miércoles, 13 de noviembre de 2013

49. Paradise (What About Us?)

De nuevo me adelanté aunque ahora sí no he terminado el otro por lo que posiblemente esté hasta el otro viernes u_u Lo siento mucho, pero mientras... si gustan pueden leer todos los demás (?????) Ok, nop. Bueno, es un capítulo fuerte y espero les guste. ya saben, díganme si les gusta o no en cuanto a contenido, redacción, ortografía y bla bla bla.



49. PARADISE
Flowery buscaba a Kamijo pues sabía que era quien “despertaba” temprano pero no lo encontraba por ningún lado, no había nadie más en aquel enorme castillo y por la hora pensó que podría salir; aún faltaba un par de horas para que anocheciera; así que tomó un suéter de lana blanco que su madre le había tejido y un gorro del mismo material y color para después salir. Iba a caminar un poco en los alrededores pues hacía buen tiempo, a ella no le gustaban los días calurosos así que como eran principios del otoño, el tiempo le sentó bastante bien. Anduvo durante unos minutos y llegó al camino más cercano, se sentó en una piedra y escuchó que a lo lejos iba una carreta; al acercarse notó que iba una familia en ella así que les hizo la parada.
-Buenas tardes –Saludó Flowery -¿Hacia dónde se dirigen?
-Vamos a la aldea de Soile, al centro para ser exactos –Respondió el jefe de familia.
-¿Puede llevarme de favor? Les pagaré.
El señor consultó con su esposa y ambos accedieron. Flowery subió atrás donde transportaban flores de todos colores y se sentó al lados de dos niños como de 6 y 10 años.  Iba algo incómoda pero no le importaba, miraba cada detalle del paisaje. Cerca de una hora después, llegaron a su destino; Flowery bajó y pagó pero la señora le dijo que no era necesario, que así estaba bien. La chica visitó las pequeñas tiendas y pensó que sería un buen detalle comprarle algo a Kamijo así que buscaba con gran minuciosidad en cada escaparate. Donde más se tardó fue en una tienda de antigüedades pues encontró objetos interesantes. Lo que más le llamó la atención fue una rosa hecha de cristal con color rojo transparente. Preguntó al anciano que estaba de encargado y le dijo el precio, la chica se mostró curiosa porque no estaba alto el precio y le dijo el señor amablemente que era porque la pieza estaba rota ya que contaba de un tallo y ahora sólo estaba la flor. No era muy grande pues cabía perfectamente en la mano de la chica. Sin pensarlo la pagó, el hombre envolvió la rosa con extremo cuidado en un montón de cosas para evitar que se rompiera y se la entregó a Flowery.
La chica miró los tonos rosados de las nubes lo que indicaba que ya estaba atardeciendo; pensó que ya era hora de volver; se dirigió al camino para esperar una carro que pudiera dejarla cerca pero no pasaba ninguno. Se empezó a desesperar cuando notó que se hacía más tarde.
-¿Por qué tan sola? –Flowery escucho aquella voz y sintió un fuerte escalofrío recorrer su cuerpo deseando que no fuera quien creía. Al voltear vio que realmente era él.
-¿Alexander? ¿Qué haces aquí? –Preguntó temerosa.
-Buscaba distraerme un rato, así como tú querida dama. Por cierto, no he tenido noticias de tu hermana pero a pesar de ello hay algo bueno.
-¿A qué te refieres?
-Que en este momento que te topo tan solitaria, se me antoja hacerte mía…
-¡Ni se te ocurra! Quedamos en un trato. –Flowery quería decirle que Vamaranth había aparecido pero no podía.
-Lo sé mi vida, pero mi cuerpo exige el tuyo. –Se acercaba cada vez más a la chica. –No puedo esperar más.
Flowery salió corriendo inútilmente tras un árbol, y en cuestión de segundos él la encontró.
-¿Por qué te escondes? –la acorraló en el árbol colocando sus brazo alrededor de ella –Sabes que de cualquier forma te encontraré.
-¡Aléjate de favor! –La chica empezaba a llorar.
-¡No quiero!
Alexander la tomó entre sus brazos y la besó violentamente introduciendo su lengua en la boca de la niña.
-Eres intensa, eso me hace desearte más.
-Me das asco –Murmuraba con miedo.
-Mira mi amor, bien puedo embrujarte para que hagas lo que yo deseo pero me gusta más así, me excita tu negativa.
-¡Calla!
-¡Sí! Así me provocas más. –Alexander estaba lamiendo el cuello de Flowery, embriagándose en el aroma de su cálida sangre que corría bajo su piel.
El vampiro rasgó de poco el suéter que la chica usaba y tiró lejos el gorro. Los botones de la blusa de ella lo incitaban a abrirlos lentamente  y la vista de los pechos de Flow con sostén lo llenó de deseo mientras ella forcejeaba  sin éxito.  Alexander seguía lamiendo el cuerpo de la chica y ella era víctima de un terror indescriptible; él se quitó su camisa dejando al descubierto su blanca y gélida piel, con sus manos levantaba la falda de ella y tocaba sus muslos llegando incluso más arriba, acallaba los gritos con profundos besos aunque nadie pasaba por ese lugar. El día estaba terminando para darle paso a la noche, Alexander no daba tregua a la pobre damisela que tenía sometida. Desgarró toda la ropa que limitaba su deseo y él se despojó de la suya; y por fin estaba obteniendo lo que tanto anhelaba. Flowery, llorando sólo pensaba en que le estaba fallando a Kamijo, en cada reacción de placer que emitía Alex ella estaba perdiendo una parte de su corazón. Ella se convirtió por un momento en una muñeca sin sentimientos que se dejaba llevar por los movimientos que su agresor realizaba. Él saciaba sus más sucios deseos con el cuerpo de Flowery
Flowery quedó perdida en sus pensamientos sintiéndose sucia mientras Alexander se vestía, le había aventado su ropa a la joven y ella se cubrió tímidamente con lo que podía pues sólo eran trozos de tela debido a la violencia del vampiro. Él de nuevo la miró con lujuria y ella trató de levantarse y correr pero sus piernas no respondían.
-¿Qué crees amor?... No estoy satisfecho, quiero más.
Se acercó de nuevo y ella lanzó un grito de horror, la besó de nuevo pero se separó, Flowery sorprendida miró bien y él no se había separado, lo habían arrojado.
-¡Maldita seas estúpida! –Vociferó mientras se incorporaba.
-¡Jane! –Gritó Flowery prudentemente pues sabía perfectamente que era Vamaranth.
-¡Vaya! A ti ya te había visto antes…  -Alex se acercó a Vamaranth –Eres quien llegó la otra vez a proteger a Teru…  ¡Mira Flowery! ¡El novio de tu hermana la engaña con esta tipa!
-¡No te creo! –Gritó la mayor de las Olsson.
-¡Yo la vi con él! Si no fuera su amante, no lo hubiese defendido así y tal parece que me tomó odio desde aquella vez. –Alexander tomó a Vamaranth violentamente, aquella lo miraba con desprecio pero no se inmutaba.
Alexander aventó al pasto a Vamaranth mientras Flowery cubría su boca pues estaba a punto de llamar a su hermana por su nombre, mientras usara el antifaz su secreto estaba guardado. La vampira se levantó de inmediato, los tacones del pasto se hundían en la tierra que daba sostén al pasto. La mayor de las Olsson notó que los irises detrás del antifaz perdían el rojo para volverse totalmente negros.
-Así que ya te enfureciste… -Mencinó Alexander a Vam.
-Eres un idiota… -Dijo la chica en forma de susurro haciendo una variación a su voz para no ser descubierta.
Dicho esto Vamaranth avanzó de una forma muy rápida incluso para el mismo Alex y en menos de una fracción de segundo lo golpeó tan fuerte en el rostro que lo derribó totalmente y dejó un hilo de sangre escurriendo de la comisura de su boca.
Alexander escupió más sangre al piso y la miró confundido, no era posible que un vampiro del nivel de Jane le haya dado tal golpe. Se abalanzó sobre ella para intentar atacarla de cerca pero Jane se resistía fieramente, Flowery estaba aterrada y empezaba a llorar; por mucho que Vam supiera combatir, la superioridad de Alexander aún era mucho mayor y se empezaba a notar. Hasta que Haruka aventó a Alexander permitiendo a la vampira menor incorporarse.
-¡Tú! ¡Apareciste! –Dijo cínicamente Alexander al ver a Haruka.
-No te permitiré que la dañes. –Lo dijo al poner detrás de ella a Vam.
-¿Por qué?
-Ella es mi compañera.
-¿Así que creaste a este bichito?
-Sí, ¿por qué? –La rubia mintió.
-Por nada, está bien, me largo al fin que ya obtuve lo que quería. –Miró a Flowery. –Espero no verte a ti ni a tu amiguita más. –Se dirigía a Haruka.
Cuando Alexander se marchó, Vamaranth se quitó su antifaz y corrió hacia su hermana ignrando por un momento a Haruka.
-¡¿Qué demonios te hizo?! –Preguntó la vampira muy preocupada, en sus ojos volvieron los destellos rojos.
Flowery sólo lloraba.
-No te preocupes –Le dijo mientras la abrazaba –Todo estará bien, no dejaré que te vuelva a tocar ¿de acuerdo?
-Ka… mijo.
-Si él se entera, lo mata ahora sí.
-No… no,  Alexander podría dañarlo; ¡no quiero que nada le pase a Kamijo! ¡No!
-Está bien, le diremos cuando tú quieras, pero ¿estás consciente que no se lo puedes ocultar siempre? –La chica asintió –Tu guarida está aquí cerca. –Por primera vez Vam se dirigía a Haruka. -¿Podrías prestarle algo de ropa?
-De acuerdo, vamos.
-Gracias.
Haruka las dejó en su casa mientras las hermanas buscaban ropa, el estilo de la vampira que allí vivía no era el de Flow además que todo le quedaba grande pues Haruka era muy alta; minutos después llegó con pan y unas hojas de té que puso a hervir para que Flow bebiera. Al principio ella se negaba a comer pero Vamaranth pudo convencerla aunque sólo probó un bocado de pan pero sí fue obligada a terminarse su té. La dejaron recostada un rato pero no podía dormir y escuchaba lo que Haruka le decía a su hermana.
-Te pusiste en mucho peligro, conozco a Alex. –Decía Haruka.
-Lo sé, Charlotte me lo dijo.
-¿Wessels? Vaya que el mundo es muy pequeño.
-Ya lo creo; deberíamos de irnos ya, se preocuparán sino llegamos pronto y por la mañana me resultaría insoportable recorrer tanto.
-Me imagino, pero sabes que puedes quedarte aquí. –Haruka tomó las manos de Vam.
-Por favor, no ahorita –Vam las retiró.
-Me muero si algo te pasa.
Haruka besó a Vamaranth y Flowery no podía creer lo que veía.
-¡Basta! Ya te dije que no te quiero de esa forma…
-¡Ya sé! El tal Teru está en tu mente siempre pero… cuando estás a mi lado me siento en paz, no quiero dejarte ir. Entiende que te amo.
-Lo siento. Será mejor que nos marchemos. Y muchas gracias por todo.
-Antes que se vayan… encontré esto hace rato ¿será de tu hermana? –Haruka sacó de su bolsillo la cajita con la rosa que Flowery le había comprado a Kamijo y al verlo, la chica se levantó del sofá y la tomó.
-Gracias. –Murmuró al abrazar la cajita y escuchar al agitar que el contenido aún tenía una sola pieza, no se había roto. –Era… para Ka… mijo. –Otra vez volvió a llorar. –Lo traicioné.
-¡Eso no es verdad! El muy estúpido de Alexander te violó hermana; jamás traicionaste a Kamijo… yo sé que él entenderá. –Trató de calmarse un poco. –Vamos.
-Las acompaño.
-No es necesario.
-No me importa que tú no quieras, tampoco puedo dejar que Alexander se vuelva a acercar a tu hermana.
-Como desees.
Era evidente que todos ya estaban preocupados por las Olsson, incluso al llegar vieron a Kamijo salir pues ya iba en su búsqueda, se acercó a abrazar a su prometida quien soporto las ganas de soltarse en llanto con tal que no sospechara nada de lo que había ocurrido. Kamijo la miró y notó que traía puesta otra ropa que para nada era de ella.
-Se cayó al río. –Mencionó con sorprendente naturalidad Vam.
-Amor, sé más cuidadosa. –Mencionó Kamijo.
-De acuerdo. –Susurró Flowery.
-Y tú Vamaranth, no debiste salir sola.
-Haruka estuvo conmigo Kamijo; no hay problema.
-Prometan que no lo harán de nuevo.
Flowery tomó un baño y se recostó en su cama, había sido algo fría con Kamijo pero éste pensó que tal vez era porque ella estaba cansada y no mencionó nada. Sin embargo, la chica seguí llorando y había echado llave a su habitación para que nadie la viera. Alguien llamó a su puerta pero escuchó que era su hermana por lo que abrió. Ella a pesar de la oscuridad vio como Flowery seguía con los ojos llenos de lágrimas. La invitó a recostarse y ella fue quien la abrigó.
-Tranquila ¿de acuerdo? Todo estará bien.  –Vamaranth abrazó a su asustada hermana. –Yo te cuidaré; ahora entiendo que las cosas pasan por algo y si soy esto es para poder defenderte del estúpido de Alex. Hasta que le estoy viendo el lado bueno al ser un monstruo.
-No eres un monstruo.
-Lo soy desde el momento que probé la sangre.
-En todo caso… hasta en los monstruos hay categorías. Porque Kaya y Alexander son quienes realmente recibirían tal nombre.
-Como sea, lo que importa es que ya podré cuidarte mejor.
-¿Qué pasa con Haruka? Vi que se besaron.
-¡Eso! –Vam hizo una mueca. –Pues parece que está confundida respecto a sus sentimientos hacia mí y jura que me ama; pero como ya sabrás, mi corazón pertenece a Teru.
-Pero puede que no esté confundida ¿no crees?
-Cómo sea, no puedo corresponderle. Debes de dormir, yo me quedaré contigo. –Vamaranth miró alrededor –Hiciste bien en cerrar las cortinas porque si no, el amanecer será una verdadera tortura para mí.
-Si vas a recostarte en mi cama… mínimo quítate las botas…
-Nunca cambias –Vamaranth sonrió y dispuso a quitarse su calzado con cierta facilidad, las iba a botar en cualquier rincón pero recordó que su hermana odiaba eso y se levantó a acomodarlas en el pie de la cama.
-¿Cómo te escapaste? Tenía entendido que no podías salir sola.
-¡Siempre lo hago! Primero me escapaba de casa para ver a Yuki, después para ver a Teru y ahora para ir a buscarte. No tolero estar lejos de las personas que más quiero; y más en tu caso, me preocupó mucho tu ausencia prolongada.
-Eres una boba, te arriesgas mucho.
-No me importa.
-¿No te cubrirás? –Preguntó Flowery al notar que la pequeña no se arropaba.
-Verás… no siento ni frío ni calor, si acaso llegara usar abrigos es porque no puedo salir con el fuerte viento de otoño arrasando con todo y usar sólo una blusa de gaza sin que me inmute. –tengo que parecer humana. Es por eso que me atreví a ponerme unas botas así, no siento molestia y me hacen sentir menos pequeña de lo que estoy, según el vendedor, el tacón mide 10 centímetros así que con ellos mi estatura aumente 10 centímetros. Obviamente eran las únicas en existencia, de hecho, me quedan algo grandes (como un centímetro más) aunque no es mucho pero ya te dije que ni lo siento.
Vamaranth dejó de hablar y vio que su hermana estaba ya dormida, a pesar de la oscuridad podía ver como respiraba, el flujo sanguíneo en sus vasos, la fragilidad de ser humana. Ella extrañaba serlo aunque en aquel momento agradeció ser lo que era porque gracias a ello pudo evitar que Alex lastimara por segunda vez a Flowery. Aunque también reconocía que si no hubiese sido por la intervención de Haruka no la hubieran librado.
Pasaron escasamente un par de horas para que el amanecer abriera paso, y la vampiresa se ocultó debajo de la cama de Flow pues pese a las cortinas oscuras de la habitación, pequeños destellos de luz la atravesaban, y un vampiro al “dormir” se volvía totalmente vulnerable a los rayos de luz; les producían quemaduras que si bien sanarían, eran muy dolorosas y tardaban mucho en cerrar, cuestión de un par de días o semanas dependiendo la exposición; eso era una eternidad para un vampiro. Flowery durmió pese al alba y no despertó hasta pasado el mediodía.
Hizaki llamó a su puerta y la Olsson, pese a que ya estaba despierta, permanecía abrazando a su almohada, y no se había percatado que su hermana seguía en su habitación. Sólo se limitó a decir un “Adelante” sin ánimos.
-Te llamé hace rato para que fueras a desayunar y no me hiciste caso. –Mencionó la rubia preocupada -¿Te sientes bien?
-Mmmm
-Me dijeron que te caíste al río… creo que te vas a resfriar porque estás muy apagada hoy y eso no es normal en ti. Te traeré un té caliente.
-No quiero…
-¡Nada de “no quiero”! –La philian parecía algo molesta como si se tratara de una madre preocupada -¡Te lo traeré y deberás beberlo! Le diré a tu tía que te prepare algo.
-¡No! No le digas nada –Incorporó medio cuerpo pues no quería que su tía la viera en ese momento, ella era muy suspicaz.
 –Al menos toma el té, de favor. –El rostro de Hizaki era muy tierno.
-De acuerdo. Pero promete que no le dirás a tía Anette.
-¡Prometido!
Hizaki salió algo satisfecha ante aquella respuesta. Flow encontró aún las botas de Vam pero ella no estaba o al menos eso era lo que ella creía pues al revisar bajo su cama la encontró acostada bocarriba con los brazos cruzados en el pecho, inmóvil, realmente parecía muerta pues ya no respiraba. Le recordó a cómo acomodaban a las personas inertes en los féretros y sintió un vacío dentro, pero no estaba muerta y eso lo sabía, al menos no del todo.
La prima de Teru llegó con la tetera y una pequeña taza de fina porcelana, era la vajilla presente en el castillo que Jasmine conservaba por sentimentalismo. El té de Hizaki era dulce, caliente pero no imposible de beber. También llevó un poco de sopa que la enferma no quería aceptar pero de nueva cuenta fue obligada por Hizaki.
-¿Está Anette? –Preguntó Flowery.
-No, acaba de salir, fue a ver a Charlotte. Al parecer a Yuki le fue bien con ella porque creo que repetirán la cita.
Cuando Hizaki se marchó, Flowery tomó un sencillo vestido beige y un suéter blanco de lino para dirigirse a la biblioteca, deseaba leer y olvidarse de todo por un momento. Tenía miedo de ver a Kamijo a la cara, temía porque sabía que él notaría que algo iba muy mal. 


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