-Esto –Respiró –te ayudará a darle otra vez a tus ojos ese tono marrón oscuro que tenían antes; lo sé por Anette; así, tus padres no verán ese cambio en tu iris. Aunque debo de advertirte que sólo tiene efecto durante unas cinco o seis horas.
-¡¿En verdad?! –La chica se había emocionado -¡Muchas… gracias!
-Sólo un trago pequeño bastará así que este frasco te puede ser rendidor aunque se vea muy pequeño. Cuando se te acabe te haré más.
-Me has salvado…
-Cuando una hechicera conoce a alguien que lleva sangre noble, debe de darle un obsequio y tu abuelo es el conde, necesitaba hacerlo. Es una tradición, de esas que ya no sé sabe por qué pero se debe de hacer. A Flowery no le he hecho nada porque no sabía qué podría desear.
-No te preocupes, no necesito nada –Respondió tímidamente.
-Me dijeron que hoy empezaste a entrenar para defenderte de las amenazas que los vampiros representan… -Charlotte caminó hasta donde estaba Flowery –Creo que ya sé que puedo darte, en una semana te lo daré así que suplico me esperes.
-¡Oh! No tienes que molestarte…
-No es molestia, ya te dije, tradición de hechiceras. También debo de hacer más de “No-rastreo” para Vam.
-Ahora que ellas volverán a su casa, estarán más expuestas –Habló Kamijo en tono severo –Me gustaría saber si puedes hacer algo al respecto, eso no lo pido gratis, te pagaré por supuesto.
-Mira –Habló Charlotte. –Es cierto que los servicios de nosotros los hechiceros, con caros pero te puedo hacer un descuento muy bueno. Perdón pero de algo vivimos, hay quienes piden hasta personas pero yo sólo trabajo por dinero, y me ajusto a las posibilidades del demandante. –Hizo una pausa. –Puede hacer protecciones aunque el poder se desvanece con el tiempo así que el trabajo sería constante; necesito ir mañana mismo a empezar. Es complejo por el tamaño del palacio pero Anette podría ayudarme, ella también sabe cómo hacerlo.
-Puedo ocuparme de espacios pequeños como habitaciones, y Charlotte las grandes salas y los jardines; así terminaríamos mañana en la tarde y nos podríamos mudar antes del anochecer aunque eso implica tener que interrumpir el ciclo de sueño de Vamaranth.
-Por mí no hay problema. –Dijo la chica más tranquila gracias a Charlotte. –Puedo tolerar el Sol.
-Y así evitaremos que Kaya esté merodeando. –Complementó Kamijo. –Cuando estén en casa, ya no sabrá que están. Eviten salir solas, y en el caso de Flow, sólo al mediodía. Ni siquiera al atardecer.
Las últimas palabras de Kamijo hicieron sentir un hueco en el estómago a Flowery recordando lo que había pasado cuando decidií que era buena idea salir por la tarde.
Durante la mañana, Anette y Charlotte fueron al palacio Soile que fue llenado de flores, hierbas frescas y secas, velas de diferentes colores. La dama Olsson se dirigía a las habitaciones donde prendía velas, dispersaba hierbas y dibujaba en lugares escondidos, símbolos antiguos a la vez que decía palabras en latín. Tanto Charlotte como Anette habían mezclado sangre de Vamaranth, Kamijo, Jasmine y Zin en una botella grande que esparcían sobre dichos símbolos a modo que sean los únicos vampiros que pudieran entrar en el palacio. Pasaron varias horas por la extensión de la casa y más en el enorme jardín, aunque se enfocaron más en los altos barrotes que lo rodeaban.
En el castillo de Kamijo, Flowery y Vamaranth guardaban en maletas sus cosas; la vampira estaba débil porque no había dormido mientras que Kamijo parecía tan fresco como si fuera de noche. Teru y Yuki iba a acompañarlas también. Emprendieron el camino después de despedirse de los demás; Zin y Jasmine quedaron en ir durante el atardecer. Los sirvientes despertaron como si nada del embrujo de Anette y no se percataron de la ausencia de habitantes. Vamaranth fue al sótano para ver si podía acomodarse cuando “durmiera”. Limpió un poco  y acomodó un par de cajas de madera vacías para que sirvieran de “cama”, en ese momento agradeció ser pequeña porque no había más cajas; sabía que nadie bajaba hasta ese lugar pero por si acaso, las llevó hasta el lugar más oculto donde ni con la luz de las velas, un humano llegaría a ver. De alguna forma Vamaranth miraba a todos los sirvientes y podía escuchar sus palpitantes corazones bombeando ríos de sangre, para ella era como si oliera que una de las sopas más exquisitas que hubiera comido… se le antojaba; pero se vio a ella misma como una gorda a dieta, con la tentación de la comida pero sin ingerirla. Al volver a subir, Kamijo le dio más indicaciones, Teru se negaba a regresar al castillo y se sujetaba con fuerza del brazo de Vam hasta que Yuki lo jaló lo suficiente para prácticamente llevárselo a la fuerza.
-Ordenaré que hagan algo de comer. –Mencionó Anette –Charlotte… ¿te quedarás a acompañarnos?
-¡Claro! –La hechicera estaba pensativa mientras miraba por la ventana la figura de Yuki disolverse en la distancia.
-Sin necesidad de acercarme a ver debido a que mi vista no es tan buena en la luz e incluso llego a marearme, sospecho que vez a Yuki. –Mencionó Vamaranth divertida. –Ha sido mi amigo desde niños, creo que desde antes que yo aprendiera a caminar, él ya me estaba sosteniendo, por tal motivo lo quiero más d elo que creen… -Hizo una pausa –Y realmente me agradas para él.
-Gracias.
Para Charlotte era difícil escuchar a Vamaranth hablar así de Yuki, mientras ella para él era su mundo; sentía un poco de celos pero se decía a sí misma que era una tontería puesto que Vam amaba a Teru por sobre todas las cosas y ya era hora que Yuki  volteara a ver a otras personas. Charlotte la pasaba muy bien con él, le gustaba mucho, sin embargo, el rumbo de esa relación parecía incierto a causa de los sentimientos del Thanatosian.
Mientras todas comían, Vam, que se había sentado en su lugar habitual; jugueteaba con una rosa blanca mientras la sumergía en un resplandeciente color azul y plata. Intentó hacer lo mismo con una roja pero no cambió en lo más mínimo. Cuando era humana, siempre decía que comer era su deporte favorito pero ahora el sólo ver los platillos le ocasionaban náuseas. No había ingerido una sola gota de lo que Charlotte le había obsequiado ni siquiera para corroborar que funcionara, confiaba en ella y no deseaba que se desperdiciara nada a pesar que la hechicera le había prometido preparar más. A veces sentía curiosidad por saber los ingredientes de tales brebajes, recordaba la vez que había salido de compras con su tía donde adquirió diversas plantas y otros objetos extraños por lo que sintió su estómago revolverse sin saber si era normal en los vampiros o sólo eran reminiscencias de conductas humanas, como respirar pues mientras estaba despierta respiraba sin necesitarlo, y había notado que hasta Jasmine lo hacía aunque si dejaban de hacerlo no les ocurría nada.
Las Olsson estaban tan acostumbradas al ajetreo de la morada de Kamijo con todos habitándolo que ahora se sentían solas, Vamaranth no había resistido y se marchó a dormir en su “habitación” que había preparado a pesar de que sólo faltaban un par de horas para el anochecer, Anette mencionó que al ser neófita, necesitaba reponerse con regularidad a diferencia de los que ya tenían tiempo siendo hijos de la noche.
Durante aquel día, los Olsson ni el conde aparecieron; Vamaranth presentó cierto estado de ansiedad pues tenía una sed desmedida y no llegaba ni Kamijo ni Jasmine ni Zin para que la acompañara a beber por lo que Anette, al no tener otra alternativa aprovecho el estado inicial de esa ansiedad y amarró a su sobrina en una silla con una cuerda especial hasta que Jasmine llegó a verlas. Vam contaba para no pensar en nada que tuviera que ver con sangre, poco a poco sus afilados caninos iban aumentando de longitud y fue cuando Flowery agradeció que no tuviera esos horribles dientes de “tiburón” como Kaya; Jasmine se acercó a Vam y la encontró en el 2346.
-¿Tanto tiempo estás así? –Preguntó la Vampira.
-No, sólo que se me olvidan los números y supongo que me salto. –A pesar de estar amarrada lucía de buen humor pero sus dientes dejaban ver lo sedienta que estaba.
-Lamento tardarme tanto, estaba discutiendo unas cosas con Kamijo sobre el entrenamiento de Flow. Lo siento querida.
-No te preocupes Jasmine, mi tía conoce cuando un vampiro empieza a sentir sed y antes de ponerme más “loca” me amarró, me dijo que contara pero ya van cinco ocasiones que quiero safarme; aunque al tratarlo siento como si las cuerdas quemaran o algo así.
-¿Pero no te ve herida?
-No, sólo es la sensación.
-¿Oye Anette? –Jasmine levantó la voz para que la bruja la escuchara. -¿Cómo se llama lo que le pusiste a las cuerdas?
-Fue un hechizo –Llegó después de unos instantes –llamado “Ardet sicut inferno non nocébit”… -Jasmine se quedó con expresión en blanco.
-“Quema como el infierno pero no dañes” –Explicó Vamaranth mientras sentía que el ardor era interno teniendo a su tía tan cerca y pudiendo oler su sangre; a los empleados los habían mandado ya a descansar y por fortuna, sus habitaciones estaban del lado opuesto de las principales. –Yo pensé que…
-¿Sabía latín? Eso es deber de hechiceros y brujos, no de los vampiros, tú lo sabes porque aprendiste de humana. –Respondió Jasmine.
-Lo siento.
Anette se acercó.
-¡No te acerques tía que hueles delicioso!
-¿Eso habré tomarlo como cumplido? –Mencionó divertida
-Vámonos. –Dijo Jasmine.
Sujetó a Vamaranth para dejar caer la soga, Anette se había hecho a un lado pero notó que su presencia sí perturbaba a su sobrina cuando ésta empezó a contar de nuevo para quitarse la idea de beber de ella para después, las dos vampiras se marcharon. Flowery salió de su habitación pues le habían advertido que no debía de salir en lo que Vam estuviera en ese estado, ell confiaba en Jasmine.
-Los neófitos necesitan beber más seguido que el resto, se le pasará en poco tiempo. –Mencionó Anette para trata de tranquilizar a la mayor de sus sobrinas.
-Lo comprendo, supongo que cuando mis padres regresen no tendrán problema en dejarla salir con Jasmine  tres noches a la semana.
-Sí, pero ¿sabes? No se lo van a poder ocultérselo por mucho tiempo, tendrán qué saberlo. –Mencionó Anette.
-Lo sé, y Vamaranth también pero estamos de acuerdo en que no es el momento indicado. En este momento lo que importa es mantener a mi hermana fuera del alcance de Kaya para que lo que sea que tenga planeado con ella, no lo pueda cumplir.
-Te entiendo mi niña. Deberías de dormir, es más fácil explicar los hábitos nocturnos en tu hermana que en ti, y debes de intentar acostumbrarte. Yo las esperaré.
-Yo quería ver cuando regresaran para verificar que nada pasó, con Kaya merodeando no puedo estar tranquila.
-Lo sé querida. Pero debes descansar, los días que tu hermana no necesite beber, vas a entrenar y necesitarás energías.
-De acuerdo.
Selia había mandado a llamar a Kaya porque según decía que tenía algo importante qué decirle. Cuando la vampira fue a verlo se disgustó demasiado al saber que lo urgente que el hechicero tenía que decirle era sobre un viaje improvisado y por lo tanto, sus planes se atrasarían durante el tiempo que Selia permaneciera lejos. A Kaya no le quedó de otra,  puesto que sabía que Selia era el único que se atrevería a hacer lo que ella estaba pidiendo. Realmente había esperado infinidad de años por Kamijo y jamás se había rendido por lo que un mes o quizá dos no era de mucha significancia. Sin embargo, también fue informada por diversos contactos que tenía que el Palacio de Soile estaba habitado nuevamente por lo que pensó que tal vez Vamaranth había aparecido pues el hechizo “No –Rastreo” aún no había perdido efectividad.
Durante la tarde, un ostentoso carruaje había llegado al Palacio Soile de donde bajaron el conde, su hija y Tuomas. La ama de llaves, Lucía, fue a avisarle a la señora Anette quien le indicó que le avisara a Flowery mientras que ella haría lo mismo con Vamaranth. Corrió hasta el sótano donde su sobrina había improvisado su más oculto dormitorio, pensó que estaba dormida pero no era así, Vami estaba sentada en las cajas que eran su “cama” con un semblante sumamente pensativo.
-Ya lo sé tía, ya llegaron… -Mencionó antes que Anette pudiese decir algo. -¿Me ayudas a ver si sirve? –Tenía entre sus manos el frasco con el líquido fucsia que Charlotte le había regalado.
-¿Ya bebiste?
-Aún no, no sé por qué pero siento temor que no funcione.
-Charlotte es una excelente hechicera, lo hará.
Vamaranth bebió un poco; era un sabor desagradable pero consideraba que cualquier cosa que no fuera sangre le parecería que tenía mal sabor. Sintió un pequeño hormigueo en sus ojos por lo que los cerró ante la sensación, después los abrió. Anette no veía nada por la oscuridad del lugar y le pidió que se acercara un poco más a la luz, la pequeña vampira caminó un poco hacía la puerta abierta del sótano y fue cuando su tía la miró sorprendida.
-¿Y bien? –preguntó Vam.
-Sólo un poco pálida y con cara de no haber dormido bien en un par de días, fuera de eso… ¡tus ojos! Como cuando te vi por primera vez, mi niña.
-¡¿En verdad?!
-Claro…
Vamaranth corrió a abrazar a su tía y subió corriendo las escaleras, fue a su habitación a ponerse uno de sus vestidos pues sabía que si Tarja la veía con el pantalón pondría el grito en el cielo. Flowery ya estaba saludando a sus padres y a su abuelo cuando Vamaranth se reunió con ellos; Tarja miró fijamente a la menor de sus hijas lo que hizo que Vam se sintiera algo incómoda pues por un momento pensó que a pesar de la poción de Charlotte su mamá podía ver lo que realmente era pero se le olvidó cuando Tarja la abrazó cálidamente.
-Cariño… ¿estabas en el jardín? Estás muy fría, te pueden hacer mal esas corrientes de aire muy heladas.
-Sí mamá, no te preocupes.
-¿Estás durmiendo bien?
-Es que los extrañaba.
-¡Mi amor! –Tarja besó dulcemente la mejilla de su hija pequeña, Vamaranth estaba sumamente feliz al notar que su nueva condición había pasado desapercibida.
También saludó a su papá y a su abuelo. Los recién llegados tenían mucha hambre por lo que pidieron que les hicieran algo de comer, Vamaranth se disculpó diciendo que había comido golosinas por lo que Tarja la regañó por arruinar su apetito con cosas poco nutritivas. Aun así compartió asiento con toda su familia en el enorme comedor de madera cubierto por un mantel de satín color marfil. Le había pedido a su tía que le avisara cuando sus ojos volvieran a su color rojizo pero todo parecía indicar que aún no sucedía. Platicaron sobre lo que había pasado cuando estuvieron lejos, parecía que los mayores se la habían pasado bien mientras Flowery, Vam y Anette habían mentido diciendo que los días de ellas habían sido extremadamente aburridos.
-¿Flowery? –Preguntó el abuelo. -¿Para cuándo la boda? Tu madre por poco se gasta toda mi fortuna en diversas cosas para tal fin… le dije que parara pues tu prometido tiene el dinero suficiente para también cubrir los gastos –Su sonrisa evidenciaba que lo que decía se trataba de una broma.
-Este… -La chica titubeó un  poco. –No queremos apresurarnos pues como saben, Kamijo es una persona muy perfeccionista y aunque tome algo de tiempo, él desea la boda perfecta. –La vista de la chica se entristeció, sólo su hermana sabía el por qué.
-Realmente me cae bien tu prometido querida nieta. ¿Y cómo van las cosas con el tuyo? –Había volteado a ver a Vamaranth. –Perdón, se me olvida el nombre del muchacho.
-Se llama Teru y creo que todo va perfecto con él. Nos hemos visto mucho y lo amo más que a nunca.
-¡Eso es perfecto! Lo he visto poco pero parece un buen chico. En verdad me da gusto que mis dos nietas hayan encontrado a tan caballerosos muchachos. Supieron elegir muy bien.
Ambas chicas permanecieron en silencio.
La tarde era fría y Teru había ido a su casa, no sabía si volver o seguir quedándose con Kamijo ahora que Vamaranth estaba bien. Caminaba en la aldea Philian, sin realmente ir a casa pues sólo quería ver el entorno. Miró a alguien cerca de una fuente pequeña de mármol azul celeste se acercó al reconocerlo empuñando la espada que desde que enfrentaba ghouls se había convertido en una fiel compañera. La otra persona usaba una larga capa que lo cubría totalmente con sólo el rostro descubierto.
-¿Qué haces aquí? –Preguntó el peliplata.
-Quiero saber si ya apareció tu novia pero al verte así sólo creo que no. –Alexander le hablaba con indiferencia.
-Pues en eso tienes razón, no sé dónde está. –Teru mentía muy bien tratándose de proteger a sus seres queridos. –Y no entiendo por qué tu interés.
-Ya te dije que Flowery me prometió algo si encontraba a su hermana pero al parecer va a tener que forzarla de nuevo… -Puso cara de lujuria.
-¿Forzarla? ¿De qué diablos hablas?
-Esa es información que no te puedo dar, niño. Sé que si la pequeña Vamaranth aparece tú serás de los primeros en saberlo y por eso te estaré vigilando de cerca. Aunque… tu casa ha estado vacía… ¿dónde te quedas?
-Hasta parece que te lo voy a decir. –Hizo una mueca y puso los ojos en blanco.
Alexander tumbó a Teru y colocó su mano alrededor de su cuello dificultándole la respiración.
-Cuando hablas conmigo procura dejar tu insolencia a un lado. –Amenazó el vampiro.
Teru tomó la mano de su atacante y con mucha dificultad logró quitarla haciendo que Alexander perdiera el equilibrio y cayera de espaldas.
-No me subestimes Alexander, si te atreves a lastimar a Vamaranth o cualquier persona que ella ame las verás conmigo.
-¡Ja! No me das miedo, eres un humano simple y soso. Aquella vez que heriste a Kaya fue porque tu amiguito te ayudo pero sólo fue un golpe de suerte y uno de estupidez por parte de ella pero jamás podrás conmigo. ¡No te quieras hacer el héroe Teru! Juntarte con Kamijo puede hacerte mal.
-¿Mal? A ti te hace mal estar con Kaya; ustedes son muy crueles. ¿Qué ganan con todo lo que hacen? ¿Los ghouls y todo eso?
-A nosotros nos gusta salirnos con la nuestra, nadie puede impedirlo por más que lo quieran. –Miró al cielo con aire desafiante. –Si nuestro objetivo es dominar el mundo… ¡lo haremos! Dile a tus amigos que se cuiden de nosotros, nos hemos hartado de vivir en las sombras por lo que le mostraremos al mundo nuestra existencia… y especialmente tú debes de saber de qué forma. –Rió enérgicamente, el viento movía sus oscuros cabellos y sus ojos lucían radiantemente temibles.
Teru empuñó su espada pero Alexander había desaparecido, huía muy rápido aunque sólo fue en búsqueda de “juguete y comida”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario