De nuevo me adelanté aunque ahora sí no he terminado el otro por lo que posiblemente esté hasta el otro viernes u_u Lo siento mucho, pero mientras... si gustan pueden leer todos los demás (?????) Ok, nop. Bueno, es un capítulo fuerte y espero les guste. ya saben, díganme si les gusta o no en cuanto a contenido, redacción, ortografía y bla bla bla.
49.
PARADISE
Flowery
buscaba a Kamijo pues sabía que era quien “despertaba” temprano pero no lo
encontraba por ningún lado, no había nadie más en aquel enorme castillo y por
la hora pensó que podría salir; aún faltaba un par de horas para que anocheciera;
así que tomó un suéter de lana blanco que su madre le había tejido y un gorro
del mismo material y color para después salir. Iba a caminar un poco en los
alrededores pues hacía buen tiempo, a ella no le gustaban los días calurosos
así que como eran principios del otoño, el tiempo le sentó bastante bien.
Anduvo durante unos minutos y llegó al camino más cercano, se sentó en una
piedra y escuchó que a lo lejos iba una carreta; al acercarse notó que iba una
familia en ella así que les hizo la parada.
-Buenas
tardes –Saludó Flowery -¿Hacia dónde se dirigen?
-Vamos
a la aldea de Soile, al centro para ser exactos –Respondió el jefe de familia.
-¿Puede
llevarme de favor? Les pagaré.
El
señor consultó con su esposa y ambos accedieron. Flowery subió atrás donde
transportaban flores de todos colores y se sentó al lados de dos niños como de
6 y 10 años. Iba algo incómoda pero no
le importaba, miraba cada detalle del paisaje. Cerca de una hora después,
llegaron a su destino; Flowery bajó y pagó pero la señora le dijo que no era
necesario, que así estaba bien. La chica visitó las pequeñas tiendas y pensó
que sería un buen detalle comprarle algo a Kamijo así que buscaba con gran
minuciosidad en cada escaparate. Donde más se tardó fue en una tienda de
antigüedades pues encontró objetos interesantes. Lo que más le llamó la
atención fue una rosa hecha de cristal con color rojo transparente. Preguntó al
anciano que estaba de encargado y le dijo el precio, la chica se mostró curiosa
porque no estaba alto el precio y le dijo el señor amablemente que era porque
la pieza estaba rota ya que contaba de un tallo y ahora sólo estaba la flor. No
era muy grande pues cabía perfectamente en la mano de la chica. Sin pensarlo la
pagó, el hombre envolvió la rosa con extremo cuidado en un montón de cosas para
evitar que se rompiera y se la entregó a Flowery.
La
chica miró los tonos rosados de las nubes lo que indicaba que ya estaba
atardeciendo; pensó que ya era hora de volver; se dirigió al camino para
esperar una carro que pudiera dejarla cerca pero no pasaba ninguno. Se empezó a
desesperar cuando notó que se hacía más tarde.
-¿Por
qué tan sola? –Flowery escucho aquella voz y sintió un fuerte escalofrío
recorrer su cuerpo deseando que no fuera quien creía. Al voltear vio que realmente
era él.
-¿Alexander?
¿Qué haces aquí? –Preguntó temerosa.
-Buscaba
distraerme un rato, así como tú querida dama. Por cierto, no he tenido noticias
de tu hermana pero a pesar de ello hay algo bueno.
-¿A
qué te refieres?
-Que
en este momento que te topo tan solitaria, se me antoja hacerte mía…
-¡Ni
se te ocurra! Quedamos en un trato. –Flowery quería decirle que Vamaranth había
aparecido pero no podía.
-Lo
sé mi vida, pero mi cuerpo exige el tuyo. –Se acercaba cada vez más a la chica.
–No puedo esperar más.
Flowery
salió corriendo inútilmente tras un árbol, y en cuestión de segundos él la
encontró.
-¿Por
qué te escondes? –la acorraló en el árbol colocando sus brazo alrededor de ella
–Sabes que de cualquier forma te encontraré.
-¡Aléjate
de favor! –La chica empezaba a llorar.
-¡No
quiero!
Alexander
la tomó entre sus brazos y la besó violentamente introduciendo su lengua en la
boca de la niña.
-Eres
intensa, eso me hace desearte más.
-Me
das asco –Murmuraba con miedo.
-Mira
mi amor, bien puedo embrujarte para que hagas lo que yo deseo pero me gusta más
así, me excita tu negativa.
-¡Calla!
-¡Sí!
Así me provocas más. –Alexander estaba lamiendo el cuello de Flowery,
embriagándose en el aroma de su cálida sangre que corría bajo su piel.
El
vampiro rasgó de poco el suéter que la chica usaba y tiró lejos el gorro. Los
botones de la blusa de ella lo incitaban a abrirlos lentamente y la vista de los pechos de Flow con sostén
lo llenó de deseo mientras ella forcejeaba sin éxito.
Alexander seguía lamiendo el cuerpo de la chica y ella era víctima de un
terror indescriptible; él se quitó su camisa dejando al descubierto su blanca y
gélida piel, con sus manos levantaba la falda de ella y tocaba sus muslos
llegando incluso más arriba, acallaba los gritos con profundos besos aunque
nadie pasaba por ese lugar. El día estaba terminando para darle paso a la noche,
Alexander no daba tregua a la pobre damisela que tenía sometida. Desgarró toda
la ropa que limitaba su deseo y él se despojó de la suya; y por fin estaba
obteniendo lo que tanto anhelaba. Flowery, llorando sólo pensaba en que le
estaba fallando a Kamijo, en cada reacción de placer que emitía Alex ella
estaba perdiendo una parte de su corazón. Ella se convirtió por un momento en
una muñeca sin sentimientos que se dejaba llevar por los movimientos que su
agresor realizaba. Él saciaba sus más sucios deseos con el cuerpo de Flowery
Flowery
quedó perdida en sus pensamientos sintiéndose sucia mientras Alexander se
vestía, le había aventado su ropa a la joven y ella se cubrió tímidamente con
lo que podía pues sólo eran trozos de tela debido a la violencia del vampiro.
Él de nuevo la miró con lujuria y ella trató de levantarse y correr pero sus
piernas no respondían.
-¿Qué
crees amor?... No estoy satisfecho, quiero más.
Se
acercó de nuevo y ella lanzó un grito de horror, la besó de nuevo pero se
separó, Flowery sorprendida miró bien y él no se había separado, lo habían
arrojado.
-¡Maldita
seas estúpida! –Vociferó mientras se incorporaba.
-¡Jane!
–Gritó Flowery prudentemente pues sabía perfectamente que era Vamaranth.
-¡Vaya!
A ti ya te había visto antes… -Alex se
acercó a Vamaranth –Eres quien llegó la otra vez a proteger a Teru… ¡Mira Flowery! ¡El novio de tu hermana la
engaña con esta tipa!
-¡No
te creo! –Gritó la mayor de las Olsson.
-¡Yo
la vi con él! Si no fuera su amante, no lo hubiese defendido así y tal parece
que me tomó odio desde aquella vez. –Alexander tomó a Vamaranth violentamente, aquella
lo miraba con desprecio pero no se inmutaba.
Alexander
aventó al pasto a Vamaranth mientras Flowery cubría su boca pues estaba a punto
de llamar a su hermana por su nombre, mientras usara el antifaz su secreto
estaba guardado. La vampira se levantó de inmediato, los tacones del pasto se
hundían en la tierra que daba sostén al pasto. La mayor de las Olsson notó que
los irises detrás del antifaz perdían el rojo para volverse totalmente negros.
-Así
que ya te enfureciste… -Mencinó Alexander a Vam.
-Eres
un idiota… -Dijo la chica en forma de susurro haciendo una variación a su voz
para no ser descubierta.
Dicho
esto Vamaranth avanzó de una forma muy rápida incluso para el mismo Alex y en
menos de una fracción de segundo lo golpeó tan fuerte en el rostro que lo
derribó totalmente y dejó un hilo de sangre escurriendo de la comisura de su
boca.
Alexander
escupió más sangre al piso y la miró confundido, no era posible que un vampiro
del nivel de Jane le haya dado tal golpe. Se abalanzó sobre ella para intentar
atacarla de cerca pero Jane se resistía fieramente, Flowery estaba aterrada y
empezaba a llorar; por mucho que Vam supiera combatir, la superioridad de
Alexander aún era mucho mayor y se empezaba a notar. Hasta que Haruka aventó a
Alexander permitiendo a la vampira menor incorporarse.
-¡Tú!
¡Apareciste! –Dijo cínicamente Alexander al ver a Haruka.
-No
te permitiré que la dañes. –Lo dijo al poner detrás de ella a Vam.
-¿Por
qué?
-Ella
es mi compañera.
-¿Así
que creaste a este bichito?
-Sí,
¿por qué? –La rubia mintió.
-Por
nada, está bien, me largo al fin que ya obtuve lo que quería. –Miró a Flowery.
–Espero no verte a ti ni a tu amiguita más. –Se dirigía a Haruka.
Cuando
Alexander se marchó, Vamaranth se quitó su antifaz y corrió hacia su hermana
ignrando por un momento a Haruka.
-¡¿Qué
demonios te hizo?! –Preguntó la vampira muy preocupada, en sus ojos volvieron
los destellos rojos.
Flowery
sólo lloraba.
-No
te preocupes –Le dijo mientras la abrazaba –Todo estará bien, no dejaré que te
vuelva a tocar ¿de acuerdo?
-Ka…
mijo.
-Si
él se entera, lo mata ahora sí.
-No…
no, Alexander podría dañarlo; ¡no quiero
que nada le pase a Kamijo! ¡No!
-Está
bien, le diremos cuando tú quieras, pero ¿estás consciente que no se lo puedes
ocultar siempre? –La chica asintió –Tu guarida está aquí cerca. –Por primera
vez Vam se dirigía a Haruka. -¿Podrías prestarle algo de ropa?
-De
acuerdo, vamos.
-Gracias.
Haruka
las dejó en su casa mientras las hermanas buscaban ropa, el estilo de la
vampira que allí vivía no era el de Flow además que todo le quedaba grande pues
Haruka era muy alta; minutos después llegó con pan y unas hojas de té que puso
a hervir para que Flow bebiera. Al principio ella se negaba a comer pero Vamaranth
pudo convencerla aunque sólo probó un bocado de pan pero sí fue obligada a
terminarse su té. La dejaron recostada un rato pero no podía dormir y escuchaba
lo que Haruka le decía a su hermana.
-Te
pusiste en mucho peligro, conozco a Alex. –Decía Haruka.
-Lo
sé, Charlotte me lo dijo.
-¿Wessels?
Vaya que el mundo es muy pequeño.
-Ya
lo creo; deberíamos de irnos ya, se preocuparán sino llegamos pronto y por la
mañana me resultaría insoportable recorrer tanto.
-Me
imagino, pero sabes que puedes quedarte aquí. –Haruka tomó las manos de Vam.
-Por
favor, no ahorita –Vam las retiró.
-Me
muero si algo te pasa.
Haruka
besó a Vamaranth y Flowery no podía creer lo que veía.
-¡Basta!
Ya te dije que no te quiero de esa forma…
-¡Ya
sé! El tal Teru está en tu mente siempre pero… cuando estás a mi lado me siento
en paz, no quiero dejarte ir. Entiende que te amo.
-Lo
siento. Será mejor que nos marchemos. Y muchas gracias por todo.
-Antes
que se vayan… encontré esto hace rato ¿será de tu hermana? –Haruka sacó de su
bolsillo la cajita con la rosa que Flowery le había comprado a Kamijo y al
verlo, la chica se levantó del sofá y la tomó.
-Gracias.
–Murmuró al abrazar la cajita y escuchar al agitar que el contenido aún tenía
una sola pieza, no se había roto. –Era… para Ka… mijo. –Otra vez volvió a
llorar. –Lo traicioné.
-¡Eso
no es verdad! El muy estúpido de Alexander te violó hermana; jamás traicionaste
a Kamijo… yo sé que él entenderá. –Trató de calmarse un poco. –Vamos.
-Las
acompaño.
-No
es necesario.
-No
me importa que tú no quieras, tampoco puedo dejar que Alexander se vuelva a
acercar a tu hermana.
-Como
desees.
Era
evidente que todos ya estaban preocupados por las Olsson, incluso al llegar
vieron a Kamijo salir pues ya iba en su búsqueda, se acercó a abrazar a su prometida
quien soporto las ganas de soltarse en llanto con tal que no sospechara nada de
lo que había ocurrido. Kamijo la miró y notó que traía puesta otra ropa que
para nada era de ella.
-Se
cayó al río. –Mencionó con sorprendente naturalidad Vam.
-Amor,
sé más cuidadosa. –Mencionó Kamijo.
-De
acuerdo. –Susurró Flowery.
-Y
tú Vamaranth, no debiste salir sola.
-Haruka
estuvo conmigo Kamijo; no hay problema.
-Prometan
que no lo harán de nuevo.
Flowery
tomó un baño y se recostó en su cama, había sido algo fría con Kamijo pero éste
pensó que tal vez era porque ella estaba cansada y no mencionó nada. Sin
embargo, la chica seguí llorando y había echado llave a su habitación para que
nadie la viera. Alguien llamó a su puerta pero escuchó que era su hermana por
lo que abrió. Ella a pesar de la oscuridad vio como Flowery seguía con los ojos
llenos de lágrimas. La invitó a recostarse y ella fue quien la abrigó.
-Tranquila
¿de acuerdo? Todo estará bien.
–Vamaranth abrazó a su asustada hermana. –Yo te cuidaré; ahora entiendo
que las cosas pasan por algo y si soy esto es para poder defenderte del
estúpido de Alex. Hasta que le estoy viendo el lado bueno al ser un monstruo.
-No
eres un monstruo.
-Lo
soy desde el momento que probé la sangre.
-En
todo caso… hasta en los monstruos hay categorías. Porque Kaya y Alexander son
quienes realmente recibirían tal nombre.
-Como
sea, lo que importa es que ya podré cuidarte mejor.
-¿Qué
pasa con Haruka? Vi que se besaron.
-¡Eso!
–Vam hizo una mueca. –Pues parece que está confundida respecto a sus
sentimientos hacia mí y jura que me ama; pero como ya sabrás, mi corazón
pertenece a Teru.
-Pero
puede que no esté confundida ¿no crees?
-Cómo
sea, no puedo corresponderle. Debes de dormir, yo me quedaré contigo.
–Vamaranth miró alrededor –Hiciste bien en cerrar las cortinas porque si no, el
amanecer será una verdadera tortura para mí.
-Si
vas a recostarte en mi cama… mínimo quítate las botas…
-Nunca
cambias –Vamaranth sonrió y dispuso a quitarse su calzado con cierta facilidad,
las iba a botar en cualquier rincón pero recordó que su hermana odiaba eso y se
levantó a acomodarlas en el pie de la cama.
-¿Cómo
te escapaste? Tenía entendido que no podías salir sola.
-¡Siempre
lo hago! Primero me escapaba de casa para ver a Yuki, después para ver a Teru y
ahora para ir a buscarte. No tolero estar lejos de las personas que más quiero;
y más en tu caso, me preocupó mucho tu ausencia prolongada.
-Eres
una boba, te arriesgas mucho.
-No
me importa.
-¿No
te cubrirás? –Preguntó Flowery al notar que la pequeña no se arropaba.
-Verás…
no siento ni frío ni calor, si acaso llegara usar abrigos es porque no puedo
salir con el fuerte viento de otoño arrasando con todo y usar sólo una blusa de
gaza sin que me inmute. –tengo que parecer humana. Es por eso que me atreví a
ponerme unas botas así, no siento molestia y me hacen sentir menos pequeña de
lo que estoy, según el vendedor, el tacón mide 10 centímetros así que con ellos
mi estatura aumente 10 centímetros. Obviamente eran las únicas en existencia,
de hecho, me quedan algo grandes (como un centímetro más) aunque no es mucho
pero ya te dije que ni lo siento.
Vamaranth
dejó de hablar y vio que su hermana estaba ya dormida, a pesar de la oscuridad
podía ver como respiraba, el flujo sanguíneo en sus vasos, la fragilidad de ser
humana. Ella extrañaba serlo aunque en aquel momento agradeció ser lo que era
porque gracias a ello pudo evitar que Alex lastimara por segunda vez a Flowery.
Aunque también reconocía que si no hubiese sido por la intervención de Haruka
no la hubieran librado.
Pasaron
escasamente un par de horas para que el amanecer abriera paso, y la vampiresa
se ocultó debajo de la cama de Flow pues pese a las cortinas oscuras de la
habitación, pequeños destellos de luz la atravesaban, y un vampiro al “dormir”
se volvía totalmente vulnerable a los rayos de luz; les producían quemaduras
que si bien sanarían, eran muy dolorosas y tardaban mucho en cerrar, cuestión
de un par de días o semanas dependiendo la exposición; eso era una eternidad
para un vampiro. Flowery durmió pese al alba y no despertó hasta pasado el
mediodía.
Hizaki
llamó a su puerta y la Olsson, pese a que ya estaba despierta, permanecía
abrazando a su almohada, y no se había percatado que su hermana seguía en su
habitación. Sólo se limitó a decir un “Adelante” sin ánimos.
-Te
llamé hace rato para que fueras a desayunar y no me hiciste caso. –Mencionó la
rubia preocupada -¿Te sientes bien?
-Mmmm
-Me
dijeron que te caíste al río… creo que te vas a resfriar porque estás muy
apagada hoy y eso no es normal en ti. Te traeré un té caliente.
-No
quiero…
-¡Nada
de “no quiero”! –La philian parecía algo molesta como si se tratara de una
madre preocupada -¡Te lo traeré y deberás beberlo! Le diré a tu tía que te
prepare algo.
-¡No!
No le digas nada –Incorporó medio cuerpo pues no quería que su tía la viera en
ese momento, ella era muy suspicaz.
–Al menos toma el té, de favor. –El rostro de
Hizaki era muy tierno.
-De
acuerdo. Pero promete que no le dirás a tía Anette.
-¡Prometido!
Hizaki
salió algo satisfecha ante aquella respuesta. Flow encontró aún las botas de
Vam pero ella no estaba o al menos eso era lo que ella creía pues al revisar
bajo su cama la encontró acostada bocarriba con los brazos cruzados en el
pecho, inmóvil, realmente parecía muerta pues ya no respiraba. Le recordó a
cómo acomodaban a las personas inertes en los féretros y sintió un vacío
dentro, pero no estaba muerta y eso lo sabía, al menos no del todo.
La
prima de Teru llegó con la tetera y una pequeña taza de fina porcelana, era la
vajilla presente en el castillo que Jasmine conservaba por sentimentalismo. El
té de Hizaki era dulce, caliente pero no imposible de beber. También llevó un
poco de sopa que la enferma no quería aceptar pero de nueva cuenta fue obligada
por Hizaki.
-¿Está
Anette? –Preguntó Flowery.
-No,
acaba de salir, fue a ver a Charlotte. Al parecer a Yuki le fue bien con ella
porque creo que repetirán la cita.
Cuando
Hizaki se marchó, Flowery tomó un sencillo vestido beige y un suéter blanco de
lino para dirigirse a la biblioteca, deseaba leer y olvidarse de todo por un
momento. Tenía miedo de ver a Kamijo a la cara, temía porque sabía que él
notaría que algo iba muy mal.
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