domingo, 24 de noviembre de 2013

51. Let Us Burn

¡Hola! Como ya vieron, la continuidad de mis publicaciones valió popo (?) Y va a valer más ahorita que empezaré a trabajar pero como prometí, no dejaré de escribir, tarde pero seguro. Este capítulo no es muy interesante, pero espero que los que vengan ya sean así todos OMG! (?) 


51. LET US BURN
Vamaranth puso cara de preocupación cuando su hermana había dicho que debía de volver a casa, no quería que su familia la viera, al menos no así. Colocó su rostro entre sus manos, parecía que lloraba pero no lo hacía, aunque ganas no le faltaron. Charlotte se acercó  a ella y la abrazó, era reconfortante tener un cuerpo cálido a su lado, escuchar ese latir del corazón y no sentir la necesidad de beberlo, olía a sangre y a naranja suave y dulce que supuso, era su colonia; el cabello de la hechicera era sedoso y naranja, Vamaranth pensó infantilmente que su cabello era el del aroma frutal pero no, era su piel; y ésta le colocó la pequeña botella con el líquido fucsia en las manos heladas de la vampira. Se miraron a los ojos, Charlotte sonreía.
-Es para ti –Le dijo tiernamente.
-¿Qué es? –Preguntó curiosa al darle vueltas al frasco mirando fijamente su contenido.
-Esto –Respiró –te ayudará a darle otra vez a tus ojos ese tono marrón oscuro que tenían antes; lo sé por Anette; así, tus padres no verán ese cambio en tu iris. Aunque debo de advertirte que sólo tiene efecto durante unas cinco o seis horas.
-¡¿En verdad?! –La chica se había emocionado -¡Muchas… gracias!
-Sólo un trago pequeño bastará así que este frasco te puede ser rendidor aunque se vea muy pequeño. Cuando se te acabe te haré más.
-Me has salvado…
-Cuando una hechicera conoce a alguien que lleva sangre noble, debe de darle un obsequio y tu abuelo es el conde, necesitaba hacerlo. Es una tradición, de esas que ya no sé sabe por qué pero se debe de hacer. A Flowery no le he hecho nada porque no sabía qué podría desear.
-No te preocupes, no necesito nada –Respondió tímidamente.
-Me dijeron que hoy empezaste a entrenar para defenderte de las amenazas que los vampiros representan… -Charlotte caminó hasta donde estaba Flowery –Creo que ya sé que puedo darte, en una semana te lo daré así que suplico me esperes.
-¡Oh! No tienes que molestarte…
-No es molestia, ya te dije, tradición de hechiceras. También debo de hacer más de “No-rastreo” para Vam.
-Ahora que ellas volverán a su casa, estarán más expuestas –Habló Kamijo en tono severo –Me gustaría saber si puedes hacer algo al respecto, eso no lo pido gratis, te pagaré por supuesto.
-Mira –Habló Charlotte. –Es cierto que los servicios de nosotros los hechiceros, con caros pero te puedo hacer un descuento muy bueno. Perdón pero de algo vivimos, hay quienes piden hasta personas pero yo sólo trabajo por dinero, y me ajusto a las posibilidades del demandante. –Hizo una pausa. –Puede hacer protecciones aunque el poder se desvanece con el tiempo así que el trabajo sería constante; necesito ir mañana mismo a empezar. Es complejo por el tamaño del palacio pero Anette podría ayudarme, ella también sabe cómo hacerlo.
-Puedo ocuparme de espacios pequeños como habitaciones, y Charlotte las grandes salas y los jardines; así terminaríamos mañana en la tarde y nos podríamos mudar antes del anochecer aunque eso implica tener que interrumpir el ciclo de sueño de Vamaranth.
-Por mí no hay problema. –Dijo la chica más tranquila gracias a Charlotte. –Puedo tolerar el Sol.
-Y así evitaremos que Kaya esté merodeando. –Complementó Kamijo. –Cuando estén en casa, ya no sabrá que están. Eviten salir solas, y en el caso de Flow, sólo al mediodía. Ni siquiera al atardecer.
Las últimas palabras de Kamijo hicieron sentir un hueco en el estómago a Flowery recordando lo que había pasado cuando decidií que era buena idea salir por la tarde.
Durante la mañana, Anette y Charlotte fueron al palacio Soile que fue llenado de flores, hierbas frescas y secas, velas de diferentes colores. La dama Olsson se dirigía a las habitaciones donde prendía velas, dispersaba hierbas y dibujaba en lugares escondidos, símbolos antiguos a la vez que decía palabras en latín. Tanto Charlotte como Anette habían mezclado sangre de Vamaranth, Kamijo, Jasmine y Zin en una botella grande que esparcían sobre dichos símbolos a modo que sean los únicos vampiros que pudieran entrar en el palacio. Pasaron varias horas por la extensión de la casa y más en el enorme jardín, aunque se enfocaron más en los altos barrotes que lo rodeaban.
En el castillo de Kamijo, Flowery y Vamaranth guardaban en maletas sus cosas; la vampira estaba débil porque no había dormido mientras que Kamijo parecía tan fresco como si fuera de noche. Teru y Yuki iba a acompañarlas también. Emprendieron el camino después de despedirse de los demás; Zin y Jasmine quedaron en ir durante el atardecer. Los sirvientes despertaron como si nada del embrujo de Anette y no se percataron de la ausencia de habitantes. Vamaranth fue al sótano para ver si podía acomodarse cuando “durmiera”. Limpió un poco  y acomodó un par de cajas de madera vacías para que sirvieran de “cama”, en ese momento agradeció ser pequeña porque no había más cajas; sabía que nadie bajaba hasta ese lugar pero por si acaso, las llevó hasta el lugar más oculto donde ni con la luz de las velas, un humano llegaría a ver. De alguna forma Vamaranth miraba a todos los sirvientes y podía escuchar sus palpitantes corazones bombeando ríos de sangre, para ella era como si oliera que una de las sopas más exquisitas que hubiera comido… se le antojaba; pero se vio a ella misma como una gorda a dieta, con la tentación de la comida pero sin ingerirla. Al volver a subir, Kamijo le dio más indicaciones, Teru se negaba a regresar al castillo y se sujetaba con fuerza del brazo de Vam hasta que Yuki lo jaló lo suficiente para prácticamente llevárselo a la fuerza.
-Ordenaré que hagan algo de comer. –Mencionó Anette –Charlotte… ¿te quedarás a acompañarnos?
-¡Claro! –La hechicera estaba pensativa mientras miraba por la ventana la figura de Yuki disolverse en la distancia.
-Sin necesidad de acercarme a ver debido a que mi vista no es tan buena en la luz e incluso llego a marearme, sospecho que vez a Yuki. –Mencionó Vamaranth divertida. –Ha sido mi amigo desde niños, creo que desde antes que yo aprendiera a caminar, él ya me estaba sosteniendo, por tal motivo lo quiero más d elo que creen… -Hizo una pausa –Y realmente me agradas para él.
-Gracias.
Para Charlotte era difícil escuchar a Vamaranth hablar así de Yuki, mientras ella para él era su mundo; sentía un poco de celos pero se decía a sí misma que era una tontería puesto que Vam amaba a Teru por sobre todas las cosas y ya era hora que Yuki  volteara a ver a otras personas. Charlotte la pasaba muy bien con él, le gustaba mucho, sin embargo, el rumbo de esa relación parecía incierto a causa de los sentimientos del Thanatosian.
Mientras todas comían, Vam, que se había sentado en su lugar habitual; jugueteaba con una rosa blanca mientras la sumergía en un resplandeciente color azul y plata. Intentó hacer lo mismo con una roja pero no cambió en lo más mínimo. Cuando era humana, siempre decía que comer era su deporte favorito pero ahora el sólo ver los platillos le ocasionaban náuseas. No había ingerido una sola gota de lo que Charlotte le había obsequiado ni siquiera para corroborar que funcionara, confiaba en ella y no deseaba que se desperdiciara nada a pesar que la hechicera le había prometido preparar más. A veces sentía curiosidad por saber los ingredientes de tales brebajes, recordaba la vez que había salido de compras con su tía donde adquirió diversas plantas y otros objetos extraños por lo que sintió su estómago revolverse sin saber si era normal en los vampiros o sólo eran reminiscencias de conductas humanas, como respirar pues mientras estaba despierta respiraba sin necesitarlo, y había notado que hasta Jasmine lo hacía aunque si dejaban de hacerlo no les ocurría nada.
Las Olsson estaban tan acostumbradas al ajetreo de la morada de Kamijo con todos habitándolo que ahora se sentían solas, Vamaranth no había resistido y se marchó a dormir en su “habitación” que había preparado a pesar de que sólo faltaban un par de horas para el anochecer, Anette mencionó que al ser neófita, necesitaba reponerse con regularidad a diferencia de los que ya tenían tiempo siendo hijos de la noche.
Durante aquel día, los Olsson ni el conde aparecieron; Vamaranth presentó cierto estado de ansiedad pues tenía una sed desmedida y no llegaba ni Kamijo ni Jasmine ni Zin para que la acompañara a beber por lo que Anette, al no tener otra alternativa aprovecho el estado inicial de esa ansiedad y amarró a su sobrina en una silla con una cuerda especial hasta que Jasmine llegó a verlas. Vam contaba para no pensar en nada que tuviera que ver con sangre, poco a poco sus afilados caninos iban aumentando de longitud y fue cuando Flowery agradeció que no tuviera esos horribles dientes de “tiburón” como Kaya; Jasmine se acercó a Vam y la encontró en el 2346.
-¿Tanto tiempo estás así? –Preguntó la Vampira.
-No, sólo que se me olvidan los números y supongo que me salto. –A pesar de estar amarrada lucía de buen humor pero sus dientes dejaban ver lo sedienta que estaba.
-Lamento tardarme tanto, estaba discutiendo unas cosas con Kamijo sobre el entrenamiento de Flow. Lo siento querida.
-No te preocupes Jasmine, mi tía conoce cuando un vampiro empieza a sentir sed y antes de ponerme más “loca” me amarró, me dijo que contara pero ya van cinco ocasiones que quiero safarme; aunque al tratarlo siento como si las cuerdas quemaran o algo así.
-¿Pero no te ve herida?
-No, sólo es la sensación.
-¿Oye Anette? –Jasmine levantó la voz para que la bruja la escuchara. -¿Cómo se llama lo que le pusiste a las cuerdas?
-Fue un hechizo –Llegó después de unos instantes –llamado “Ardet sicut inferno non nocébit”… -Jasmine se quedó con expresión en blanco.
-“Quema como el infierno pero no dañes” –Explicó Vamaranth mientras sentía que el ardor era interno teniendo a su tía tan cerca y pudiendo oler su sangre; a los empleados los habían mandado ya a descansar y por fortuna, sus habitaciones estaban del lado opuesto de las principales. –Yo pensé que…
-¿Sabía latín? Eso es deber de hechiceros y brujos, no de los vampiros, tú lo sabes porque aprendiste de humana. –Respondió Jasmine.
-Lo siento.
Anette se acercó.
-¡No te acerques tía que hueles delicioso!
-¿Eso habré tomarlo como cumplido? –Mencionó divertida
-Vámonos. –Dijo Jasmine.
Sujetó a Vamaranth para dejar caer la soga, Anette se había hecho a un lado pero notó que su presencia sí perturbaba a su sobrina cuando ésta empezó a contar de nuevo para quitarse la idea de beber de ella para después, las dos vampiras se marcharon. Flowery salió de su habitación pues le habían advertido que no debía de salir en lo que Vam estuviera en ese estado, ell confiaba en Jasmine.
-Los neófitos necesitan beber más seguido que el resto, se le pasará en poco tiempo. –Mencionó Anette para trata de tranquilizar a la mayor de sus sobrinas.
-Lo comprendo, supongo que cuando mis padres regresen no tendrán problema en dejarla salir con Jasmine  tres noches a la semana.
-Sí, pero ¿sabes? No se lo van a poder ocultérselo por mucho tiempo, tendrán qué saberlo. –Mencionó Anette.
-Lo sé, y Vamaranth también pero estamos de acuerdo en que no es el momento indicado. En este momento lo que importa es mantener a mi hermana fuera del alcance de Kaya para que lo que sea que tenga planeado con ella, no lo pueda cumplir.
-Te entiendo mi niña. Deberías de dormir, es más fácil explicar los hábitos nocturnos en tu hermana que en ti, y debes de intentar acostumbrarte. Yo las esperaré.
-Yo quería ver cuando regresaran para verificar que nada pasó, con Kaya merodeando no puedo estar tranquila.
-Lo sé querida. Pero debes descansar, los días que tu hermana no necesite beber, vas a entrenar y necesitarás energías.
-De acuerdo.
Selia había mandado a llamar a Kaya porque según decía que tenía algo importante qué decirle. Cuando la vampira fue a verlo se disgustó demasiado al saber que lo urgente que el hechicero tenía que decirle era sobre un viaje improvisado y por lo tanto, sus planes se atrasarían durante el tiempo que Selia permaneciera lejos. A Kaya no le quedó de otra,  puesto que sabía que Selia era el único que se atrevería a hacer lo que ella estaba pidiendo. Realmente había esperado infinidad de años por Kamijo y jamás se había rendido por lo que un mes o quizá dos no era de mucha significancia. Sin embargo, también fue informada por diversos contactos que tenía que el Palacio de Soile estaba habitado nuevamente por lo que pensó que tal vez Vamaranth había aparecido pues el hechizo “No –Rastreo” aún no había perdido efectividad.
Durante la tarde, un ostentoso carruaje había llegado al Palacio Soile de donde bajaron el conde, su hija y Tuomas. La ama de llaves, Lucía, fue a avisarle a la señora Anette quien le indicó que le avisara a Flowery mientras que ella haría lo mismo con Vamaranth. Corrió hasta el sótano donde su sobrina había improvisado su más oculto dormitorio, pensó que estaba dormida pero no era así, Vami estaba sentada en las cajas que eran su “cama” con un semblante sumamente pensativo.
-Ya lo sé tía, ya llegaron… -Mencionó antes que Anette pudiese decir algo. -¿Me ayudas a ver si sirve? –Tenía entre sus manos el frasco con el líquido fucsia que Charlotte le había regalado.
-¿Ya bebiste?
-Aún no, no sé por qué pero siento temor que no funcione.
-Charlotte es una excelente hechicera, lo hará.
Vamaranth bebió un poco; era un sabor desagradable pero consideraba que cualquier cosa que no fuera sangre le parecería que tenía mal sabor. Sintió un pequeño hormigueo en sus ojos por lo que los cerró ante la sensación, después los abrió. Anette no veía nada por la oscuridad del lugar y le pidió que se acercara un poco más a la luz, la pequeña vampira caminó un poco hacía la puerta abierta del sótano y fue cuando su tía la miró sorprendida.
-¿Y bien? –preguntó Vam.
-Sólo un poco pálida y con cara de no haber dormido bien en un par de días, fuera de eso… ¡tus ojos! Como cuando te vi por primera vez, mi niña.
-¡¿En verdad?!
-Claro…
Vamaranth corrió a abrazar a su tía y subió corriendo las escaleras, fue a su habitación a ponerse uno de sus vestidos pues sabía que si Tarja la veía con el pantalón pondría el grito en el cielo. Flowery ya estaba saludando a sus padres y a su abuelo cuando Vamaranth se reunió con ellos; Tarja miró fijamente a la menor de sus hijas lo que hizo que Vam se sintiera algo incómoda pues por un momento pensó que a pesar de la poción de Charlotte su mamá podía ver lo que realmente era pero se le olvidó cuando Tarja la abrazó cálidamente.
-Cariño… ¿estabas en el jardín? Estás muy fría, te pueden hacer mal esas corrientes de aire muy heladas.
-Sí mamá, no te preocupes.
-¿Estás durmiendo bien?
-Es que los extrañaba.
-¡Mi amor! –Tarja besó dulcemente la mejilla de su hija pequeña, Vamaranth estaba sumamente feliz al notar que su nueva condición había pasado desapercibida.
También saludó a su papá y a su abuelo. Los recién llegados tenían mucha hambre por lo que pidieron que les hicieran algo de comer, Vamaranth se disculpó diciendo que había comido golosinas por lo que Tarja la regañó por arruinar su apetito con cosas poco nutritivas. Aun así compartió asiento con toda su familia en el enorme comedor de madera cubierto por un mantel de satín color marfil. Le había pedido a su tía que le avisara cuando sus ojos volvieran a su color rojizo pero todo parecía indicar que aún no sucedía. Platicaron sobre lo que había pasado cuando estuvieron lejos, parecía que los mayores se la habían pasado bien mientras Flowery, Vam y Anette habían mentido diciendo que los días de ellas habían sido extremadamente aburridos.
-¿Flowery? –Preguntó el abuelo. -¿Para cuándo la boda? Tu madre por poco se gasta toda mi fortuna en diversas cosas para tal fin… le dije que parara pues tu prometido tiene el dinero suficiente para también cubrir los gastos –Su sonrisa evidenciaba que lo que decía se trataba de una broma.
-Este… -La chica titubeó un  poco. –No queremos apresurarnos pues como saben, Kamijo es una persona muy perfeccionista y aunque tome algo de tiempo, él desea la boda perfecta. –La vista de la chica se entristeció, sólo su hermana sabía el por qué.
-Realmente me cae bien tu prometido querida nieta. ¿Y cómo van las cosas con el tuyo? –Había volteado a ver a Vamaranth. –Perdón, se me olvida el nombre del muchacho.
-Se llama Teru y creo que todo va perfecto con él. Nos hemos visto mucho y lo amo más que a nunca.
-¡Eso es perfecto! Lo he visto poco pero parece un buen chico. En verdad me da gusto que mis dos nietas hayan encontrado a tan caballerosos muchachos. Supieron elegir muy bien.
Ambas chicas permanecieron en silencio.
La tarde era fría y Teru había ido a su casa, no sabía si volver o seguir quedándose con Kamijo ahora que Vamaranth estaba bien. Caminaba en la aldea Philian, sin realmente ir a casa pues sólo quería ver el entorno. Miró a alguien cerca de una fuente pequeña de mármol azul celeste se acercó al reconocerlo empuñando la espada que desde que enfrentaba ghouls se había convertido en una fiel compañera. La otra persona usaba una larga capa que lo cubría totalmente con sólo el rostro descubierto.
-¿Qué haces aquí? –Preguntó el peliplata.
-Quiero saber si ya apareció tu novia pero al verte así sólo creo que no. –Alexander le hablaba con indiferencia.
-Pues en eso tienes razón, no sé dónde está. –Teru mentía muy bien tratándose de proteger a sus seres queridos. –Y no entiendo por qué tu interés.
-Ya te dije que Flowery me prometió algo si encontraba a su hermana pero al parecer va a tener que forzarla de nuevo… -Puso cara de lujuria.
-¿Forzarla? ¿De qué diablos hablas?
-Esa es información que no te puedo dar, niño. Sé que si la pequeña Vamaranth aparece tú serás de los primeros en saberlo y por eso te estaré vigilando de cerca. Aunque… tu casa ha estado vacía… ¿dónde te quedas?
-Hasta parece que te lo voy a decir. –Hizo una mueca y puso los ojos en blanco.
Alexander tumbó a Teru y colocó su mano alrededor de su cuello dificultándole la respiración.
-Cuando hablas conmigo procura dejar tu insolencia a un lado. –Amenazó el vampiro.
Teru tomó la mano de su atacante y con mucha dificultad logró quitarla haciendo que Alexander perdiera el equilibrio y cayera de espaldas.
-No me subestimes Alexander, si te atreves a lastimar a Vamaranth o cualquier persona que ella ame las verás conmigo.
-¡Ja! No me das miedo, eres un humano simple y soso. Aquella vez que heriste a Kaya fue porque tu amiguito te ayudo pero sólo fue un golpe de suerte y uno de estupidez por parte de ella pero jamás podrás conmigo. ¡No te quieras hacer el héroe Teru! Juntarte con Kamijo puede hacerte mal.
-¿Mal? A ti te hace mal estar con Kaya; ustedes son muy crueles. ¿Qué ganan con todo lo que hacen? ¿Los ghouls y todo eso?
-A nosotros nos gusta salirnos con la nuestra, nadie puede impedirlo por más que lo quieran. –Miró al cielo con aire desafiante. –Si nuestro objetivo es dominar el mundo… ¡lo haremos! Dile a tus amigos que se cuiden de nosotros, nos hemos hartado de vivir en las sombras por lo que le mostraremos al mundo nuestra existencia… y especialmente tú debes de saber de qué forma. –Rió enérgicamente, el viento movía sus oscuros cabellos y sus ojos lucían radiantemente temibles.
Teru empuñó su espada pero Alexander había desaparecido, huía muy rápido aunque sólo fue en búsqueda de “juguete y comida”.


viernes, 15 de noviembre de 2013

50. Ditt Endelikt

Pues es viernes, toca capítulo. Así que aquí está, trataré que el otro esté listo para el otro viernes, ¿oky? Espero coments ^^


Una pelirroja caminaba furiosa atravesando el espeso bosque bajo el cielo nocturno, se trataba de Sinéad quien había dejado atrás su morada en el castillo de Kamijo. Llegó a una mansión abandonada donde la gente ni se acercaba pues se decía que estaba embrujada, llamó a ella y abrió una señorita muy asustada con la ropa echa tirones. Sínead la aventó a un lado y entró, la jovencita cerró la puerta y en sus muñecas se veían manchas de sangre frescas. La vampiresa caminaba dentro de aquella mansión como si ya la conociera y se sentó en el sofá.
-¡Vaya! No te esperaba por aquí… -Alguien la había descubierto, una mujer.
-Zin me despreció por culpa de tu Hizaki… Kaya… -Kaya se mostró curiosa ante lo que Sinéad le había dicho.
-Es que no hay forma que alguien pueda resistirse a su dulzura… es un encanto de niña. –Sinéad hizo una mueca –Es una pena que la perderé.
-Sé que se la darás a Selia, pero tu trofeo mayor es Kamijo.
-Así es.
-¿Quién era “esa” que me abrió?
-Uno de los juguetes desechables de Alexander. ¿Cuándo saliste del castillo de Kamijo?
-Ayer pero pasé a alimentarme porque de coraje me dio sed y me agarró el amanecer, busqué una cueva pequeña para refugiarme.
-¿Han tenido noticias de Vamaranth? -Preguntó Kaya.
-Deberías de saber dónde está.
-¿Recuerdas? ¡Poción de “No-Rastreo”!
-¡Oh! Cierto… con quien conversé al último fue con Zin y me dijo que seguía desaparecida.
-¡Demonios! Esa poción es poderosa; una cualquiera a estas alturas carecería de efecto. Pero por muy poderosa se desvanecerá pronto. Mientras ya tengo los preparativos listos. Espero que no tenga acceso a más de ese elixir para poder encontrarla sin esfuerzo. Si no, tendré que ser algo violenta para que aparezca.
-Pues le pagarás bien a Selia, úsalo para encontrarla.
-Podría ser.
La vez que Kaya había mordido a Vamaranth para convertirla, había quedado de acuerdo con Sinéad, de hecho jamás la hirió ella, fue la misma pelirroja quien se había hecho daño para parecer que en verdad fue atacada por Kaya para llegar a la entonces humana. Sinéad siempre había estado del lado de Kaya pero se lo había ocultado a todos, incluso al mismo Zin y hasta se había atrevido a decir que la odiaba. Realmente Sinéad odiaba a todos por haber sido transformada por un  vampiro sin valor ni categoría por lo que se vio deslumbrada por el gran poder de Kaya; quien notó en ella gran ambición y la “adoptó” matando a su padre de la nueva vida. Después, la vampiresa mayor le dijo que debía andar por el mundo un par de años y fue cuando encontró a Zin y se enamoró de él; llegando incluso a mantener a línea su crueldad a la hora de cazar, sólo por él; hasta que su nueva “madre” llegó de nuevo. Y si bien estaba celosa de Vamaranth a causa de Teru y Yuki, también lo estaba porque fue la misma Kaya quien le dio la nueva vida, de entrada era hija de un vampiro mayor y no de un mediocre como consideraba a su creador.
De pronto entró Alexander, parecía de muy buen humor, aunque miró con extrañeza a la pelirroja.
-¿Qué no se supone que tú andabas de espía? –Preguntó a la pelirroja.
-Tuve problemas…
-Con su ego… -Completó Kaya. –De cualquier forma ya no era necesario que siguieras dentro. Pero bueno… Y tú Alex… ¿a qué se debe tan buen humor?
-¡Por fin dejarás de decirme “idiota” porque logré mi cometido!
-¿Es lo que yo creo? –Alexander afirmó -¡Encontraste a Vamaranth!
-¡Ni te emociones! No encontré a nadie; simplemente me topé a Flowery y no pude con mis deseos. Tenía que saciarlos en ese preciso momento. –Respondió con una sonrisa perversa.
-¡Por fin hiciste algo bien! –Kaya jugaba con la falda de su vestido.
-Obviamente no será la última vez que la someta.
-¿Le dolió?
-Mucho…
-Debemos de informarle a Kamijo.
-¡Aún no! ¿No sabes que lo prohibido se disfruta más? Además, piensa… Con una vez el pobre puede perdonarla, pero más veces dudo que lo haga.
-¡Vaya! Hasta que piensas.
-Yo siempre pienso pero tú me subestimas.
-Querido… has dejado mucho qué desear y es por eso que me sorprendes. Pero… de favor… ocúpate de tu juguetito… me tienen harta sus lloriqueos. –Kaya miró a la joven que le había abierto la puerta  a Sinéad sentada en un rincón hecha un mar de lágrimas.
Alexander la tomó del brazo y se la llevó casi a rastras haciendo caso omiso a los gritos que ella emitía.
Teru pasó por la biblioteca y encontró a Flowery leyendo una novela griega. Antes de decirle algo buscó también un libro y se sentó junto a ella, la chica lo miró y le sonrió amablemente. “Debo de aparentar que todo va normal” pensó ella. Teru leyó unas líneas pero puso cara de confusión, Flowery lo miró a él y el lomo del libro que había tomado donde sólo entendió “Virgilio” pues el resto estaba en latín, sin embargo Teru seguía leyendo o tratando de leer, Flow lo miraba pero seguía con su libro abierto aunque ya no leía. Mechones platas del cabello del chico caían por su rostro dándole un toque dulce a sus delicadas facciones y la chica veía por qué su hermana había enloquecido por ese Philian que aunque eran muy diferentes, a la vez eran parecidos.
-¡No entiendo nada! –emitió desesperado el peliplata.
-Entonces hubieras tomado otro libro. Creo que Kamijo tiene otro libro con obras de Virgilio en español. –La chica se levantó y miró a los grandes estantes.
-¡No! Muchas gracias pero quiero este. –Flowery pensó que la cara de Teru parecía a la de un conejito en ese momento.
-¿Por qué?
-Por Vam.
-¿Por qué por ella?
-Creo que en fondo la subestimaba y ahora el sorprendido he sido yo… jamás me tomé la molestia en conocer más de sus intereses y gustos.
-Entonces ella ha de estar igual. No te sientas mal por eso.
-No está igual, sabe que la pintura es mi mundo. No hay más, en ella había más todavía.
-Te seré sincera, tampoco tenía entendido que sabía latín. Ella era del tipo de personas que se ocultan en sus habitaciones donde su única compañía eran sólo un montón de libros. Incluso papá llegaba con libros para ella (aunque muchos, quizá la mayoría eran préstamos de la biblioteca de la aldea). Mamá era la que a veces se cuestionaba esa manía pero prefería eso a que estuviera fuera. Aunque después salía para ver a Yu… -Se detuvo pues no creyó buena idea terminar la frase.
-No sabía eso de ella, cualquier novio se preocupa por saber todo de su chica pero yo no.
-Y por eso la complementas, ella no es de la clase de personas que le guste que todos sepan todo de ella. Respetas su espacio y eso hace que te prefiera a ti sobre los demás, eres su chico perfecto con el que jamás soñó pero que no dejará ir por nada del mundo.
-¿Qué no soñó jamás…?
-Tú lo sabes, ella no creía en el amor ni en nada de eso, las consideraba cursilerías sin beneficio. Fuiste lo suficiente bueno como para cambiar esa actitud tan negativa de ella y enamorarla como lo hiciste. Si no te tiene a su lado algo le falta, es por ello que seguro deambulaba por tu casa el día que la encontraste, quería tenerte cerca aunque no pudieran estar juntos. Temía por tu vida, pero entonces, Ale… -Recordar ese nombre la causó un gran conflicto pero no podía decir nada –Él llegó, te sintió en peligro y por fin supiste que era ella.
-¿Por qué a ella? –Preguntó Teru sin razón aparente.
-Por mi culpa… -Flowery entendió lo que Teru quiso decir.
-¡No! Jamás digas eso.
-Todo empezó desde ese maldito día donde me eligieron en mi aldea para morir. Todo… -Dijo con melancolía.
-Si no fuera por eso jamás la hubiera conocido.
-Pero jamás sería algo que no deseaba.
-Ni aunque la hubieran transformado en un monstruo con tentáculos, la hubiera dejado. –Teru parecía divertido pero convencido. –Además, también conociste a Kamijo.
-Ni si quiera sé si merezco todo lo bueno que ha sido conmigo, a pesar de todo lo que he hecho.
-Mira, la vez que lo rechazaste por lo que era fue una acción muy natural. No ha de ser fácil saber que la persona que amas es un vampiro. –Flowery se refería a eso pero no mayormente. –Yo con Vam fue diferente porque ya sabía que existían y que no todos eran malos.
-¡Buenos días! –Aún no daba indicios del crepúsculo y Kamijo ya se había levantado, lucía tan radiante que hacía sentir peor a Flowery pero sonrió para evitar sospechas.
Kamijo se acercó a ella y besó sus labios delicadamente pues no estaban solos. Después saludó a Teru con un gesto de su mano.
-Qué bueno que estás aquí Teru. –Mencionó a en un tono serio. Se acomodó para sentarse junto a Flowery y tomarle de la mano antes de hablar. –Hay que seguir con tu entrenamiento, cómo sabrás, las cosas se están poniendo difíciles y es necesario la mejor ayuda del mundo. Haz avanzado demasiado pero necesitamos aún más. Vamaranth también entrenará pero con Jasmine; primero debe conocer bien de qué manera sus sentidos han mejorado; Haruka le mostró bien el combate pero se olvidó un poco de lo básico.
-Pero le mostró a satisfacer su sed sin dañar (a matar) a las personas. –Completó Teru.
-En eso tienes razón. ¿No te molestaría empezar hoy?  Yuki y Masashi se unirán pues no saben cómo matar vampiros. Les he mandado a hacer espadas especiales, las normales ayudan pero de momento, no son letales al menos que se las ingenien en cortarles la cabeza de una sola intención.
-¿Mandaste a hacer armas? –Preguntó Flowery. -¿Me podrías enseñar a defenderme al menos?
-Amor… -Kamijo quería mantener a su amada lo más lejos posible de combates.
-¡Por favor! Quiero ayudarles, así como Vam.
-Pero Vam es ahora inmortal.
-Teru, Yuki y Masashi (aunque Masashi podría resistir más que cualquier humano) no lo son y están en esto.
Kamijo suspiró. Teru prefirió dejar aquella habitación pues sentía que aquella conversación se iba a poner muy personal y los dejó sólo sin despedirse siquiera.
-Esta noche reúnete con Jasmine y Vamaranth. –Por fin dijo. –Sólo a defenderte en lo que alguien de nosotros va a ayudarte si algo pasa. No quería decírtelo pero junto a todas las armas mandé a hacerte una para ti.
-¡¿En serio?! ¿Qué es?
-No te lo diré, dejé a Jasmine que las pidiera porque ella es la de los contactos “subterráneos”, que ya tiene más tiempo en este mundo que yo, mucho más.
-Entonces preguntaré a Jasmine.
-Puedes hacerlo si gustas… yo sólo quiero una cosa hoy. –Hizo una sonrisa seductora.
-¿Qué? –pensando en lo que Kamijo quería pero no sabía si era capaz de hacerlo después de lo que pasó con Alexander.
-No te hagas, también lo quieres -Kamijo le besó la oreja lo que hizo que la chica tuviera escalofríos.
-Es… pera… -Kamijo pareció no escucharla, ella pensaba que no podía estar con él después de lo que había pasado con Alex, pero recordó a su hermana diciéndole que no había sido su culpa, que lo que importaba era lo que sentía… ¿y si eso era lo que necesitaba para quitarse esa sensación de “suciedad”? ¿Kamijo podría hacerla sentir más “limpia”? -¡Pero no aquí!
-¿Por qué no?
-Alguien podría entrar y vernos, recuerda que hay personas ya despiertas.
Kamijo se separó de ella y se dirigió a la puerta sin decirle nada, entonces, tomó la manija y la cerró, sacó una llave y la utilizó para después tirarla al piso.
-¡Está listo todo! Nadie podrá vernos, es su problema si quieren escuchar.
-¡Kamijo!
-No voy a reprimirme.

Vamaranth despertó cuando son recién se estaba ocultando, salió debajo de la cama de su hermana, se dirigió hasta su habitación llevando sus botas en la mano, Yuki pasó al lado de ella, al chico se le había olvidado lo diminuta que era ella lo que le causó ternura y no pudo evitar revolverle el cabello; Vamaranth lo regañó divertida.
-¡Yuki! –Llamó Vam cuando ambos reanudaron su camino…
-¿En qué puedo ayúdate?
-¿Sabes dónde está Flowery?
-No la he visto, Hizaki dijo que le llevó algo de desayunar pues ya despertó muy tarde.
-¿Y Kamijo? –Pues supongo que aún no despierta, no lo he visto.
-De acuerdo, iré a buscar a Jasmine, tengo cosas pendientes con ella.
-Oye… me van a enseñar a matar vampiros. –Mencionó Yuki, no quería que Vamaranth se fuera y quería retenerla al menos en una conversación de amigos.
-¡Genial! Sé que lo harás bien, eres muy bueno en combate, lo hacías bastante bien con los ghouls.
-Tú también. –Dijo sonrojado.
-¡No! Recuerda, Haruka me ayudaba, por eso debo ir con Jasmine, me mostrará más cosas. –Se disponía a irse de nuevo.
-¡Tampoco he visto a Teru!
-Jejejeje, no iba a preguntar por él.
-¿Estabas con Teru?
-No, pero de vez en cuando una pareja debe darse su espacio. Iré a ver si encuentro a mi hermana mientras voy con Jasmine.
-Y antes que vayas… -de nuevo interrumpió Yuki. –Hoy vi a Charlotte y dijo que iba a venir, que te tenía una sorpresa.
-¿A mí?
-¡Sí! No me dijo de qué se trata, sólo que te gustará o que al menos te hará sentir mejor en tu convivencia con humanos.
-Gracias Yuki. –Vamaranth caminó por el pasillo sin hacer el ruido característico de sus tacones porque sus botas iban en su mano. -¡Me alegra que salgas con Charlotte, ella me cae muy bien! –Gritó dando vuelta a la izquierda en otro pasillo.
Anette había ido al palacio del duque de Soile para ver si no había novedad después de tratar algunos asuntos con Charlotte, le daba a los empleados una poción para que no se percataran de la ausencia de las hermanas y ni de ella misma. Buscó la correspondencia y sintió que su sangre helaba cuando vio un sobre con el nombre de Flowery pero la letra de Tuomas.  Ella abrió ese sobre y empezó a leer la carta.

“Querida Flowery…
Dirigí la carta hacia ti porque eres la mayor, pero de igual forma tu hermana puede leerla. En unos días emprenderemos nuestro regreso a casa, fueron un negocio y vacaciones exitosos pero no podemos quedarnos más tiempo, su madre y yo las hemos extrañado mucho. Confío en que su tía las haya cuidado bien, nos sentimos más seguros cuando ella se marchó pero a la vez tristes porque no pudo disfrutar de los días libres pues conocimos lugares hermosos. Posiblemente, nuestra llegada será un par de días después que esta carta llegue. Tu madre compró algunas cosas para tu boda aunque sé que falta tiempo pero ya sabes cómo es ella. Y nos preguntamos si será en el Palacio de Soile o en el castillo que ahora habita tu prometido, ambos son lugares hermosos para una recepción espectacular digna de ti, mi princesa. Pero ese tema lo trataremos en persona. ¡Las extrañamos mucho!
                                                                                              Con amor… papá y mamá”

Tomó la carta y la guardó para mostrársela a sus sobrinas, debían de volver lo más pronto posible al palacio de Soile, sintió un breve alivio al saber que la menor de las chicas ya había sido encontrada pero no era humana, podría ocultar sus afilados caninos pero nos así el extraño y demoniaco color de sus ojos. Su palidez podría deberse a un resfriado, que no la dejará tomar el sol por un tiempo.
En una de las torres del castillo, hasta arriba donde la brisa era muy fuerte, Vamaranth se reunía con Jasmine, la noche apenas daba inicio. La vampira mayor había tomado el arco de Vam y le había dicho que los seres como ellas, tenían una inmejorable visión nocturna durante oscuridad absoluta y en un radio de aproximadamente 2 kilómetros de distancia por lo que un arco les permitía terminar con enemigos que huyan a toda velocidad. Definió un objetivo lejano a la chica y le pidió que tirara, lo que  hizo pero no pudo atinarle.
-No te des por vencida, hubiese sido casi un milagro que le hubieses dado a la primera. Por lo visto, Haruka no te ponía objetivos tan lejanos pero eres capaz de lograrlo.
-¡Perdón la tardanza! –Flowery había llegado. –Me dijo Kamijo que viniera con ustedes.
-¿Dónde estabas? Te busqué cuando desperté. –Le preguntó su hermana.
-No te preocupes, estaba precisamente con Kamijo y me dijo que podrían enseñarme a defenderme.
-Querida… ¿estás segura? –Preguntó Jasmine maternalmente.
-¡Sí! Jamás he estado más segura. Ustedes se están arriesgando mucho y sé que Kamijo desea que yo esté lo más segura posible, sin embargo, yo soy quien causa principalmente la ira de Kaya y no puedo quedarme de brazos cruzados mientras ustedes dan lo mejor de sí.
-Flow…
-Pequeña –Mencionó Jasmine –Kaya odia todo indicio de pureza en esta vida, no sólo pienses que es por Kamijo, es más por el amor, la confianza; y ella odia a todas las personas que expresan esos sentimientos. Ella no te odia, odia al amor porque es incapaz de sentirlo.
-Pero aun así, ella está molesta porque cree que le quité a Kamijo, simplemente no puedo ignorarlo, y si te hizo –Miró a Vam –lo que te hizo, fue por mi culpa.
-No fue tuya hermana, fue culpa de Sinéad, confiamos en ella pero nos falló. No te culpes de algo que no fue cosa tuya; y ya te dije, tal vez fue lo mejor para poder cuidarte como se debe, como humana no hubiese sido capaz de nada.
-Ustedes conocen la leyenda dónde se menciona que un monstruo como Kaya debe ser eliminado por un humano… -Recordó la mayor de las Olsson. –Sé que Teru, por todo lo que aquel ser le ha causado, está dispuesto a ser ese humano y por eso está dando lo mejor de él; pero… ¡yo también quiero serlo! ¡Aún soy humana! A ella y a Alexander, quiero que su sangre corra por mis manos…
-¿Pero qué dices Flowery? –Vamaranth corrió a abrazar a su hermana –Tus manos deben de estar limpias, no llenes de odio tu corazón por personas que no valen la pena.
-¡Es que los odio! ¡Tan sólo lo que te hicieron a ti! ¡A mi sobrino! –Lo último llenó de un vació muy grande a Vam.
-Yo te apoyaré en lo que decidas, si gustas, yo puedo sujetar a la estúpida esa mientras tú le sacas el corazón.
-¡Vamaranth! –Indicó Jasmine con severidad.
-Si esto hace sentir mejor a Flow, estoy dispuesta a ayudarla.
-Es muy peligroso…
-Lo es, pero ella nos tiene a nosotros; en vez de negarle algo a lo que tiene derecho, hay que darle la mejor preparación para que lo haga, para que los riesgos disminuyan. Prepararla porque todos sabemos que las cosas se están poniendo feas, sabemos que Kaya está planeando algo perverso y todos debemos ser capaces de enfrentarla.
-De acuerdo. –Desistió Jasmine. –Contigo Flow, empezaré con lo básico. ¡Vami!
-¡Sí!
-Sigue practicando el tiro hasta que lo logres mientras le empiezo a dar conocimientos teóricos a Flowy de cómo se puede defender de un vampiro sin necesidad de ofrecer pelea.
-¡De acuerdo!
Vamaranth estaba emocionada porque por fin le había dado al objetivo, Jasmine reía porque la había interrumpido sacudiéndola para que lo viera; Masashi llegó a donde ellas estaban.
-Charlotte y Anette vinieron, quieren hablar con nosotros. –Mencionó para después bajarse.
Las tres bajaron pensando en que habían descubierto algo importante y por ello demandaban la presencia de todos. Ahora, estaban reunidos en el gran comedor, Kamijo sentado en el lugar principal como era costumbre. Anette tenía una carta en sus manos y Charlotte un frasco de vidrio diminuto con un líquido fucsia dentro. Kamijo se levantó de su lugar para sacar la silla al lado de él y que Flowery se sentara.
Anette entregó la carta que había recibido a Flowery, ella la leyó y su rostro perdió el tono rosado del cual era poseedor. Vamaranth la miró curiosa.
-Papá y mamá estará de vuelta en un par de días… Vamaranth y yo debemos irnos.


miércoles, 13 de noviembre de 2013

49. Paradise (What About Us?)

De nuevo me adelanté aunque ahora sí no he terminado el otro por lo que posiblemente esté hasta el otro viernes u_u Lo siento mucho, pero mientras... si gustan pueden leer todos los demás (?????) Ok, nop. Bueno, es un capítulo fuerte y espero les guste. ya saben, díganme si les gusta o no en cuanto a contenido, redacción, ortografía y bla bla bla.



49. PARADISE
Flowery buscaba a Kamijo pues sabía que era quien “despertaba” temprano pero no lo encontraba por ningún lado, no había nadie más en aquel enorme castillo y por la hora pensó que podría salir; aún faltaba un par de horas para que anocheciera; así que tomó un suéter de lana blanco que su madre le había tejido y un gorro del mismo material y color para después salir. Iba a caminar un poco en los alrededores pues hacía buen tiempo, a ella no le gustaban los días calurosos así que como eran principios del otoño, el tiempo le sentó bastante bien. Anduvo durante unos minutos y llegó al camino más cercano, se sentó en una piedra y escuchó que a lo lejos iba una carreta; al acercarse notó que iba una familia en ella así que les hizo la parada.
-Buenas tardes –Saludó Flowery -¿Hacia dónde se dirigen?
-Vamos a la aldea de Soile, al centro para ser exactos –Respondió el jefe de familia.
-¿Puede llevarme de favor? Les pagaré.
El señor consultó con su esposa y ambos accedieron. Flowery subió atrás donde transportaban flores de todos colores y se sentó al lados de dos niños como de 6 y 10 años.  Iba algo incómoda pero no le importaba, miraba cada detalle del paisaje. Cerca de una hora después, llegaron a su destino; Flowery bajó y pagó pero la señora le dijo que no era necesario, que así estaba bien. La chica visitó las pequeñas tiendas y pensó que sería un buen detalle comprarle algo a Kamijo así que buscaba con gran minuciosidad en cada escaparate. Donde más se tardó fue en una tienda de antigüedades pues encontró objetos interesantes. Lo que más le llamó la atención fue una rosa hecha de cristal con color rojo transparente. Preguntó al anciano que estaba de encargado y le dijo el precio, la chica se mostró curiosa porque no estaba alto el precio y le dijo el señor amablemente que era porque la pieza estaba rota ya que contaba de un tallo y ahora sólo estaba la flor. No era muy grande pues cabía perfectamente en la mano de la chica. Sin pensarlo la pagó, el hombre envolvió la rosa con extremo cuidado en un montón de cosas para evitar que se rompiera y se la entregó a Flowery.
La chica miró los tonos rosados de las nubes lo que indicaba que ya estaba atardeciendo; pensó que ya era hora de volver; se dirigió al camino para esperar una carro que pudiera dejarla cerca pero no pasaba ninguno. Se empezó a desesperar cuando notó que se hacía más tarde.
-¿Por qué tan sola? –Flowery escucho aquella voz y sintió un fuerte escalofrío recorrer su cuerpo deseando que no fuera quien creía. Al voltear vio que realmente era él.
-¿Alexander? ¿Qué haces aquí? –Preguntó temerosa.
-Buscaba distraerme un rato, así como tú querida dama. Por cierto, no he tenido noticias de tu hermana pero a pesar de ello hay algo bueno.
-¿A qué te refieres?
-Que en este momento que te topo tan solitaria, se me antoja hacerte mía…
-¡Ni se te ocurra! Quedamos en un trato. –Flowery quería decirle que Vamaranth había aparecido pero no podía.
-Lo sé mi vida, pero mi cuerpo exige el tuyo. –Se acercaba cada vez más a la chica. –No puedo esperar más.
Flowery salió corriendo inútilmente tras un árbol, y en cuestión de segundos él la encontró.
-¿Por qué te escondes? –la acorraló en el árbol colocando sus brazo alrededor de ella –Sabes que de cualquier forma te encontraré.
-¡Aléjate de favor! –La chica empezaba a llorar.
-¡No quiero!
Alexander la tomó entre sus brazos y la besó violentamente introduciendo su lengua en la boca de la niña.
-Eres intensa, eso me hace desearte más.
-Me das asco –Murmuraba con miedo.
-Mira mi amor, bien puedo embrujarte para que hagas lo que yo deseo pero me gusta más así, me excita tu negativa.
-¡Calla!
-¡Sí! Así me provocas más. –Alexander estaba lamiendo el cuello de Flowery, embriagándose en el aroma de su cálida sangre que corría bajo su piel.
El vampiro rasgó de poco el suéter que la chica usaba y tiró lejos el gorro. Los botones de la blusa de ella lo incitaban a abrirlos lentamente  y la vista de los pechos de Flow con sostén lo llenó de deseo mientras ella forcejeaba  sin éxito.  Alexander seguía lamiendo el cuerpo de la chica y ella era víctima de un terror indescriptible; él se quitó su camisa dejando al descubierto su blanca y gélida piel, con sus manos levantaba la falda de ella y tocaba sus muslos llegando incluso más arriba, acallaba los gritos con profundos besos aunque nadie pasaba por ese lugar. El día estaba terminando para darle paso a la noche, Alexander no daba tregua a la pobre damisela que tenía sometida. Desgarró toda la ropa que limitaba su deseo y él se despojó de la suya; y por fin estaba obteniendo lo que tanto anhelaba. Flowery, llorando sólo pensaba en que le estaba fallando a Kamijo, en cada reacción de placer que emitía Alex ella estaba perdiendo una parte de su corazón. Ella se convirtió por un momento en una muñeca sin sentimientos que se dejaba llevar por los movimientos que su agresor realizaba. Él saciaba sus más sucios deseos con el cuerpo de Flowery
Flowery quedó perdida en sus pensamientos sintiéndose sucia mientras Alexander se vestía, le había aventado su ropa a la joven y ella se cubrió tímidamente con lo que podía pues sólo eran trozos de tela debido a la violencia del vampiro. Él de nuevo la miró con lujuria y ella trató de levantarse y correr pero sus piernas no respondían.
-¿Qué crees amor?... No estoy satisfecho, quiero más.
Se acercó de nuevo y ella lanzó un grito de horror, la besó de nuevo pero se separó, Flowery sorprendida miró bien y él no se había separado, lo habían arrojado.
-¡Maldita seas estúpida! –Vociferó mientras se incorporaba.
-¡Jane! –Gritó Flowery prudentemente pues sabía perfectamente que era Vamaranth.
-¡Vaya! A ti ya te había visto antes…  -Alex se acercó a Vamaranth –Eres quien llegó la otra vez a proteger a Teru…  ¡Mira Flowery! ¡El novio de tu hermana la engaña con esta tipa!
-¡No te creo! –Gritó la mayor de las Olsson.
-¡Yo la vi con él! Si no fuera su amante, no lo hubiese defendido así y tal parece que me tomó odio desde aquella vez. –Alexander tomó a Vamaranth violentamente, aquella lo miraba con desprecio pero no se inmutaba.
Alexander aventó al pasto a Vamaranth mientras Flowery cubría su boca pues estaba a punto de llamar a su hermana por su nombre, mientras usara el antifaz su secreto estaba guardado. La vampira se levantó de inmediato, los tacones del pasto se hundían en la tierra que daba sostén al pasto. La mayor de las Olsson notó que los irises detrás del antifaz perdían el rojo para volverse totalmente negros.
-Así que ya te enfureciste… -Mencinó Alexander a Vam.
-Eres un idiota… -Dijo la chica en forma de susurro haciendo una variación a su voz para no ser descubierta.
Dicho esto Vamaranth avanzó de una forma muy rápida incluso para el mismo Alex y en menos de una fracción de segundo lo golpeó tan fuerte en el rostro que lo derribó totalmente y dejó un hilo de sangre escurriendo de la comisura de su boca.
Alexander escupió más sangre al piso y la miró confundido, no era posible que un vampiro del nivel de Jane le haya dado tal golpe. Se abalanzó sobre ella para intentar atacarla de cerca pero Jane se resistía fieramente, Flowery estaba aterrada y empezaba a llorar; por mucho que Vam supiera combatir, la superioridad de Alexander aún era mucho mayor y se empezaba a notar. Hasta que Haruka aventó a Alexander permitiendo a la vampira menor incorporarse.
-¡Tú! ¡Apareciste! –Dijo cínicamente Alexander al ver a Haruka.
-No te permitiré que la dañes. –Lo dijo al poner detrás de ella a Vam.
-¿Por qué?
-Ella es mi compañera.
-¿Así que creaste a este bichito?
-Sí, ¿por qué? –La rubia mintió.
-Por nada, está bien, me largo al fin que ya obtuve lo que quería. –Miró a Flowery. –Espero no verte a ti ni a tu amiguita más. –Se dirigía a Haruka.
Cuando Alexander se marchó, Vamaranth se quitó su antifaz y corrió hacia su hermana ignrando por un momento a Haruka.
-¡¿Qué demonios te hizo?! –Preguntó la vampira muy preocupada, en sus ojos volvieron los destellos rojos.
Flowery sólo lloraba.
-No te preocupes –Le dijo mientras la abrazaba –Todo estará bien, no dejaré que te vuelva a tocar ¿de acuerdo?
-Ka… mijo.
-Si él se entera, lo mata ahora sí.
-No… no,  Alexander podría dañarlo; ¡no quiero que nada le pase a Kamijo! ¡No!
-Está bien, le diremos cuando tú quieras, pero ¿estás consciente que no se lo puedes ocultar siempre? –La chica asintió –Tu guarida está aquí cerca. –Por primera vez Vam se dirigía a Haruka. -¿Podrías prestarle algo de ropa?
-De acuerdo, vamos.
-Gracias.
Haruka las dejó en su casa mientras las hermanas buscaban ropa, el estilo de la vampira que allí vivía no era el de Flow además que todo le quedaba grande pues Haruka era muy alta; minutos después llegó con pan y unas hojas de té que puso a hervir para que Flow bebiera. Al principio ella se negaba a comer pero Vamaranth pudo convencerla aunque sólo probó un bocado de pan pero sí fue obligada a terminarse su té. La dejaron recostada un rato pero no podía dormir y escuchaba lo que Haruka le decía a su hermana.
-Te pusiste en mucho peligro, conozco a Alex. –Decía Haruka.
-Lo sé, Charlotte me lo dijo.
-¿Wessels? Vaya que el mundo es muy pequeño.
-Ya lo creo; deberíamos de irnos ya, se preocuparán sino llegamos pronto y por la mañana me resultaría insoportable recorrer tanto.
-Me imagino, pero sabes que puedes quedarte aquí. –Haruka tomó las manos de Vam.
-Por favor, no ahorita –Vam las retiró.
-Me muero si algo te pasa.
Haruka besó a Vamaranth y Flowery no podía creer lo que veía.
-¡Basta! Ya te dije que no te quiero de esa forma…
-¡Ya sé! El tal Teru está en tu mente siempre pero… cuando estás a mi lado me siento en paz, no quiero dejarte ir. Entiende que te amo.
-Lo siento. Será mejor que nos marchemos. Y muchas gracias por todo.
-Antes que se vayan… encontré esto hace rato ¿será de tu hermana? –Haruka sacó de su bolsillo la cajita con la rosa que Flowery le había comprado a Kamijo y al verlo, la chica se levantó del sofá y la tomó.
-Gracias. –Murmuró al abrazar la cajita y escuchar al agitar que el contenido aún tenía una sola pieza, no se había roto. –Era… para Ka… mijo. –Otra vez volvió a llorar. –Lo traicioné.
-¡Eso no es verdad! El muy estúpido de Alexander te violó hermana; jamás traicionaste a Kamijo… yo sé que él entenderá. –Trató de calmarse un poco. –Vamos.
-Las acompaño.
-No es necesario.
-No me importa que tú no quieras, tampoco puedo dejar que Alexander se vuelva a acercar a tu hermana.
-Como desees.
Era evidente que todos ya estaban preocupados por las Olsson, incluso al llegar vieron a Kamijo salir pues ya iba en su búsqueda, se acercó a abrazar a su prometida quien soporto las ganas de soltarse en llanto con tal que no sospechara nada de lo que había ocurrido. Kamijo la miró y notó que traía puesta otra ropa que para nada era de ella.
-Se cayó al río. –Mencionó con sorprendente naturalidad Vam.
-Amor, sé más cuidadosa. –Mencionó Kamijo.
-De acuerdo. –Susurró Flowery.
-Y tú Vamaranth, no debiste salir sola.
-Haruka estuvo conmigo Kamijo; no hay problema.
-Prometan que no lo harán de nuevo.
Flowery tomó un baño y se recostó en su cama, había sido algo fría con Kamijo pero éste pensó que tal vez era porque ella estaba cansada y no mencionó nada. Sin embargo, la chica seguí llorando y había echado llave a su habitación para que nadie la viera. Alguien llamó a su puerta pero escuchó que era su hermana por lo que abrió. Ella a pesar de la oscuridad vio como Flowery seguía con los ojos llenos de lágrimas. La invitó a recostarse y ella fue quien la abrigó.
-Tranquila ¿de acuerdo? Todo estará bien.  –Vamaranth abrazó a su asustada hermana. –Yo te cuidaré; ahora entiendo que las cosas pasan por algo y si soy esto es para poder defenderte del estúpido de Alex. Hasta que le estoy viendo el lado bueno al ser un monstruo.
-No eres un monstruo.
-Lo soy desde el momento que probé la sangre.
-En todo caso… hasta en los monstruos hay categorías. Porque Kaya y Alexander son quienes realmente recibirían tal nombre.
-Como sea, lo que importa es que ya podré cuidarte mejor.
-¿Qué pasa con Haruka? Vi que se besaron.
-¡Eso! –Vam hizo una mueca. –Pues parece que está confundida respecto a sus sentimientos hacia mí y jura que me ama; pero como ya sabrás, mi corazón pertenece a Teru.
-Pero puede que no esté confundida ¿no crees?
-Cómo sea, no puedo corresponderle. Debes de dormir, yo me quedaré contigo. –Vamaranth miró alrededor –Hiciste bien en cerrar las cortinas porque si no, el amanecer será una verdadera tortura para mí.
-Si vas a recostarte en mi cama… mínimo quítate las botas…
-Nunca cambias –Vamaranth sonrió y dispuso a quitarse su calzado con cierta facilidad, las iba a botar en cualquier rincón pero recordó que su hermana odiaba eso y se levantó a acomodarlas en el pie de la cama.
-¿Cómo te escapaste? Tenía entendido que no podías salir sola.
-¡Siempre lo hago! Primero me escapaba de casa para ver a Yuki, después para ver a Teru y ahora para ir a buscarte. No tolero estar lejos de las personas que más quiero; y más en tu caso, me preocupó mucho tu ausencia prolongada.
-Eres una boba, te arriesgas mucho.
-No me importa.
-¿No te cubrirás? –Preguntó Flowery al notar que la pequeña no se arropaba.
-Verás… no siento ni frío ni calor, si acaso llegara usar abrigos es porque no puedo salir con el fuerte viento de otoño arrasando con todo y usar sólo una blusa de gaza sin que me inmute. –tengo que parecer humana. Es por eso que me atreví a ponerme unas botas así, no siento molestia y me hacen sentir menos pequeña de lo que estoy, según el vendedor, el tacón mide 10 centímetros así que con ellos mi estatura aumente 10 centímetros. Obviamente eran las únicas en existencia, de hecho, me quedan algo grandes (como un centímetro más) aunque no es mucho pero ya te dije que ni lo siento.
Vamaranth dejó de hablar y vio que su hermana estaba ya dormida, a pesar de la oscuridad podía ver como respiraba, el flujo sanguíneo en sus vasos, la fragilidad de ser humana. Ella extrañaba serlo aunque en aquel momento agradeció ser lo que era porque gracias a ello pudo evitar que Alex lastimara por segunda vez a Flowery. Aunque también reconocía que si no hubiese sido por la intervención de Haruka no la hubieran librado.
Pasaron escasamente un par de horas para que el amanecer abriera paso, y la vampiresa se ocultó debajo de la cama de Flow pues pese a las cortinas oscuras de la habitación, pequeños destellos de luz la atravesaban, y un vampiro al “dormir” se volvía totalmente vulnerable a los rayos de luz; les producían quemaduras que si bien sanarían, eran muy dolorosas y tardaban mucho en cerrar, cuestión de un par de días o semanas dependiendo la exposición; eso era una eternidad para un vampiro. Flowery durmió pese al alba y no despertó hasta pasado el mediodía.
Hizaki llamó a su puerta y la Olsson, pese a que ya estaba despierta, permanecía abrazando a su almohada, y no se había percatado que su hermana seguía en su habitación. Sólo se limitó a decir un “Adelante” sin ánimos.
-Te llamé hace rato para que fueras a desayunar y no me hiciste caso. –Mencionó la rubia preocupada -¿Te sientes bien?
-Mmmm
-Me dijeron que te caíste al río… creo que te vas a resfriar porque estás muy apagada hoy y eso no es normal en ti. Te traeré un té caliente.
-No quiero…
-¡Nada de “no quiero”! –La philian parecía algo molesta como si se tratara de una madre preocupada -¡Te lo traeré y deberás beberlo! Le diré a tu tía que te prepare algo.
-¡No! No le digas nada –Incorporó medio cuerpo pues no quería que su tía la viera en ese momento, ella era muy suspicaz.
 –Al menos toma el té, de favor. –El rostro de Hizaki era muy tierno.
-De acuerdo. Pero promete que no le dirás a tía Anette.
-¡Prometido!
Hizaki salió algo satisfecha ante aquella respuesta. Flow encontró aún las botas de Vam pero ella no estaba o al menos eso era lo que ella creía pues al revisar bajo su cama la encontró acostada bocarriba con los brazos cruzados en el pecho, inmóvil, realmente parecía muerta pues ya no respiraba. Le recordó a cómo acomodaban a las personas inertes en los féretros y sintió un vacío dentro, pero no estaba muerta y eso lo sabía, al menos no del todo.
La prima de Teru llegó con la tetera y una pequeña taza de fina porcelana, era la vajilla presente en el castillo que Jasmine conservaba por sentimentalismo. El té de Hizaki era dulce, caliente pero no imposible de beber. También llevó un poco de sopa que la enferma no quería aceptar pero de nueva cuenta fue obligada por Hizaki.
-¿Está Anette? –Preguntó Flowery.
-No, acaba de salir, fue a ver a Charlotte. Al parecer a Yuki le fue bien con ella porque creo que repetirán la cita.
Cuando Hizaki se marchó, Flowery tomó un sencillo vestido beige y un suéter blanco de lino para dirigirse a la biblioteca, deseaba leer y olvidarse de todo por un momento. Tenía miedo de ver a Kamijo a la cara, temía porque sabía que él notaría que algo iba muy mal.