Pues bien, aquí está el otro capítulo. Espero les guste.
La verdad, no recuerdo de qué va, hace mucho que lo escribí.
La verdad, no recuerdo de qué va, hace mucho que lo escribí.
—Lamento ausentarme durante una semana completa, pero
necesitaba algunas cosas que pensar… —Vamaranth sonreía fríamente al mirar a
todos. —Papá, mamá, abuelo, tía, hermana… -Decía mientras saludaba de mano a
cada uno.
—¿Qué significa esto? —Preguntó Flowery molesta -¿Por qué
te acompañan ellos?
-Son mis nuevos amigos…
Había algo diferente en su hermana, era como si no fuera
ella sino otra persona idéntica físicamente.
—¿Podemos pasar o nos van a tener aquí afuera todo el
tiempo? —Preguntó Vamaranth impaciente.
—Claro, pasen. —Indicó el conde.
Vamaranth caminada hacia dentro pero se detuvo al lado de
Teru, ella le ofreció su brazo para que él lo tomara y así poder a dirigirse adentro;
la chica caminaba erguida, con un paso muy seguro de sí misma, manera
desconocida por Teru. Alexander miraba a Flowery quien se abrazaba a Kamijo
temblando, no entendían nada de lo que pasaba y esperaba a que esos seres
malignos se marcharan para poder hablar con Vamaranth. Si no fuera por el conde
y los Olsson seguro se hubiera desatado una batalla campal en ese momento, pero
aun así se permanecía a la defensiva pues no sabían que era lo que ese grupo de
vampiros perversos estaba tramando.
La tensión era insoportable, Flowery odiaba a Alexander y a
Kaya y los tenía en su propia casa. Hizaki a su vez se refugiaba en los brazos
de Zin lo que provocaba que Sinéad se enfureciera más con ella; al parecer, la
única que mantenía de cierta forma su actuación era Kaya. Poco tiempo después,
la vampira y sus aliados se marcharon no sin antes dejar consternados a los
demás. El conde, Tarja y Tuomas decidieron ir a dormir no sin antes ir a
abrazar a su hija que acababa de aparecer después de una semana de ausencia.
Dejaron a los demás bajo en cuidado de Anette. Permanecieron en silencio hasta
que pudieron aseguran que se habían marchado, luego de eso, Flowery se levantó
de su asiento y caminó hasta ponerse frente a su hermana quien también se
levantó de su asiento.
—¡ERES UNA ESTÚPIDA! —Flowery le dio una bofetada a su hermana
quien no reaccionó —¡¿Cómo te atreves a venir con ellos?! ¡Sabes que los
odiamos!
—¡Ya habló “Doña Perfección”! ¡Aquella que jamás se
equivoca, aquella que es perfecta ante la vista de todos y que siempre tiene la
razón.
—¡¿Qué diablos te ocurre?! ¡No eres mi hermana!
—¡Claro que lo soy! Pero te duele que ya no sea la misma
idiota de siempre a la que puedes tratar como se te dé en gana.
—¿Qué te hicieron? —Preguntó Teru.
—Amor… mantén silencio
y te recompensaré bien más tarde —Le guiñó el ojo y le dedicó una sonrisa
lujuriosa, evidentemente el joven se ruborizó. —En cuanto a ti —se volvió a
dirigir a su hermana —¡Y a todos! Les quiero advertir que la niña estúpida de
antes se ha ido… de ahora en adelante viviré mi nueva condición como quiera, no
seguiré reglas, no más órdenes, no más idea estúpida de acabar con Kaya… a esa
zorra la única que le hará la vida imposible seré yo…
Todos se quedaron pensando ¿habló de atormentar a Kaya?
¿Ella quien estaba muy cercana a ella?
—¿No creen que matarla sería más un beneficio que un
castigo? Nada mejor que hacerle miserable su eternidad. Pero nada de cuentos
absurdos de ocultarme como soy, soy un vampiro y viviré como tal, no tengo
intención alguna de esconderme.
—¡ESTÁS LOCA! —Gritó Flowery. —¡Tú…! ¡Me largo a mi
habitación! ¡Estás insoportable!
—Como quieras… yo voy a salir, aún hay noche por delante.
He estado muy alejada de la vida durante esta semana.
—¿Qué pasó durante esa semana? —Preguntó de pronto Hizaki,
armándose de valor pues la Vamaranth que tenía frente a ella le infundía cierto
temor.
—Pues… digamos que me fui a un retiro, Kaya me encontró, me
dijo que ya no quería dañar a nadie, que sólo se sentía muy sola, le ofrecí mi
compañía y somos amiguísimas.
—¿Pero acabas de decir que quieres hacerla sufrir? —Nadie
entendía nada.
—Lo sé, tampoco soy idiota como para olvidar todo lo que
hizo, pero debe de aprender que las maldades se cobran caro ¿no lo creen? —Vamaranth
realizó una risa algo macabra, no había ocultado sus afilados caninos mientras
destellaban sus ojos ahora dorados. —Iré a cambiarme, odio los vestidos largos,
saben que mi relación con la moda es terrible. —Se marchó en dirección a su
cuarto.
Permanecieron en silencio, sabían que ella si se lo
proponía podía escuchar lo que quisiera, e incluso escuchar a Charlotte
susurrar un hechizo de silencio y peor con sus conocimientos de latín y había
algo muy extraño en Vamaranth, era ella, lo sabían pero su personalidad era
diferente. Breves minutos después, la vampira regresó usando sus ya típicos
pantalones entallados, se dirigió a donde estaban todos y miró fijamente a
Teru.
—¿Vienes amor?
—Estoy algo cansado, no olvides que soy solo un humano y no
puedo seguirte el paso como esperas. —Le respondió sin ánimo, con una
apariencia ausente.
—¡Pues te lo pierdes! Me divertiré mucho — Lo miró y sonrió
—Tal vez te vaya a buscar a tu casa mañana… realmente te deseo. —Lo dijo
mientras se mordía los labios, se acercó y lo besó, Teru no aceptó de buena
gana ese beso.
Ella se marchó; dejaron que pasara unos minutos para
asegurar que estuviera lo suficientemente lejos para poder conversar sobre el
asombro que todos sentían al ver a Vamaranth tan cambiada. ¿Qué le había hecho
Kaya? ¿Y si todo era un plan de ella para infiltrarse en su grupo y combatirla?
Todas esas preguntas saltaron en su mente, todos participaban menos Charlotte
quien permanecía pensativa; Yuki la notó.
—¿Ocurre algo? Te he visto muy ausente.
—Los ojos… esos ojos… ese color… —Mencionó murmurando.
—¿Sabes algo al respecto? —Preguntó Jasmine acercándose a
la hechicera.
—Según tengo entendido –Charlotte suspiró —El dorado es el
color de ojos de los ángeles y los demonios, ambas razas presentan ese
deslumbrante tono y la única diferencia es la actitud de la mirada, que puede
ser benevolente o maligna; bueno, en caso de los demonios solo aplica a los
antropomorfos o a los que pueden cambiar su forma a una humana.
—¿Los demonios no tienen forma humana? —Jasmine se mostraba
muy interesada en el tema.
—No todos, la gran mayoría tiene formas repulsivas, muy
pocos tienen forma humana, lo raro es que quienes la presentan, o son muy
poderosos o son unos marginales. Muchos al poseer forma humana tienen que
adquirir poder o de otra forma son “discriminados” porque son llamados débiles
—Suspiró —Bueno, es lo poco que sé pero parece que hay un demonio detrás del
cambio de Vamaranth.
—¡¿EN VERDAD?! —Todos parecieron sorprendidos por tal
afirmación.
—Necesitaría buscar más. Por lo general se necesita un gran
poder para abrir un portal del infierno e invocar a un demonio y sobre todo,
hacer que entre al cuerpo de una persona más, ella como vampiro es más sencillo
lograr lo último pero si esto es obra de Kaya, ella seguro está en unión con un hechicero muy poderoso.
—¿Puedes hacer algo para revertir ese estado? —Flowery
parecía preocupada.
—No, soy aún inexperta; el mundo de la magia es muy
exigente. Conozco a alguien, pero esa persona se la vive de viaje por el mundo,
no tengo forma de dar con él.
—¿Ni usando magia?
—Ni así porque a él no le gusta que lo localicen todo el
tiempo. Le escribiré una carta a su casa de Nueva York. Llegaría el mismo día
pero son raros los días en los que se le ve por allá. Le imploraré que si está
en posibilidad que venga cuanto antes. De cualquier forma, revisaré todos mis
libros para saber qué más podemos hacer.
—Y ella… ¿está en riesgo si no hacemos algo antes?
—En más riesgo estamos nosotros que ella. —Advirtió
Charlotte muy severa. —Puede ser muy peligrosa en ese estado, hay que procurar
mantenerle un límite sin hacerla enfadar demasiado, y siempre que alguien esté
con ella, tener un arma o no estar solos. Si le herimos, podemos escapar y ella
sanará por su poder de vampiro; pero de preferencia hay que evitar altercados.
—¡MALDITA SEA KAYA! —Gritó de pronto Teru. —¡Siempre tiene
que arruinarnos la vida! ¡¿Hasta cuándo?! ¿Por qué no puede dejarnos ser feliz?
—Amargas lágrimas rodaban de sus mejillas.
—¡Teru! —Hizaki corrió a abrazar a su primo.
—¿Por qué no puedo hacer nada por ella? ¡¿Por qué?!
—Si Kaya pretende algo con ella es por mi culpa —Mencionó
Flowery, quien regresó después de ver a su hermana marcharse —Todo es mi culpa
y ella sólo está pagando por lo que yo hice
—Eso no es cierto… Flow… —Kamijo le acarició la mejilla a
su prometida —Encontraremos la forma de ayudarla.
La noche estaba en su apogeo, en Soile había una sólida
vida nocturna de perdición con tabernas y lugares de mala muerte ocultos en el
día, pero a flote durante la noche; prostitutas y hombres ebrios inundaban el
lugar en medio de casuchas de gente marginada; Vamaranth caminaba entre ese
lugar decadente, olfateando el aroma de la sangre mezclada con alcohol. Sangre…
el aroma la perturbaba, deseaba obtenerla y los deprimentes hombres sumergidos
en la bebida y las mujeres que vendían su cuerpo le daban asco.
—No voy a beber de esta clase de gente, es como hundirme a
su mismo nivel. ¡Qué asco me producen! —Decía para sí misma.
Un hombre de la mediana edad se acercó a ella tambaleándose
debido a su estado cuando caminaba por un callejón, ella lo miró con desdén
pero no se movió, definitivamente iba hacia ella y le sonría de una forma
repugnante.
—¡Vaya! Una agradable señorita en este paraje… ¡Qué
sorpresa! —El hombre tartamudeaba pero se iba acercando a ella. —¿Por qué tan
solita? —Tocó el cabello de la chica acariciándola. —Miren nada más, la nena ni
se mueve.
Vamaranth permanecía sin moverse mientras aquel tipo la
miraba de una forma desagradable; ella en un grácil movimiento subió su manga
derecha para descubrir si antebrazo, el sujeto lo tomó como una provocación por
lo que le besó el cuello, ella permaneció como una figura de yeso, él empezó a
tocar su cuerpo, ella sonrió pero había desprecio en su mirada, el hombre dio
un grito de dolor a la vez que empezó a chorrear sangre, ella separó su mano de
su víctima para que cayera, Vamaranth miró su mano que contenía un corazón
empapado en sangre fresca. Botó el órgano al lado del cadáver que había dejado,
se horrorizó al pensar que podía beber de aquel. Caminó hasta que encontró un
balde de agua y aprovechó para lavarse su mano. Era la primera vez que
asesinaba a alguien… y se sentía estupenda.
Miró el cadáver de su primera víctima, sonrió de nuevo y se
marchó de aquel lugar. Encontró a una joven que parecía perdida, era
ligeramente más alta que ella y su hermoso cabello rubio caía en cuidadosos
tirabuzones en sus hombros, por su vestido, era de una posición social muy
acomodada pero en sus delicados ojos azules se apreciaba el terror. Vamaranth
fue hacia ella.
—Buenas noches señorita, parece perdida ¿puedo ayudarla en
algo? —Preguntó la vampiresa.
—Buenas noches. —La chica miraba con dificultad. —Mi
cochero se ha perdido, dijo que iba a atender sus necesidades, claramente le
dije que no bebiera agua antes del viaje pero no hace caso. Pero ya ha tardado
más de dos horas así que tuve que salir a pedir ayuda.
—¿A dónde se dirige?
—Voy a la aldea Philian, mi prometido vive en dicha aldea e
iba de visita.
—Así que su prometido es un Philian…
—Así es ¿sabe cómo llegar hasta allá?
—¡Claro! Mi prometido es un Philian también. —Mencionó
Vamaranth muy orgullosa.
—¿Y cómo se llama su novio? —La chica estaba muy curiosa
—Digo… si no es una impertinencia de mi parte….
—No, no lo es. Él es Teru Herondale —Digo con aún más orgullo.
—¡¿El pintor guapo?! —Preguntó sorprendida la rubia.
—Veo que lo conoces… —Dijo con cierto tono de molestia que
por suerte, su compañera no notó —Y vaya que lo conoces bien, sí… es pintor… y
obvio que es guapo.
—Disculpa mi atrevimiento, pero tuve la oportunidad de
verlo hace tres años y medio en una galería de arte, me llamaron mucho sus
obras así que pedí conocerlo. Al ser mi papá muy importante, logré tener una
conversación con él, era realmente apuesto y caballeroso. El sueño de toda
mujer… y perdón si te molesta pero incluso lo invité a salir…
—¿Y aceptó? —Quiso saber más sobre la aventurilla amoroso
de aquella chica con Teru.
—Al principio dudó pero le rogué. Salimos un par de veces
después pero al final me dijo que yo no era su tipo. La verdad fue un golpe muy
fuerte y no pude evitar llorar y fue cuando el otro caballero Philian se acercó
para limpiar mis lágrimas y nos enamoramos. —Suspiró mientras miraba al cielo
—Eres realmente afortunada.
—Ya lo creo; pero vamos para que llegues cuanto antes.
—¡De acuerdo!
Caminaron a través del bosque, Vamaranth le dijo que era un
atajo pues si iban por la vereda iban a tardar alrededor de tres horas o quizá
más pero que por el bosque era a lo mucho una hora a pie; la señorita que la
acompañaba dudó un instante pues la oscuridad le aterraba, pero Vamaranth le
tomó de la mano.
—Tú mano es muy fría.
—Siempre he sido fría. —La vampiresa sonrió.
Caminaron durante un buen rato, el bosque se hacía cada vez
más interminable y la señorita con sus elegantes zapatillas ya no podía
caminar. Vamaranth hizo que ella se sentara bajo un árbol para que descansara. La
chica empezaba a sentir frío y se cubría con sus brazos; la vampiresa se acercó
a ella y la abrazó lo que a la otra la tomó de sorpresa pero se quedó inmóvil; empezó a oler la tibia
sangre que corría por el cuerpo de la dama perdida, empezó a sentir un éxtasis
inimaginable, sus colmillos empezaron a salir, no lo soportaba, además que
pronto amanecería y debería de beber de una buena vez. Le retiró el cabello
dorado del cuello, miró directamente a los ojos a su presa quien quedó bajo la
hipnosis de la vampiresa, entonces, Vamaranth dirigió sus labios hacia el
frágil cuello de la dama y clavó sus afilados dientes en la piel de ella,
empezó a succionar el elixir maldito, el sabor salado de la sangre fresca y
tibia le era delicioso, no podía detenerse de beber mientras la mejillas
rosadas de su fuente de alimento iban palideciendo, su cuerpo de iba
debilitando y los latidos de su corazón iban disminuyendo. Bebió y bebió hasta
que llegó a la última gota, en la que el cadáver cayó totalmente sobre el pasto
desvaneciéndose. Entonces, alguien más estaba en el lugar.
—Veo que has disfrutado de tu primera cacería “real” —Decía
Kaya.
—¡Oh! Así que me has visto… ¿qué tal lo hice?
—Estupendamente querida, ahora, has bebido hasta secarla,
recuerda retirar la cabeza si no quieres un ghoul.
—Podría tener un juguete.
—No es conveniente
en este momento. Vamos… retira la cabeza.
—Es una pena que una chica tan hermosa haya perecido por mí
—Sonrió de una forma diabólica.
—Para eso están los humanos querida… nos deben de alimentar.
—Kaya parecía satisfecha con la forma de actuar de Vamaranth.
La vampiresa menor tomó la cabeza de su víctima y la
arrancó de tajo. Kaya le ayudó a enterrar el cadáver; Vamaranth se le ocurrió
hablar de la otra víctima que había dejado en el callejón son corazón.
—¿Lo dejaste sin más en la calle? —Preguntó Kaya.
—Obvio, era un tipo asqueroso; le saqué el corazón…
—Vaya… hace tiempo que no hago eso… y… ¿qué hiciste con el
corazón?
—Lo aventé, quise comerlo pero el tipo era asqueroso y
pensé que podía vomitar.
—¡Estupendo! Vaya que superas mis expectativas, aunque al
menos debiste de esconder el cadáver.
—Nadie me vio hacerlo, no hay forma que me culpen y más porque
sólo saqué el corazón, dejé toda su sangre así que de ninguna forma se le puede
atribuir a un vampiro, si yo fuera la autoridad se lo atribuiría a una persona
común y corriente con alguna clase de enfermedad mental. Era realmente
asqueroso, no podía dejarlo vivir más tiempo.
—Te entiendo pero hay que ser cuidadosos…
—¿Cuidadosos? ¡¿Para qué?! ¡Qué nos teman porque somos
superiores!
—¡Pero no es el momento!
—¡¿Entonces cuándo lo será?! Sé lo que quieres, quieres poder y al
prometido de mi hermana. Así que no entiendo por qué esperar…
—Sé lo que tengo que hacer, aún eres una niña y aún me
necesitas. Anda, ve a casa para que me tengas mejor informada.
—Yo sólo digo que estás perdiendo el tiempo… —Vamaranth se
marchó a casa, el amanecer estaba llegando y se dio prisa antes que el sol
saliera completamente.
Teru no había dormido, había ido al castillo de Kamijo a
buscar en sus libros si había alguno sobre demonios pero sólo había encontrado
ficción. Había decidido en ayudar a su prometida antes que se metiera en
problemas por su nueva personalidad arrogante y si había que matar a un
demonio, él mismo se encargaría de hacerlo con tal que ella quedara liberada y
volviera a ser la de antes.
Lo que Teru no sabía era que Helena y Masashi habían ido
esa misma mañana a donde se encontraba James Carstairs pues sabían que él era
un cazador de demonios con un dominio mayor del tema. Tocaron y nadie abrió,
recordaron que Jem trabajaba para el embajador de China por lo que preguntaron
dónde se encontraba la embajada pero no se dirigieron hasta allá, prefirieron
esperar a los alrededores porque pensaban que hablar en la privacidad de la
casa de Jem era lo mejor. El chico tardó menos de lo que pensaban, vieron una
hermosa cabellera plateada doblar en la esquina caminando sin apoyarse en su
bastón que solamente lo traía jugando entre sus manos, apenas se acercó notaron
que en la parte superior del bastón, la plata estaba tallada en forma de una
cabeza de dragón chino; él los saludó y al notar su aspecto preocupado les
preguntó si podía servirles de algo, ellos asintieron así que él los hizo pasar
a su casa. Ni Helena ni Masashi quisieron tomar asiento pero Jem sí lo hizo.
—¿Qué les trae por aquí? ¿En qué puedo servirles? —Preguntó
Jem muy tranquilo.
—Lamentamos molestarte —Habló Masashi —Pero tenemos un
problema… —Suspiró —Se trata de Vamaranth.
—¡¿Qué ocurre con ella?! —Jem se levantó alarmado —¡¿Está
bien?! ¡¿La encontraron?!
—No sé cómo decirte —El ex Thanatosian parecía muy
confundido —Ella físicamente está bien, está “viva” si es que eso es estar viva
dado su condición pero ayer llegó al fin pero se comportaba de una forma muy
extraña. Era hasta cierto punto arrogante e indiferente a nosotros. Además que
sus ojos se tornaron de cloro dorado.
—¡¿Dorado?! No… por el ángel… no… espero que no sea lo que
pienso…
—¿Demonios?
—¿Cómo lo sabes?
—Charlotte, la bruja que es amiga de la familia Olsson nos
lo advirtió.
—Temo que así es… por el color de sus ojos y ligado a su
cambio de actitud fue usada para un ritual de posesión…
—Venimos a ti para implorarte que nos ayudes —Habló Helena
—Tú eres un cazador de demonios y sabes qué hacer…
—Lo siento, pero nosotros nos enfrentamos a demonios
libres, sólo un brujo muy pero muy poderoso podrá hacerse frente para no dañar
al receptor que en este caso en Vamaranth… —Jem se llevó una mano a su cabeza,
evidentemente estaba frustrado —¡MALDICIÓN! ¡¿Por qué a ella?! ¡¿Por qué
Raziel?! —Bajó su voz a casi un murmullo —A mí si quieres Raziel, pero a ella
no…
—Kaya está detrás de todo esto… —Añadió el alto joven de
cabello azabache y ojos rojizos. —Vamaranth llegó con ella y con los otros dos
vampiros de la misma calaña.
—No sé qué hacer… tengo que verla, ver con mis propios ojos
cómo fue afectada y avisar al instituto más cercano… debo hacer algo, debo
protegerla. —Jem se veía muy decidido.
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