miércoles, 11 de diciembre de 2013

52. Dancing in the Velvet Moon

Tarja no había regañado a su hija menor al no comer con ellos porque Vamaranth le había dicho que iba con Teru porque él vivía solo, inclusive la señora Olsson se mostró conmovida y hasta le mandó un poco de lomo horneado. La chica se sentía agotada pues tenía una rutina diurna y eso no era lo más saludable para los vampiros, sólo los muy experimentados podían hacerlo pero ella sólo tenía unos cuantos meses bajo esa condición. Vamaranth veía a Teru libremente porque era a medio día; el Philian había regresado a su casa pero aun así ella era discreta y se cubría con su capa al caminar por las calles para evitar que si Kaya tuviera espías, pudiera ser visible. Ya entrando en la casa de Teru, éste cerraba sus cortinas y se ponían a platicar durante un largo tiempo mientras él comía feliz lo que Tarja le mandaba; era tan extraño que su suegra le mandara de comer cuando al principio parecía que lo odiaba, aunque lo entendía pues la relación con su hija se podía decir que era clandestina.
Pasaban en tiempo sentados, abrazándose uno al otro platicando de cosas sin importancia pero que los hacía reír mucho. Teru iba a dejar a su novia a su casa pero antes de salir, ella lo detuvo un momento.
-Tengo que preguntarte algo. –Habló ella con un tono serio y tomando las manos de su amado.
-¿Sobre qué mi niña? –Preguntó mirándola dulcemente.
-Hasta ahorita no hemos tenido problemas en nuestra relación pero es evidente que yo ya no soy la misma. Quiero saber si a la larga, ¿no tendrás problemas con lo que soy? He tenido problemas para adaptarme a los hábitos diurnos y supongo que tú los tendrías si los hicieras nocturnos.
-Mi niña –Tomó con su mano suavemente el mentón de la chica y dirigió su mirada hacia su rostro. –Eres lo más importante en mi vida y yo sería capaz de todo por estar a tu lado. Te amo y te amaré pase lo que pase…  -la abrazó fuertemente y ella colocó su rostro en el pecho del chico oliendo su seductor aroma –Si te llego a perder mi vida no tendría sentido…

Las noches cada vez eran más frías. Jasmine había ido con las hermanas Olsson y habían tomado el tejado del Palacio para entrenar. Charlotte las ayudaba creando un hechizo de bloqueo para que no se percibiera que ellas estaban allí. La mayor de las Olsson se había puesto la ropa que Haruka le había prestado pues tenía sólo vestidos y faldas que pensaba que resultarían incómodos. Pero Vamaranth llevaba sus altos tacones que a pesar con ellos seguí luciendo pequeña aunque ya no tanto.
Jasmine había tomado desprevenida a Vami y sin que ésta última se diera cuenta, la tumbó del tejado haciéndola que cayera, Flowery, quién vio no dudó en reclamarle a la vampira por su acción pues pensó que era peligroso para su hermana ya que el Palacio tenía varios pisos muy amplios por lo que la altura era considerable, sin embargo, en cuestión de instantes, la chica vampiro había caído apoyándose de sus pies y manos de una forma felina sin tener rasguños algunos. Flow y Jasmine miraron hacia abajo como Vamaranth se ponía de pie y las miraba, iba a decir algo cuando de pronto escuchó una voz que la llamaba, se trataba de Yuki quien las buscaba a través de los barrotes que protegían el jardín del exterior, la vampira corrió hacia él sin saber si podía verla a pesar del hechizo de Charlotte, pero cuando el Thanatosian la miró fijamente supo que en él no causaba efecto e hizo señas a Jasmine y a Flow para que bajaran, Yuki parecía agotado como si hubiera corrido mucho. Cuando las otras dos llegaron, empezó a hablar entre agitadas respiraciones.
-Vampiros están atacando una taberna al sur… -Dijo con dificultad. –Me dijeron que viniera, Teru, Kamijo y Masashi ya se adelantaron. No sé nada más.
-¡Flowery! ¡Espéranos! –Ordenó Jasmine.
-¡No quiero! Si me quieren enseñar a matar vampiros tengo que ver cómo lo hacen, me niego a quedarme. –Dijo determinantemente.
-¡Es peligroso! ¡Ya escuchaste a Yuki! No se tratan de ghouls sino de vampiros.
-¡Lo escuché Jasmine! –Dijo alzando la voz pero se sintió incómoda estando molesta con tal amable vampira –Por favor… -lo dijo más tranquila pero sin quitar el dedo del renglón.
-Kamijo se va a disgustar demasiado.
-¡Le dices que les seguí y ya! Prometo no meterme y no estorbar. Me iré a un lugar seguro si las cosas se ponen feas… ¡Lo prometo!
-Ella irá aunque se lo niegues. –Aseguró Vami.
Jasmine maldijo algo y se fueron no sin antes darle a Vam un antifaz para que la ubicaran como Jane Doe, aunque la chica pensó que tal vez n funcionaría porque ya la habían identificado como compañera de Haruka a quien por cierto, tenía un par de semanas que no veía y a pesar de todo la extrañaba mucho.
Corrieron, evidentemente Jasmine y Vamaranth se adelantaron tanto que era imposible visualizar más que dos puntos en movimiento; Yuki iba tratando de ir al paso de Flowery quien agradeció no llevar falda en aquel momento pues entre las ramas de los árboles que crecían paralelos al camino empedrado ya se hubiese enredado.  El lugar era un festín de vampiros con cuerpos desangrados por doquier; aunque ya habían cesado pues el resto había llegado, eran demasiados vampiros, todos neófitos de menos de 48 horas de haber sido creados saciando sus más crueles y depredadores instintos. Flowery quedó impactada por la cantidad de líquido rojo (humano y vampiro) corriendo bajo sus pies. La taberna era de un tamaño medio, iban tanto hombres como mujeres después de trabajar para distraerse un rato, realmente era un lugar donde no habían personas que causaran problemas, los pocos sobrevivientes se refugiaban temerosos ante un rincón que estaba protegido por Zin y Masashi mientras los otros atacaban a los demás, al ser ya vampiros, por muy recientes que fueran, era más difícil combartirlos que a los ghouls pues su forma de moverse no era torpe como los de los últimos, si no que era mucho más ágil; Kamijo ni Zin tenían dificultades, parecía que llegaban a danzar con cada ataque de la elegancia que poseían, Teru se le notaba aterrado pero a pesar de eso trataba de ser certero a la cabeza. Yuki aun corriendo, sacó su espada, y cortó el brazo de uno de los vampiros, a pesar de ello, aquel macabro ser lo tomó por los hombros para intentarlo morder mostrando a plenitud sus colmillos y una sed terrible en sus ojos; Vamaranth sin pensarlo, arrojó con su cuerpo al vampiro quien enfurecido se levantó de nuevo hacía ella, pero lo volvió a tirar y al no tener ninguna arma, clavó su altísimo tacón en el cráneo de éste para después tomar su cabeza entre sus manos y de un tajo separarlos de su cuerpo.  En ese momento Flowery comprendió la importancia de tan extravagante calzado en una persona sin armas.
Jasmine parecía que no atacaba, con un solo corte de una daga que para cualquiera parecía insignificante, dirigiéndola al cuello o al corazón. Poco a poco los vampiros se hacían menos y Flowery sentía muchas náuseas al ver toda esa cantidad de sangre correr, para ella el olor era desagradable. Por lo que para no pensar en ello corrió hasta donde estaban las personas aprovechando que estaban cerca Zin y Masashi y no podían acercarse los pocos vampiros que quedaban y empezó a decirles que todo iba a estar bien que confiaran en ellos. Había una chica que lloraba amargamente pues vio como su padre era asesinado por aquellos demonios.
Al morir, un vampiro se convierte en cenizas por lo que sus cuerpos habían desaparecido, Kamijo habló con la gente y pidió que no dijeran nada de su intervención, lo que no hubo objeción pues si no hubiesen llegado, nadie hubiera sobrevivido. Eran aproximadamente un grupo de 30 neofitos. Eran a lo mucho 15 sobrevivientes y cuidaron que todos volvieran a casa dejando atrás aquel sangriento lugar.
Como era de esperarse, Kamijo regañó a Jasmine por haber permitido que Flowery fuera o incluso Vamaranth porque aunque admitió que quedó sorprendido por lo que podía hacer la vampira nueva aún frente a iguales, no zombies sin voluntad.
-Debe de ser la sangre de Kaya… -Decía Jasmine a Kamijo mientras miraban a la chica. –Sabemos que sea como sea, es muy poderosa y no sabemos todo lo que puede transmitir, jamás había creado a un vampiro como ella.
-Kaya decide hasta donde dar a sus neófitos y por esa forma me sorprende lo que hizo con Vamaranth, ni parece que fuera hacia un enemigo si no pareciera que hasta aprecio le tiene. –Respondió Kamijo pensativo.
-Kaya no siente aprecio por nadie, algo tiene entre manos y por eso lo hizo.  Lo que a muchos les lleva años, a Vam le ha llevado pocos meses. Y eso sólo se puede explicar ante la relación que tiene con Kaya. ¡Por eso la coloración de ojos tan extraña!
-Preocúpate si los tuviera dorados, eso indica presencia demoniaca. –Kamijo parecía que le había tomado humor al asunto al parecer algo inverosímil algunas leyendas que se contaban aún en el mundo de los vampiros.
-Kamijo, Kamijo…  ¿sabes? Me dijo Vam mientras llevábamos a unas víctimas a sus casas que de cierta manera sintió conexión con los vampiros que atacaron. Seguro que Kaya los creó y por eso lo sintió.
-¡Vaya! Entonces supo que todos fueron exterminados. No sé qué pretenda con todo lo que está haciendo. Es un ser despreciable. ¡Matar a tanta gente sólo por un capricho! ¡Y no sólo a los de la taberna! ¡Los neófitos también no tuvieron la culpa! Sólo estaban sedientos y fuera de control.

Las hermanas caminaron hasta su casa, el amanecer estaba a punto de llegar, Kamijo decidió darle un voto de confianza a Vamaranth al dejarlas ir solas (aunque realmente era porque ya casi salía el Sol). Vam había pasado a un río a quitarse la sangre de la cara, aunque su ropa había quedado en las peores condiciones, por suerte había comprado más y pensaba en adquirir más. Por suerte, sus botas quedaron limpias al pasarles agua y tallarles con un poco de paja que encontraron en el camino. Flowery miró la copa de un árbol, había algo que se movía. Le indicó a su hermana si podía ver mejor.
-Eso es un gato… -Dijo segura Vamaranth.
-¡Pobre! ¿Y si no puede bajar? ¡Está muy alto!
-Yo voy…
Vamaranth, sin quitarse las botas, empezó a subir aquel árbol, era extraño para ella pues no se costaba dificultad alguna, el gato la miraba acercarse sin moverse, la vampira pensó que era un gato muy peludo y con cara graciosa. Cuando estuvo más cerca, el gato maulló pero seguía inmóvil.  Cuando la chica estuvo a escasos centímetros del animalito, éste bajó usando las ramas a manera de escalones llegando hasta el pasto a los pies de Flowery quien lo miró tiernamente y se agachó para tomarlo entre sus brazos. Vamaranth maldijo algo pero bajó de la misma forma ágil que el gato. En efecto, era un gato peludo pues era persa de  patrón de color calicó, por lo tanto, era una gata. Tenía unos misteriosos ojos ámbar que miraban fijamente a la vampira, no con miedo pero sí con curiosidad.
-Seguro está perdida… ¡es muy linda! –Habló Flowery.
-¡Me hizo subir ese enorme árbol para después bajarse sola!
-Seguro la asustaste.
-No parecía asustada. Pero como sea, no podemos dejarla aquí, el pelaje lo tiene cuidado aunque algo polvoso, hay que llevarla a casa y darle un baño para después buscar su hogar.
Las hermanas entraron por la parte de atrás de su casa, sobre todo para no evidenciar las manchas de sangre en la ropa de Vam. Supusieron que todos estaban dormidos todavía pues era todavía muy temprano aunque el Sol ya había comenzado a brillar. Ambas tomaron un baño, y a la gata también le tocó, era muy dócil a pesar de todo.  Flow fue a la cocina y buscó un poco de pescado seco y jamón para darle a su nueva compañera mientras su hermana arreglaba una almohada para que sirviera de cama, aunque la gata sin más se subió a la cama de la chica para acomodarse junto a ella. Jamás habían tenido una mascota y aquella gatita era muy linda, buscarían a sus dueños pero en el fondo querían quedársela.
A diferencia de los que todos pensaban, Tarja quedó encantada con la gata e incluso sugirió a sus hijas quedársela. Aquella tarde, Charlotte fue al palacio para ver a Anette y al ver a la gatita se sorprendió mucho.
-¡Gertrudis! ¿Qué haces aquí? –Mencionó la pelirroja.
-¿Sabes de quién es? –Preguntó Flowery.
-Era la gatita de un hechicero, pero hace poco me enteré que falleció.
-Entonces no tiene hogar… ¿su nombre es Gertrudis?
-Así es, es un gato especial, se dice que no muere.
-¿En verdad?
-Bueno, es un gato normal pero de vida prolongada, aunque muchos dicen que sólo le falta hablar. Me imagino que al no llegar su dueño, salió de casa a buscar alimento.
-Pobre gatita –Flowery suspiró mientras veía a Gertrudis. -¿Podemos quedarnos con ella?
-No es mía, de hecho ya no es de nadie, puedes quedártela sin preguntar. E smejor a que ande vagando sola. Es una gatita muy linda. –Hizo una pausa… -¡Por cierto! Te traje el regalo que te había prometido, me demoré más de la cuenta porque no me decidía por lo que no lo hice y te traje todas las opciones.
Flowery no se imagina de lo que hablaba Charlotte. La hechicera sacó de su bolso una cajita pequeña con envoltura dorada y se la entregó a la chica, quien titubeante la tomó. Abrió con delicadeza el regalo de Charlotte, se trataba de un brazalete con gemas de colores incrustadas, era hermoso, sí, pero la hacía sentir llena de energía, muy extraño por lo que miró a Wessels preguntando sin palabras qué era lo que le había regalado.
-Sé que estás entrenando para poder defenderte contra vampiros y quise hacerte esto. Cada gema, representa una cualidad física lo que te la potencializará, pero toma en cuenta que esto no sustituye tu entrenamiento.  La azul, representa la agilidad y rapidez; la roja la fuerza; la blanca la resistencia, y la púrpura es por si tienes un arma y puedas usarla con destreza.
-¡¿En verdad?! –La chica parecía emocionada. -¡Muchas gracias!
-Obviamente tus poderes no serán los equivalentes a los de un vampiro pero recuerda que a veces no es fuerza, si no inteligencia para poder derrotarlos. Ya te advertí, no descuides tus entrenamientos. La agilidad y rapidez no te ayudan si no sabes cuándo y hacia donde correr, la fuerza no servirá si no sabes cómo golpear;  la resistencia no permanecerá su resultas muy herida y la púrpura será inútil si no sabes ni cómo tomar las armas.
-Ya veo…  ahorita me está yendo bastante bien.
Flowery se sentía fantástica usando el brazalete que Charlotte le había dado y Jasmine se mostraba muy complacida con ello. Vamaranth evidentemente tenía un avance mayor y había pasado a ser instruida por Kamijo y Zin junto a los chicos. No habían visto a Haruka, lo último que supieron de ella fue gracias a una nota que le dejó a Vamaranth en la habitación que había usado durante su estancia en el castillo donde mencionaba que se marcharía durante un tiempo y recordarle lo mucho que la amaba.
Una tarde, en las vísperas del invierno, Kamijo los citó a todos pues tenía algo que darles; tenía grandes y pesados baúles a su lado. Las armas que había mandado a hacer habían llegado. Los reunió a todos en una habitación y los iba pasando de a uno. El primero en entrar fue Teru, Yuki bromeó apodándolo “el favorito del vampiro” aunque no lo hizo hirientemente, una broma solamente. Le dio al peliplata una hermosa espada que brillaba resplandeciente, Teru pensó que era de plata pura aunque el color era más hacia blanco lo que Kamijo le corrigió y le mencionó que era de oro blanco fundido bajo un ritual especial para dañar vampiros. La empuñadura era del mismo material con bordes dorados.
Después pasó Masashi, su espada era negra, Kamijo dijo que era una aleación muy extraña de plata con metal demoniaco por lo que el chico se quedó boquiabierto, el vampiro le tranquilizó diciendo que ese tipo de metal (extremadamente extraño) era necesario para que las heridas hechas con la espada fueran letales para la mayoría de los vampiros. El siguiente fue Yuki, a él también le tocó una espada pero más pesada que a los otros dos, parecía estilo vikingo hecha totalmente de plata, según mencionó Kamijo, la plata fue extraída de la cruz de una catedral por lo que resultaba altamente eficaz contra no-muertos. La empuñadura era de oro puro y tenía escrito algo en latín en la hoja, lo que pensó Yuki, después le preguntaría a Vamaranth lo que decía.
Zin recibió otra espada, de oro amarillo que fue sometida bajo el mismo ritual que la de Teru. La siguiente fue Vamaranth, ella fue sorprendida por una espada delgada de oro blanco a juego con la de Teru pero no fue todo para ella pues Jasmine aparte le entregó un juego de flechas hechas de plata, pues argumentó que era buena usando el arco. Al final, entró Flowery, Kamijo le dio en sus manos una brillante katana japonesa, ligera pero con un filo mortal; y Jasmine le obsequió un wakizashi (una katana pero de menor longitud) para que las usara al mismo tiempo.
-Aún no estás lista, pero después de ejercicios básicos lo estarás. –Le susurró Jasmine.
Durante el entrenamiento, Flowery se sentó en el tejado del Palacio, Jasmine se colocó junto a ella.
-¿Oye Jasmine?- Prgeuntó la chica.
-¿Qué ocurre?
-No sé mucho sobre ti… ¿sabes? Eres muy especial para mí, pero tu vida “humana” siempre ha sido un enigma para mí. Aunque puedes no decirme nada si no quieres.
-No te preocupes, realmente no digo nada porque no me lo preguntan. –La vampira soltó una risa ligera. –Pues verás… mi existencia humana es muy antigua… aunque no me  lo creas, yo era sacerdotisa en la Antigua Grecia…
-¡¿De verdad?! ¡Eso fue hace mucho tiempo!
-Así es, mi vida era tranquila, mi diosa era Atenea por lo que no tenía interés en el matrimonio ni en procrear; pero un mal día, llegó un vampiro a la ciudad y por alguna razón que aún desconozco, me atacó y me dio su sangre. Como no era la primera víctima, ya sabían lo que ocurría a los que mordían pero a mí ese vampiro no sólo me mordío para hacerme ghoul, sino que me dio su sangre. Después del ataque permanecí inconsciente días completos y al despertar me encontraba en una celda amarrada con gruesas cadenas. –Suspiró –Como podrás deducir, estaba sedienta, intenté liberarme y me puse como loca, me liberé de mis ataduras pero no pude salir de la celda. Intenté excavar en el piso de piedra hasta llegar a la tierra, pero cuando llegué a ella debido a mi debilidad por no haberme alimentado, quedé dormida. No supe cuánto tiempo, al parecer se dieron cuenta y aprovecharon para cubrirme.
-¡Dios! ¡Qué sufrimiento!
-¿Te digo algo? No recuerdo mi nombre de cuando era humana, no recuerdo más de mi vida, sólo lo que te conté. –Miró a las estrellas con semblante nostálgico. –Después, no sé cómo, pero Kaya supo que estaba enterrada en ese lugar, pasaron muchos años, demasiados, décadas, siglos. Ella me despertó y me llevó a beber por primera vez. Pasamos mucho tiempo juntas, sus modos jamás me gustaron pero no tenía a nadie. Después de años y años a su lado, encontré a Kamijo deambulando y lo adopté como si fuera un hermano menor.  Fue cuando entonces tuve el valor suficiente de alejarme de Kaya; pero ella se había obsesionado fuertemente con Kamijo. Y al sentirse sola, ella adoptó a su vez a Alexander.
Flowery al escuchar ese nombre sentía un nudo en su garganta, lo odiaba demasiado por lo que le había hecho.
-¿Entonces Kamijo y Alexander no convivieron mucho juntos?
-Un tiempo, no mucho; jamás se toleraron y habían fuertes fricciones entre ellos. Alexander llegaba a llevar muchas mujeres a nuestro escondite y le decía a Kamijo que podía “disfrutar” de cualquiera; al principio aceptó pero al poco tiempo sintió que era repulsivo lo que hacía y se negaba haciendo que Alex terminará hecho una furia; pero lo que más le enfureció fue que Kaya haya tomado parte a favor a Kamijo. Por obvias razones a Kaya le enfermaba verlo con otras mujeres mientras que a ella jamás la tocó en lo más mínimo y ni lo intentó.
-La vida de un vampiro ha de ser difícil.
-Demasiado, y más cuando no tienes quien te apoye.



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