martes, 24 de junio de 2014

64. Sing to Me

Pues aquí está otro capítulo. Les aviso que si bien, los últimos dos o tres capítulos no tardaron tanto en ser publicados, el que sigue tal vez sí tardará porque tengo algunas cosas que hacer algo importantes y escribiré menos tiempo, espero lo entiendan. De cualquier forma, el hecho que escriba menos no significa que me iré de la faz de la Tierra, sólo que debo de poner cierto empeño en algunas cosas y necesito dedicarles más tiempo. De cualquier forma, estoy siempre disponible. Bueno, si bien dije que Teru no iba a conocer a Jem hasta que él regresara a Vami después de irse a China, pues decidí cambiarlo, se me hizo difícil mantenerlos separados y más cuando Jem empieza a convivir con todos lo demás. En fin, no daré más adelantos.




Cuando Vamaranth se marchó, Charlotte y Yuki salieron de su escondite ya siendo visibles y encontraron a un Jem muy pensativo e incluso se podía decir que su expresión era triste. Prefirieron ir a la casa de Charlotte antes de hablar pues era el único lugar seguro porque no dudaban que Kaya pudiese estar en cualquier parte. Charlotte preparó té, lo sirvió y preguntó a Jem sobre lo que había podido ver en la menor de las Olsson.
—Pues les diré. —Habló Jem —El asunto es un poco complicado, hay dos tipos de posesiones demoníacas y esa tal Kaya sabía lo que hacía con Vamaranth.
—¿A qué te refieres? —Yuki parecía intrigado.
—Las posesiones en humanos sólo pueden ser de dos tipos, que es dónde el demonio toma el control absoluto de sus acciones; pero en cambio, en vampiros, lycans, brujos, hadas… puede ser de este tipo o del segundo que es dónde el demonio sólo toma parte en la personalidad de su víctima, quien no olvida personas, hechos, recuerdos de su pasado y lo maneja como si fuera la misma persona pero con una personalidad ruin.
—Deja ver si entendí —Dijo Yuki —Dices que Vamaranth sigo siendo ella en cuanto a recuerdos, algunos pensamientos, quizá sentimientos pero que el demonio que vive en su interior hace que haga cosas malas, si esto es así…  ¿su “yo” verdadero (el bueno) está consciente de lo que la parte malvada hace?
—No lo sé, ha habido pocas posesiones de este tipo por la gran cantidad de magia que se requiere, por eso necesitamos a un brujo poderoso. O igual otro aprendiz y que se una con Charlotte.
—¿Sirve Anette? —Preguntó Yuki.
—Lamentablemente no, ella es un humano con magia pero necesitamos un hechicero, un brujo.
—Ya veo, pues solamente puedo pensar en Magnus aunque aún no me responde la carta —Añadió la pelirroja. —Es más fácil que acceda a Ragnor Fell.
—Tienes razón.  ¿Pero mientras? ¿Qué se podría hacer?
—Tenerla vigilada la mayor parte del tiempo para que no cometa acciones malvadas, recordemos que si como vampiro tiende a tener un poco de riesgo, bajo el control de un demonio es peor. Debemos de ser muy cuidadosos.  —Hizo una pausa muy breve —Supongo que deberé de decirle a su prometido…
—No creo que a Teru le haga gracias hablar con su hermano perdido y encima, que se haya besado dos veces con su novia. —Mencionó Yuki con un tono de fastidio.
—No fue mi intención, la primera vez sólo ocurrió y ésta pues… ya sabes cómo están las cosas y Vamaranth no lo hizo como “ella” sino para fastidiarme.
—Aun así, sientes algo por ella y eso crearía un ambiente tenso con él. Será mejor que yo le diga.
—¡Vaya! Quién lo dice —Charlotte estaba siendo irónica y Jem lo notó con sorpresa.
—¿Te gusta Vamaranth? —Preguntó el cazador.
—Digamos que me gustan dos personas, con cierta inclinación a una en especial… —Dijo Yuki mirando insistentemente a Charlotte.
—Será mejor que me vaya porque el ambiente se pone tenso. Está bien Yuki, dejo que le digas al prometido de Vamaranth. Pero debo de decir que siento mucha curiosidad por conocerlo.



La mañana estaba llena de nubes, parecía que llovería a lo largo del día por lo que Flowery dormía profundamente, sus padres la habían dejado dormir y no la despertaron para el desayuno pues ellos tuvieron que salir desde temprano junto al conde. Hasta que una de las criadas llamó a su puerta, tocó repetidas veces hasta que aumentó la intensidad de sus golpes a la puerta de la habitación de la chica.
—¿Qué ocurre?... —Preguntó la chica entre aún más dormida que despuerta.
—La busca el joven Teru Herondale.
—Ah… dile que me espere unos minutos… quizá unos “muchos” minutos…


Flowery tenía dolor de cabeza por lo que no le fue fácil levantarse, al lavarse la cara su aspecto mejoró por lo que se alistó para recibir a su cuñado. También sentía hambre así que esperaba que Teru aceptara desayunar con ella o al menos que no le importara que ella devorara su comida pues en verdad sentía un gran vació en el estómago. Bajó casi corriendo al darse cuenta que estaba tardando mucho, y antes de siquiera saludar a Teru, le preguntó si gustaba algo para comer, el chico se negó por lo que Flowery pidió que le sirvieran el desayuno. Teru se sentó en el comedor y sólo aceptó un poco de té.
—¿Qué ocurre? —Preguntó  Flow mientras comía un trozo de pan.
—Mira.
Teru le acercó un periódico, la chica miró la fecha y era la del día, miró extrañada a Teru.
—Página cinco. —Mencionó el joven

La chica abrió el periódico en la sección indicada, no era unas notas agradables, al contrario, mencionaron sobre dos asesinatos que ocurrieron durante la noche y uno que ocurrió anteriormente. El primero ocurrió en un callejón donde encontraron el cadáver con el corazón a un lado, y los más recientes donde los cuerpos fueron encontrados a las afueras del pueblo, cerca de un río, algo distante a decir verdad, y mencionaba que murieron desangrados por un corte en la yugular donde dejaron verter su sangre en los causes del río por lo que no había rastro; parece que habían sido atracados por la falta de anillos y relojes pues notaron que sí había marcas de ello. En la parte de debajo de la nota había una parte dónde se describía a una joven pues estaba perdida. Flowery no prestó atención a ello.
—Y ¿bien? —Preguntó Teru.
—No sé por qué me has mostrado esto ¡estoy desayunando! —A pesar de la cara de horror de Flowery, ésta no dejaba de comer.
—Lo siento. Pero ¿qué ha hecho Vamaranth en los últimos días?
—¿Piensas que fue ella?
—¡No! Pienso que fue Kaya quien la está “instruyendo” de alguna forma.
—Todos sabemos que antier sí salió, ayer creo que también. Su ropa está limpia, ninguna de las criadas ha gritado que encontraron sangre; igual y sí pudo tratarse de Kaya mientras Vami es espectadora.  Debemos de mantenerlas alejadas de cualquier forma.
—Hay que decirle a Kamijo y a Jasmine para que nos sugieran algo, porque así que detenerla, no creo que ni tú y ni yo podamos muy bien.
—Tienen razón… y más así cómo está, puede que sea peligrosa llevarle la contraria.
—Por eso me alegra que comas bien, así tendrás bastante fuerza.
—¡Oyeeee! ¡Amanecí hambrienta!
—De acuerdo… eres libre de comer lo que gustes.
—Lo sé, también estoy decidida a entrenar cada vez más duro con Jasmine. Tú ya debes de estar muy adelantado. Kamijo me ha dicho que en los últimos entrenamientos has estado increíble, como si lo tuyo fuera eso del combate y ese tipo de cosas. Yo me defiendo pero debo aceptar que en parte ha sido por el brazalete que me regaló Charlotte.
—No, lo mío es la pintura y tú lo sabes. Y recuerda lo que dijo Charlotte, que no todo era por el brazalete, que esencialmente era tu esfuerzo.
—Pues sí, pero aun así, tengo ayuda y tú no.




La tarde estaba empezando, hacía un buen clima en el que se podían caminar por las calles tranquilamente sin suéter y sin malestar por calor excesivo. Zin había llevado a Hizaki a comprar caramelos y chocolates para tratar de distraerla un rato, ella se mostraba animada pues lo que más le gustaba era estar con Zin. La chica se sorprendía cada vez que su acompañante le recomendaba chocolates pues al probarlos podía verificar que realmente eran los más deliciosos. Parecía que todo estaba en orden al verlos tan felices, aunque ambos en el fondo estaban preocupados por lo que le había pasado a su amiga pero también confiaban en que todo se solucionaría. Hizaki tomaba de la mano a Zin orgullosamente, jamás pensó sentirse de esa forma, siempre se había dedicado a cuidar a su primo; no era de las chicas que creían en el amor y esas cosas, se había acostumbrado a estar sola o con sus primo o sus amigas que era un acariño muy diferente a lo que ahora sentía por Zin, se sentía segura, protegida, amada sinceramente junto a él. Por su parte, el vampiro jamás había imaginado que ella le haría caso, no se consideraba digno de alguien como Hizaki a quien creía tan pura y hermosa; la protegería de la misma Kaya si era necesario.
Hizaki escogió algunos chocolates para Teru y otros para llevarle a Helena y Masashi; Zin le sugirió que se los llevaran y de paso aprovecharan para visitarlo y a la chica le pareció una excelente idea pues de paso, Masashi y Zin se irían para entrenar.




Kamijo llegó al palacio de Soile para ver a su prometida Flowery, encontró a Teru también por lo que le dio gusto saludarlo.
—Me alegra verte con Teru —Mencionó el Vampiro —Para serte sincero, me preocupas.
—¿Por qué amor? Estoy bien.
—Pero Vamaranth vive aquí, contigo y en sus condiciones, no creo que sea conveniente que estés sola, recuerda que ahora es muy manipulable para Kaya.
—No me ha hecho nada, incluso, rara vez nos vemos.
—Me sigues preocupando de cualquier forma, de hecho, venia para ver si puedes pedir un “viaje” y te vas conmigo al castillo donde Jasmine, Zin o yo podemos protegerte.
—¡¿Y dejar a mis padres y a mi abuelo?! Por esa misma razón no es buena idea dejarlos solos con ella. Sé defenderme.
—Pero no lo suficiente. O quizá haya una forma de hacer que ella se aleje.
—No Kamijo, si ella está sola tiene más posibilidades de que Kaya la haga a su imagen y semejanza ¡esa es aún peor idea!
—No quiero arriesgarte ni arriesgar a los que quieres. Cuando todo se solucione, tu hermana lo entenderá. Será mejor que se quede con Jasmine y conmigo.
—¿Y cómo haremos que acepte? —Preguntó Teru.
—No lo sé. Hay que intentar razonar con la parte que aún queda de la Vamaranth de siempre…
—¿Crees que eso funcione? —Dudó Teru —Es muy arriesgado, puede que se ponga violenta. Debemos de persuadirla. Puedo llevarla a mi casa si gustan.
—Pero también puede ser arriesgado para ti —Advirtió Flowery.
—Me siento capaz de poder detenerla si las cosas se salen de control.
—Puede que sea lo mejor. —Afirmó el vampiro. —Es hora de mantenernos en silencio, al parecer no tarda en despertar.

Kamijo y Teru se pusieron a jugar damas y Flowery hizo como que estaba leyendo, pasaron algunos minutos antes de que Vamaranth se reuniera con ellos. Ella los miró desde la puerta, fingieron que no la habían visto hasta que ella los saludó con su arrogancia característica de los últimos días, nadie supo cómo responder por lo que ella saludó alzando su voz hasta que Teru fue el primero (y más bien el único en hacerle caso). Ella puso los ojos en blanco y se acercó a su prometido para besarlo en los labios, miró el tablero del juego.
—Estás perdiendo amor…
—¡Oh! No lo había notado, supongo que no estoy concentrado en el juego. —Respondió Teru de una forma muy distante.
—¿Pretendes que no me entere que me estás evadiendo? Está bien corazón, ya me voy y no espero reclamos en cuanto busque consuelo en brazos de alguien más.
Teru iba a decir algo pero ya no pudo porque la vampiresa salió del lugar y al tratar de alcanzarla ya no la alcanzó, se quedó extrañado por lo que ella le había dicho. Volteó para mirar a Kamijo quien no supo como responder. Flowery se levantó para tratar de decirle unas palabras de apoyo a Teru.
—No lo dijo realmente, recuerda que Vamaranth está bajo la influencia de otro ser y que ella jamás se iría con alguien más, ella te ama con todo su corazón.
—En vez de estar lamentándome, debería de estar buscando una solución a esto. Creo que aquí no encontraré nada, así que será mejor que me marche a buscar personas que puedan ayudarme
—Teru… —habló Kamijo —no sabes por dónde empezar.
—Por el brujo Magnus Bane —Habló Yuki quien se encontraba en la puerta del salón, con él venía Charlotte y otro chico alto que de inmediato dirigió la vista hacia Teru. —Empezaremos por Bane porque él es nuestra esperanza, el problema es que no sabemos dónde encontrarlo.
Teru también miró a Jem con extrañeza, jamás lo había visto y era raro encontrar a alguien con varias similitudes físicas. Kamijo se acercó a saludar a Jem, Flowery lo recordaba poco pues sólo lo había visto una vez pero aun así le dirigió una sonrisa. El recién llegado les habló sobre lo que le había comentado a Yuki y a Charlotte omitiendo la parte del beso con Vamaranth por supuesto. Yuki había quedado en que le diría a Teru pero no contó con que él estaría con Flowery y Kamijo por lo que no quedó otra opción más que Jem les contara a todos lo que sabía. Teru escuchó todo con detalles pero algo en su expresión daba a notar que la presencia del joven Carstairs lo incomodaba en cierta medida aunque no se habían visto antes y jamás se había mencionado que Jem tenía una amistad muy cercana con su prometida. El cazador era ligeramente más alto que Teru. Jem miró a Teru con curiosidad mientras que éste lo veía con algo de recelo; no se habían presentado pues de inmediato Kamijo pidió la información sobre Bane a Jem y nadie se acordaba de hacerlo.

—Hola, mi nombre es James Carstairs —Jem se había acercado a Teru con total naturalidad mientras los demás pensaban en medios para contactar a Magnus Bane.
—Soy Teru y llámame sólo así. No tengo intención de decirte mi nombre aunque soy relativamente conocido.
—Lo he notado, todos me dicen que tengo cierto parecido a ti, pienso que es más por el cabello aunque en cierta manera nuestros ojos tienen similitudes en la forma. —Teru no respondió. —¿Tienes ascendencia asiática? Porque yo sí y de eso es la peculiar forma de mis ojos.
—Puede, la verdad no pude saber bien al árbol genealógico de parte de mi madre, y de mi padre, tampoco sé nada. Aunque ese no es un tema que deba tratar con un desconocido.
—Siento si te incomodé. —Las disculpas de Jem eran sinceras.
—Mejor explícame… ¿cómo es que conoces a Vamaranth? Hablas de ella con mucha familiaridad.
—Sólo la he visto algunas ocasiones. La primera porque yo trabajo para el embajador de China y asistí a la cena que dio el conde. La segunda vez la encontré en el parque y me ayudó porque yo estaba enfermo en ese entonces… no hay más. —Jem no estaba acostumbrado a mentir pero por la cara de Teru sabía que era necesario omitir ciertos detalles que al final, tal vez para Vamaranth carecían de relevancia.
—Ya veo… ¿así que eres un cazador de demonios? ¿qué tienen de particular frente al resto de los humanos?
—Fuimos creados especialmente para matar demonios y salvaguardar a los humanos incluso de los lycans, vampiros, hadas y demás criaturas que los pongan en riesgo por sus acciones descontroladas; hay quienes son, por ejemplo, lycans tranquilos que se mantienen al margen y con ellos vivimos pacíficamente. Se puede decir que de nacimientos fuimos dotados con más habilidades de combate y análisis que los demás humanos y nos ayudamos de armas con runas escritas en ellas que contienen poderes de ángel. Nadie sabe si lo del ángel Raziel es cierto y si su sangre nos creó, sin embargo, aquí estamos matando demonios.
—Vaya, eres interesante. —Teru hizo una mueca amarga. —Yo sólo soy un humano que no resulta más que una carga.
—¿Lo dices por tu novia? De lo poco que he hablado con ella te puedo decir que ella piensa que eres grandioso y que no hay nadie como tú y que posiblemente jamás lo habrá.
—¿En verdad?
—Sí.
—De cualquier forma, hay que encontrar al tal Bane. ¿No es así?

¿En verdad ese sujeto era el prometido de Vamaranth? Aunque Jem no podía negar lo preocupado que se encontraba Teru, en ese momento se veía con tal amargura en su rostro y en sus acciones pero supuso que tal vez él realmente no era así, sino que sólo se trataba de la preocupación que tenía por ella y no tenía tiempo para un poco de buen humor.
—¿Y qué, si Bane está del otro lado del mundo? ¿Qué haremos? —Preguntó Yuki.
—Iría a dónde fuera preciso, pero si ese sujeto es la solución, tengo que encontrarlo cueste lo que cueste. —Teru lucía muy decidido. —Así tenga que ir por él y sacarlo de una guerra con cañones, no me importaría. Todo porque Vami vuelva a ser la de antes, bueno, la de la transformación hasta antes de ser capturada por Kaya. No me importa siquiera perder la vida con tal que ella esté bien. Yo ¡la amo! La amo con toda mi vida y si es necesario sacrificarme por ella lo haría sin ningún miramiento —Hizo una pausa —Así que empezaré a preguntar por Magnus. ¿Sabes cómo es ese brujo, Carstairs? —Preguntó Teru pero nadie respondió.
—Se fue hace unos instantes. —Mencionó Charlotte.
—¡¿Pero por qué…?!— Pero Teru ya no terminó su pregunta y salió corriendo para ver a dónde se había ido Jem. Charlotte fue tras ellos y les dijo a los demás que esperaran.




Kaya disfrutaba de su peculiar “té” pues había conseguido una nueva sirvienta, la chica estaba a su lado, no pasaba de los 15 años de edad y tenía un hermoso cabello azabache que Kaya había dejado suelto para acariciarlo de vez en cuando. Por lo general, la vampira hacía que sus sirvientas se recogieran el cabello para exponer mejor sus cuellos; a Alexander era al único a quien dejaba beber de ellas pues sabía que Sinéad no podía parar una vez que sus labios tocaban la sangre hasta acabar con su víctima. Para Kaya, quien tardaba en seleccionar  cada muchacha para su colección, eso le molestaba pues prácticamente era su colección de muñecas vivas que a la vez le servían de alimento. Sólo había cedido una de esas preciosas chicas para alimentar como si fuera la primera vez a la que consideraba su “hija”.  
Sinéad había llegado de comprar, dejó varias bolsas con ropa en uno de los sillones, Kaya miró que se trataban de vestidos estilo “princesa” como los que usaba Hizaki y se echó a reír pues pensó que Sinéad quería imitar a la dulce chica para conseguir la atención de Zin.
—Querida… —Dijo Kaya mientras le daba su taza a la sirvienta en turno. —Esos vestidos son muy hermosos para tu vulgar ser… —Echó a reír de nuevo. —¿En verdad crees que esta es la manera de gustarle? Hizaki es dulce, gentil, delicada, elegante, fina, toda una dama —Hizo énfasis en esto último —Y tú… eres hermosa, no te lo negaré, pero pareces más una belleza de burdel.
—¡Por favor Kaya! Deja tus comentarios hirientes porque no me afectan, les demostraré a todos que yo también puedo ser toda una dama  y que la tal Hizaki es aburrida y boba.
—¡JA! —Llegó Alexander para reírse de Sinéad. —¿En verdad crees estar a la altura de la señorita Penhallow? Realmente lo dudo, pero igual es admirable tu esfuerzo aunque lamento que sea en vano. —Kaya rió con el comentario de Alexander.
—Querido… por fin estamos de acuerdo en algo. —Señaló Kaya.
—Pues tú Alexander —La pelirroja estaba realmente irritada —preocúpate mejor por la futura “condesa”, que no veo que ella te acepte ni un poquito. Y tú Kaya, puedes decirme ¿por qué aún no llega tu más querida creación? —Dijo esto con sarcasmo e ira. —Se supone que ya debería de haber llegado.
—La verdad no sé por qué no ha llegado, tal vez se detuvo a “comer”…
—O matar a alguien porque le dio asco. —Sugirió Alexander —Realmente esa chica está loca, espero no sea de familia porque pronto tendré a su hermana…
—Pues te estás tardando —dijo Kaya mientras jugaba con sus guantes.
—¡Yo también sé que me estoy tardando! Pero más pronto de lo parece será mía… de nuevo.
—¡Vaya! La reunión familiar ya empezó sin mí. —Ya había llegado Vamaranth —Tú —Se dirigió a una sirvienta —Quiero que me des de beber ahora mismo, estoy sedienta.

La criada corrió por una taza de porcelana pintada a mano con un lirio blanco, se cortó la muñeca y dejó salir la sangre. Vamaranth la bebió con placer y felicitó a Kaya por su elección con las chicas que le servían, la vampira mayor se pavoneó al saber que alguien reconocía su buen gusto.

jueves, 19 de junio de 2014

63. Army of Dolls

Pues aquí ya está el capítulo nuevo y saben algo... dentro de algunos capítulos más Vamaranth se irá a China, y haré dos capítulos, uno lo que pasa en China, y otro lo que pasa en Soile; y cuando regrese ella a Soile, sólo habrá como cuatro capítulos más y quizá, un epílogo, o quizá no; el punto a tratar es que ya empezamos la recta final (al menos yo, que ya llevo escritos dos capítulos y medio más) Y como que me siento rara el ya planear el final, no sé, si siento feito, como nostalgia y así pero debe de terminar; digo, aún falta pero yo debo pensar capítulos más adelante y pues ya huelen a final, Espero que les esté gustando en verdad, me falta demasiado, pero la nostalgia ya está presente; dediqué muchos años a esta historia, hice un poco de revoltijo de todo, y ahora más con Jem y los futuros nuevos personajes pero van a ser importantes, por ejemplo el brujo purpurina (busquen bien en la historia y sabrán quién es, ya después lo dejaré claro). Pero la verdad, no sé, es extraño ya hablar en serio y en paz de un final; pero bueno, que llegue a su fin y a empezar lo nuevo que ya tengo cocinando aunque aún no he escrito nada. Bueno, sin más...


Frustrado por no encontrar nada relevante, Teru se quedó dormido sentado en el escritorio de la biblioteca de Kamijo con un libro sobre demonios pero se trataba de una novela; el vampiro entró y lo encontró, lo movió un poco para ver si estaba bien, el chico peliplata despertó.
—¿Qué hora es? —Fue lo primero que quiso saber.
—Son las 6 de la tarde… me dijeron que estás aquí desde muy temprano.
—No encontré nada, y es el único lugar a parte de la casa de Charlotte donde hay libros de temas “ocultos” pero ella ya nos mencionó en la noche que no sabe nada y por eso me pasé directamente para acá.
—Pero veo que no hay nada. Jasmine tampoco sabe.
Kamijo miró a Teru y de inmediato se acordó de James.
—Puede que haya una persona que pueda saber algo.
—¿En verdad? —Pareció que Teru terminó de despertar al escuchar a Kamijo.
—Necesitaré ir a verlo…
—¿Te refieres a Carstairs? —Masashi entraba a la biblioteca junto a Jasmine. —En la mañana fui a verlo con Helena.
—¡Perfecto! ¿Qué dijo? —Quiso sabe el vampiro.
—Pues él directamente no puede ayudarnos, pero va a buscar la forma con sus superiores, ya les ha escrito y Helena pasó a dejar la carta con Charlotte para que llegue de inmediato. Aunque mencionó que necesitamos a un brujo muy poderoso, lo mismo que dijo Charlotte.
—¿Y si buscamos al brujo que ayudó a Kaya? Seguro mantienen contacto y es seguro que él puede revertir lo que hizo. —Sugirió Teru.
—¡Eso suena perfecto! —Alentó Jasmine —Empezaré a buscar entre mis contactos para ver si conocen a un brujo además de Charlotte que haya esto en la zona al menos, en el último mes.
—¿Quién es Carstairs? —Preguntó Teru
—Tu hermano perdido —Respondió Masashi
—¿Qué? Yo no tengo hermanos.
—Se refiere a que se parecen mucho… bueno, yo no lo he visto pero Kamijo me contó. —Jasmine buscaba papel y tinta
—Muchas personas se parecen… —Teru no tenía ánimos de bromas, quizá en otra etapa de su vida hubiera preguntado más pero en ese momento, sentía un vació en su estómago, ya sea la desesperación o el hambre pues no había comido nada en el día.
—Su color de cabello no es normal, muchos son rubios, pocos tienen ese tono plateado exótico —Aclaró Kamijo, pero Teru pareció no prestarle atención.


Cuando la oscuridad se apoderó por completo de la “sala de descanso” de Vamaranth, ella despertó pero por un instante parecía ser la misma niña de antes de la posesión, se miró al viejo espejo empolvado que estaba guardado y sus ojos eran rojos; iba a correr a decirles a todos pues se acordaba de lo que había hecho antes, lo peor… había asesinado a dos personas en una misma noche, necesitaban detenerla antes que la entidad perversa dentro de ella ocupara su voluntad pero sintió un profundo dolor en su pecho; no sabía qué dolor le molestaba más, el de la conciencia o el del cuerpo, quería gritar pero podían escucharla cualquier persona en la casa e ir a verla y eso seguro terminaría en una tragedia; se sentía mareada . La chica cayó al piso, el dolor había cesado pero ella ya había cambiado de nuevo. Otra vez poseía aquellos ojos dorados y demoniacos. Fue a la que era su habitación y se vistió, odiaba todo lo que encontraba en el armario pero no tenía opción que usar esa ropa, lo único que considero “decente” era su ropa que usaba para entrenar o en combate pero los conjuntos eran muy pocos, así que no los quería estropear. Se colocó un vestido de los que apenas y cubrían la rodilla pues le disgustaban las faldas largas. “Así no se viste una señorita bien, debes de tener elegancia ante todo y solo se logra con hermosos y entallados vestido con una falda espectacular” decía a modo de burlarse de lo que una vez había dicho Kaya.
—No entiendo por qué debo de obedecer a Kaya… lo hago porque a veces es divertida su forma de pensar tan cruel, y también porque es cierto que busco que los que son como yo sean los que deben de mandar y no los humanos. Pero cuando estemos en la cima, yo me encargaré de tirarla unos peldaños abajo. —Ella reía al pensar en eso. —Aunque obviamente Teru estará privilegiado, si ese humano no fuera tan candente pensaría en eliminarlo de mi vida… aunque si lo pienso bien… Yuki no está mal… dos es mejor que uno… —Su rostro de volvió a iluminar con una sonrisa… —O tres… —Su mente se dirigió a Jem. —Los humanos son tan sensuales, definitivamente deseo a esos tres. En fin, será para otro día, hoy tengo que ver a la molesta de Kaya y a sus estúpidos subordinados.

La vampira salió de su habitación, Tarja la encontró.
—¿A dónde vas?— Preguntó la señora Olsson —Pensaba que como dormiste todo el santo día, al menos ibas a cenar con nosotros ¡estuviste ausente por una semana!
—¡Ay! ¡Pues cenen con mi hermana! Ella es tan perfecta que ni van a notar mi ausencia… yo mejor me largo.
—¡¿Pero a dónde vas, niña?!
—Eso es algo que no te importa. ¿Te importó hacerme prometida de Yuki cuando era obvio que no lo amaba?
—¡Pero lo solucioné!
—¿El día de la boda? ¿Y qué de los días que sufrí por amar “clandestinamente” a Teru? ¿Te importó antes? Si te hubieras tardado unas horas más, mi desgracia hubiera sido marcada.
—¡¿Por qué me hablas así?! Hasta parece que me odias.
—Piensa lo que quieras, dile a papá que me disculpe y que otro día tomaré el té con él, y en cuanto al abuelo… igual se puede quedar con su nieta consentida…  Post te… (Te veo luego)
La chica pasó al lado de su madre haciendo sonar sus tacones a cada paso que daba dejándola realmente herida ante tales palabras dichas en esa actitud tan poco correcta. Tarja no aguantó más y cayó de rodillas al piso a llorar, jamás imaginó lo que verdaderamente sentía la menor de sus hijas; de cierta manera reconoció que al ser diferente a lo que ella hubiera deseado, la hizo indirectamente a un lado mientras que Flowery cumplía todas sus expectativas y por eso era muy dura con la menor, quería que fuera como otra Flowery cuando desde pequeña marcó sus diferencias; definitivamente Vamaranth no era una chica como las otras pero ¿cómo podía arreglar el error de dos décadas de crianza diferenciadas solo por la diferencia de pensamientos? Tuomas quien había ido a buscar a su esposa, la encontró llorando de rodillas, sin pensarlo la ayudó a levantarse y le secó sus lágrimas.
—¿Qué ocurre? —Preguntó preocupado.
—Tú siempre la aceptaste como era… ¿cómo le hiciste?
—¿A qué te refieres mujer?
—A Vami… me acaba de decir que yo hacía distinciones entre ella y Flowery… pero fue muy dura su forma de decírmelo—Decía entre lágrimas —¿Piensas igual que ella?
—No soy quien para juzgarte, tú sabes si hiciste bien o mal… pero a Flowery jamás la comprometiste con un hombre que no amaba, jamás le reclamaste sobre sus sentimientos hacia Kamijo por lo que jamás tuvo que esconderse, a ella jamás le reclamaste su forma de vestirse o de comportarse…
—Tuomas… —Suspiró agotada.
—Lo siento… nuestra pequeña simplemente es diferente, y Flowery siempre fue muy parecida a ti; y Vamaranth siempre fue parecida a mi familia, como yo o Anette. Vami siempre fue reservada con la gente nueva, prefería leer que socializar, pero siempre amó a quienes superaban esas barreras y su corazón se rompía cuando de nuevo la dejaban sola. Buena parte de su vida la pasó con el corazón roto, pero siempre estaba Yuki con ella; fue el único amigo que no la dejó a pesar de todo… aunque solo la acompañara a la biblioteca a leer o al parque a mirar grillos…
—Ella prefería en sus cumpleaños libros en vez de vestidos y eso me enojaba y le amargaba su cumpleaños… —Reconoció Tarja. —¡Mi niña! ¿Qué hago?
—Quiérela… es todo.
—¿Y si ya no me quiere?
—Te adora, pero no hagas que quiera alejarse a pesar de eso. Siento que mi niña ha sufrido más de lo que podemos siquiera imaginar.
—No digas eso Tuomas… me hace sentir más culpable…


Filas de libros inundaban la pequeña casa de Charlotte, los tenía acomodados en una pared de doble fondo por lo que no eran visibles para todos, pero Yuki buscaba con ella, había revisado todos ya pero pensó conveniente mirarlos de nuevo por si algún detalle se le pasó. Ambos bebían té mientras que comían algunas galletas de avena. Parecía que devoraban las páginas en su afán de encontrar respuestas a lo que estaba sucediendo. La casa de la bruja no era lujosa a comparación con la de Selia pues ella se dedicaba a ayudar a las personas por una módica cantidad de dinero cuando solicitaban sus servicios en magia; prefería gastarlo en ropa, materiales y alimentos. Yuki había pasado bastante tiempo con ella en los últimos días así que prácticamente se movía en la casa como si fuera de él. A veces él iba a preparar el té y a veces ella iba.
—Lo siento… —Mencionó de pronto la pelirroja.
—¿Por qué lo sientes?
—Porque no puedo ayudar a la persona que más quieres… —La tristeza inundaba el rostro de la chica. —Si tan sólo tuviera más conocimientos… más poder… ya hubiéramos hecho algo incluso contra Kaya.
—Charlotte… créeme… te quiero, te quiero bastante y quizá con el tiempo…
—Yuki… ya no estoy segura, por eso he dejado de insistir.
—Pero yo no quiero dejar de insistir, hay algo en ti que me encanta, algo que me dice que eres la indicada pero el amor no se corta de tajo de un día para el otro y vuelve a nacer de la misma forma… por favor… dame tiempo; eres maravillosa y no te quiero perder.
—Pero aún la amas…
—Pero ya no como antes… por favor Charlotte…
—Por favor Yuki… dejemos esta plática en otro momento, la situación actual es muy difícil como para ver mis sentimientos por ti.
—Tú también eres importante…
—Ya veremos cuando todo esto acabe…
La hechicera dijo que iba a hacer más té, sin embargo, la tetera tenía poco más de la mitad y aún estaba caliente. Yuki apoyó sus codos en la mesa y colocó su cabeza entre sus manos cubriéndose los ojos, estaba confundido pero era verdad que no quería perder a Charlotte pero tampoco quería herirla. Alguien llamó a la puerta, el chico no sabía si ir a ver de quién se trataba o esperar a que Charlotte regresara.
—¿Esperas visitas? —Preguntó Yuki con voz fuerte para que ella lo escuchara desde la cocina.
—No.
—Están tocando.
—No lo conozco pero luce amigable… ¿Puedes abrir y preguntar qué quiere?
Yuki supuso que se trataba de un truco de magia el hecho que le hubiera dicho que no conocía a la persona que tocaba pero que se veía “amigable”. El Thanatosian abrió la puerta y se encontró a un joven de cabello plateado, pensó en Teru pero no se trataba de él; éste otro era más alto, vestía muy formal para su edad y usaba un bastón. Los ojos grises del chico combinaban perfectamente con su cabello.
—Buenas tardes, me presento, soy James Carstairs y vengo a buscar a la bruja Charlotte Wessels.—Dijo Jem en un tono muy cortes, Yuki concordaba con Charlotte en que inspiraba confianza.
—Un momento ¿Puede esperar afuera?
—De acuerdo.
Pocos minutos después, Charlotte abrió a Jem y lo hizo pasar.
—Así que Carstairs… tu apellido me suena. —Decía Charlotte.
—Soy un cazador de demonios. Toda mi familia lo ha sido y somos “algo” conocidos en el submundo.
—Seguro es por eso. ¿En qué puedo ayudarte?
—Me dijeron que viniera a ti pues eres la bruja a cargo en Soile. Necesito encontrar a Magnus Bane y pensé que sabrías dónde encontrarlo.
—Así que buscas a Magnus… curioso… yo también.
—Me parece ser que lo buscamos por la misma causa…
—¿En verdad? ¿Qué relación tienes con la “afectada”? —Señaló Charlotte de cierta forma para comprobar lo que el joven Carstairs estaba diciendo.
—Vamaranth es una conocida muy apreciada para mí. Así que Masashi y Helena me indicaron donde podía encontrarte.
—¿Masashi?... no me ha dicho nada. —Dijo Yuki.
—No lo has visto desde la noche que llegó Vamaranth ya cambiada. —Señaló Charlotte.
—Es cierto.
—Pues sí, ya mandé una  carta a Magnus pero anda de viaje porque de haber estado en Nueva York, ya hubiera respondido.
—¿Quién es Magnus? —Preguntó Yuki.
—Magnus es un brujo, muy poderoso, se dice que tiene cerca de 500 años de edad.
—¡¿500 años?! ¡¿Es cierto?!
—Magnus cambia su edad constantemente —Completó Jem —Así que nadie está totalmente seguro. Se la vive de viaje pero siempre regresa a Nueva York, aunque suele estar durante años en diversos lugares del mundo.
—¿Años? No tenemos años.
—Es el único que se me ocurre que puede ayudarnos. Pero hay que juntar nuestros ahorros pues cobra demasiado caro sus servicios.
—Magnus Bane… —Repitió Yuki como si quisiera recordar ese nombre. —Por cierto Jem… me recuerdas a alguien…
—¿Al joven llamado Teru? No eres el primero que me lo dice.
—¿Cómo logran tener ese color de cabello tan llamativo?
—Él no lo sé, aún no tengo el gusto de conocerlo, por mi parte, es una larga y no muy agradable historia. ¿Habría forma de encontrarme con Vamaranth? Necesito verla para aunque sea ver el tipo de posesión que realizaron en ella.
—Esta noche, vamos a su casa. —Sugirió Yuki. —Vamos Charlotte.
—Perfecto. —Mencionó Jem.


En el palacio Soile, Flowery cenaba junto a sus padres y su abuelo, el conde no sabía qué estaba pasando exactamente pero sentía el ambiente muy tenso y más por la ausencia de su nieta menor que no había visto desde la noche en que había hecho presente después de la semana en la que había desaparecido. Nadie decía nada, sólo comían en silencio, Tarja se le notaba decaída.
—Hola familia —Vamaranth se presentaba en el comedor. —Les aviso que voy a salir y que no voy a llegar a dormir… nos vemos mañana.
—¡Niña! ¡ven acá! —Ordenó Tarja.
—¡Vamaranth!  —Gritó el conde —¡Haz caso a tu madre!
—¡No quiero! —Vamaranth ya se iba alejando.
—Sigamos comiendo de favor. —Pidió Tarja. —Nada pasó.
—Hija… ¿Qué pasa con la niña?
—Nada, ya sabes, todos somos muy rebeldes alguna vez en nuestra vida.
—Hablaré con ella en cuanto regrese. —mencionó Tuomas.
—Gracias.


La vampiresa salía del palacio, escuchó que alguien le llamaba, se acercó poco a poco sin seguir la vereda que se extendía desde la entrada del palacio mismo, pasando por el jardín y siguiendo hasta fuera y que daba hasta el pueblo principal de Soile. Sonrió al ver quien la estaba buscando.
Yuki y Charlotte se escondían detrás de algunos arbustos, tenían un conjuro de invisibilidad y uno en el cual su olor desaparecía contando el agudizado sentido del olfato de los vampiros; esto porque Jem había decidido enfrentar a Vamaranth solo pues confiaba en sus habilidades para salir ileso si algo no salía como lo esperaban. Vamaranth se acercó a Jem.
—Vaya… qué hermosa visita he recibido… —Mencionó la vampiresa. —¿A qué debo tu presencia?
—Supe que habías regresado a casa así que vine a verte.
—¿Vienes a repetir el beso de la otra vez?

—¡¿Beso?! ¡¿Qué beso?! —Murmuraba Yuki hasta cierto punto, indignado.
—¡Deberías de callarte o nos puede descubrir!
—Es que parece que se necesita ser rubio platinado para que ella te haga caso.
—Tíñete el cabello entonces. —Pese al hechizo de invisibilidad, Yuki aún podía ver a Charlotte y visceversa por lo que el chico notó la molestia en el rostro de la chica.
—Lo siento…
—No te disculpes, ya he de saber a lo que me atengo contigo.

—No vine a repetir nada, solo quería verte. Realmente estaba preocupado por ti.
—¿Preocupado? Pues estoy bien… mejor que nunca. —Ella se acercó al chico y rodeo el cuello del peliplata con sus brazos. —Me gusta tenerte cerca…
—Puede llegar tu prometido en cualquier momento, deberías de soltarme.
—¿Y si vamos a tu casa entonces? Solo salí por salir pero no tengo a dónde ir…
—Mejor otro día.
—Entonces iré a buscar a Teru… tú te lo pierdes. —Dicho esto, se acercó más al cuerpo de Jem y lo besó apasionadamente antes de seguir su camino.
Jem no supo cómo reaccionar ante ese beso, tenía un sabor agridulce a comparación con el otro a pesar que la intensidad fue mayor.


sábado, 14 de junio de 2014

62. Marionette

Pues bien, aquí está el otro capítulo. Espero les guste.
La verdad, no recuerdo de qué va, hace mucho que lo escribí.

—Lamento ausentarme durante una semana completa, pero necesitaba algunas cosas que pensar… —Vamaranth sonreía fríamente al mirar a todos. —Papá, mamá, abuelo, tía, hermana… -Decía mientras saludaba de mano a cada uno.
—¿Qué significa esto? —Preguntó Flowery molesta -¿Por qué te acompañan ellos?
-Son mis nuevos amigos…
Había algo diferente en su hermana, era como si no fuera ella sino otra persona idéntica físicamente.
—¿Podemos pasar o nos van a tener aquí afuera todo el tiempo? —Preguntó Vamaranth impaciente.
—Claro, pasen. —Indicó el conde.
Vamaranth caminada hacia dentro pero se detuvo al lado de Teru, ella le ofreció su brazo para que él lo tomara y así poder a dirigirse adentro; la chica caminaba erguida, con un paso muy seguro de sí misma, manera desconocida por Teru. Alexander miraba a Flowery quien se abrazaba a Kamijo temblando, no entendían nada de lo que pasaba y esperaba a que esos seres malignos se marcharan para poder hablar con Vamaranth. Si no fuera por el conde y los Olsson seguro se hubiera desatado una batalla campal en ese momento, pero aun así se permanecía a la defensiva pues no sabían que era lo que ese grupo de vampiros perversos estaba tramando.
La tensión era insoportable, Flowery odiaba a Alexander y a Kaya y los tenía en su propia casa. Hizaki a su vez se refugiaba en los brazos de Zin lo que provocaba que Sinéad se enfureciera más con ella; al parecer, la única que mantenía de cierta forma su actuación era Kaya. Poco tiempo después, la vampira y sus aliados se marcharon no sin antes dejar consternados a los demás. El conde, Tarja y Tuomas decidieron ir a dormir no sin antes ir a abrazar a su hija que acababa de aparecer después de una semana de ausencia. Dejaron a los demás bajo en cuidado de Anette. Permanecieron en silencio hasta que pudieron aseguran que se habían marchado, luego de eso, Flowery se levantó de su asiento y caminó hasta ponerse frente a su hermana quien también se levantó de su asiento.
—¡ERES UNA ESTÚPIDA!  —Flowery le dio una bofetada a su hermana quien no reaccionó —¡¿Cómo te atreves a venir con ellos?! ¡Sabes que los odiamos!
—¡Ya habló “Doña Perfección”! ¡Aquella que jamás se equivoca, aquella que es perfecta ante la vista de todos y que siempre tiene la razón.
—¡¿Qué diablos te ocurre?! ¡No eres mi hermana!
—¡Claro que lo soy! Pero te duele que ya no sea la misma idiota de siempre a la que puedes tratar como se te dé en gana.
—¿Qué te hicieron? —Preguntó Teru.
—Amor…  mantén silencio y te recompensaré bien más tarde —Le guiñó el ojo y le dedicó una sonrisa lujuriosa, evidentemente el joven se ruborizó. —En cuanto a ti —se volvió a dirigir a su hermana —¡Y a todos! Les quiero advertir que la niña estúpida de antes se ha ido… de ahora en adelante viviré mi nueva condición como quiera, no seguiré reglas, no más órdenes, no más idea estúpida de acabar con Kaya… a esa zorra la única que le hará la vida imposible seré yo…
Todos se quedaron pensando ¿habló de atormentar a Kaya? ¿Ella quien estaba muy cercana a ella?
—¿No creen que matarla sería más un beneficio que un castigo? Nada mejor que hacerle miserable su eternidad. Pero nada de cuentos absurdos de ocultarme como soy, soy un vampiro y viviré como tal, no tengo intención alguna de esconderme.
—¡ESTÁS LOCA! —Gritó Flowery. —¡Tú…! ¡Me largo a mi habitación! ¡Estás insoportable!
—Como quieras… yo voy a salir, aún hay noche por delante. He estado muy alejada de la vida durante esta semana.
—¿Qué pasó durante esa semana? —Preguntó de pronto Hizaki, armándose de valor pues la Vamaranth que tenía frente a ella le infundía cierto temor.
—Pues… digamos que me fui a un retiro, Kaya me encontró, me dijo que ya no quería dañar a nadie, que sólo se sentía muy sola, le ofrecí mi compañía y somos amiguísimas.
—¿Pero acabas de decir que quieres hacerla sufrir? —Nadie entendía nada.
—Lo sé, tampoco soy idiota como para olvidar todo lo que hizo, pero debe de aprender que las maldades se cobran caro ¿no lo creen? —Vamaranth realizó una risa algo macabra, no había ocultado sus afilados caninos mientras destellaban sus ojos ahora dorados. —Iré a cambiarme, odio los vestidos largos, saben que mi relación con la moda es terrible. —Se marchó en dirección a su cuarto.
Permanecieron en silencio, sabían que ella si se lo proponía podía escuchar lo que quisiera, e incluso escuchar a Charlotte susurrar un hechizo de silencio y peor con sus conocimientos de latín y había algo muy extraño en Vamaranth, era ella, lo sabían pero su personalidad era diferente. Breves minutos después, la vampira regresó usando sus ya típicos pantalones entallados, se dirigió a donde estaban todos y miró fijamente a Teru.
—¿Vienes amor?
—Estoy algo cansado, no olvides que soy solo un humano y no puedo seguirte el paso como esperas. —Le respondió sin ánimo, con una apariencia ausente.
—¡Pues te lo pierdes! Me divertiré mucho — Lo miró y sonrió —Tal vez te vaya a buscar a tu casa mañana… realmente te deseo. —Lo dijo mientras se mordía los labios, se acercó y lo besó, Teru no aceptó de buena gana ese beso.
Ella se marchó; dejaron que pasara unos minutos para asegurar que estuviera lo suficientemente lejos para poder conversar sobre el asombro que todos sentían al ver a Vamaranth tan cambiada. ¿Qué le había hecho Kaya? ¿Y si todo era un plan de ella para infiltrarse en su grupo y combatirla? Todas esas preguntas saltaron en su mente, todos participaban menos Charlotte quien permanecía pensativa; Yuki la notó.
—¿Ocurre algo? Te he visto muy ausente.
—Los ojos… esos ojos… ese color… —Mencionó murmurando.
—¿Sabes algo al respecto? —Preguntó Jasmine acercándose a la hechicera.
—Según tengo entendido –Charlotte suspiró —El dorado es el color de ojos de los ángeles y los demonios, ambas razas presentan ese deslumbrante tono y la única diferencia es la actitud de la mirada, que puede ser benevolente o maligna; bueno, en caso de los demonios solo aplica a los antropomorfos o a los que pueden cambiar su forma a una humana.
—¿Los demonios no tienen forma humana? —Jasmine se mostraba muy interesada en el tema.
—No todos, la gran mayoría tiene formas repulsivas, muy pocos tienen forma humana, lo raro es que quienes la presentan, o son muy poderosos o son unos marginales. Muchos al poseer forma humana tienen que adquirir poder o de otra forma son “discriminados” porque son llamados débiles —Suspiró —Bueno, es lo poco que sé pero parece que hay un demonio detrás del cambio de Vamaranth.
—¡¿EN VERDAD?! —Todos parecieron sorprendidos por tal afirmación.
—Necesitaría buscar más. Por lo general se necesita un gran poder para abrir un portal del infierno e invocar a un demonio y sobre todo, hacer que entre al cuerpo de una persona más, ella como vampiro es más sencillo lograr lo último pero si esto es obra de Kaya, ella seguro está en unión con un  hechicero muy poderoso.
—¿Puedes hacer algo para revertir ese estado? —Flowery parecía preocupada.
—No, soy aún inexperta; el mundo de la magia es muy exigente. Conozco a alguien, pero esa persona se la vive de viaje por el mundo, no tengo forma de dar con él.
—¿Ni usando magia?
—Ni así porque a él no le gusta que lo localicen todo el tiempo. Le escribiré una carta a su casa de Nueva York. Llegaría el mismo día pero son raros los días en los que se le ve por allá. Le imploraré que si está en posibilidad que venga cuanto antes. De cualquier forma, revisaré todos mis libros para saber qué más podemos hacer.
—Y ella… ¿está en riesgo si no hacemos algo antes?
—En más riesgo estamos nosotros que ella. —Advirtió Charlotte muy severa. —Puede ser muy peligrosa en ese estado, hay que procurar mantenerle un límite sin hacerla enfadar demasiado, y siempre que alguien esté con ella, tener un arma o no estar solos. Si le herimos, podemos escapar y ella sanará por su poder de vampiro; pero de preferencia hay que evitar altercados.
—¡MALDITA SEA KAYA! —Gritó de pronto Teru. —¡Siempre tiene que arruinarnos la vida! ¡¿Hasta cuándo?! ¿Por qué no puede dejarnos ser feliz? —Amargas lágrimas rodaban de sus mejillas.
—¡Teru! —Hizaki corrió a abrazar a su primo.
—¿Por qué no puedo hacer nada por ella? ¡¿Por qué?!
—Si Kaya pretende algo con ella es por mi culpa —Mencionó Flowery, quien regresó después de ver a su hermana marcharse —Todo es mi culpa y ella sólo está pagando por lo que yo hice
—Eso no es cierto… Flow… —Kamijo le acarició la mejilla a su prometida —Encontraremos la forma de ayudarla.
La noche estaba en su apogeo, en Soile había una sólida vida nocturna de perdición con tabernas y lugares de mala muerte ocultos en el día, pero a flote durante la noche; prostitutas y hombres ebrios inundaban el lugar en medio de casuchas de gente marginada; Vamaranth caminaba entre ese lugar decadente, olfateando el aroma de la sangre mezclada con alcohol. Sangre… el aroma la perturbaba, deseaba obtenerla y los deprimentes hombres sumergidos en la bebida y las mujeres que vendían su cuerpo le daban asco.
—No voy a beber de esta clase de gente, es como hundirme a su mismo nivel. ¡Qué asco me producen! —Decía para sí misma.
Un hombre de la mediana edad se acercó a ella tambaleándose debido a su estado cuando caminaba por un callejón, ella lo miró con desdén pero no se movió, definitivamente iba hacia ella y le sonría de una forma repugnante.
—¡Vaya! Una agradable señorita en este paraje… ¡Qué sorpresa! —El hombre tartamudeaba pero se iba acercando a ella. —¿Por qué tan solita? —Tocó el cabello de la chica acariciándola. —Miren nada más, la nena ni se mueve.
Vamaranth permanecía sin moverse mientras aquel tipo la miraba de una forma desagradable; ella en un grácil movimiento subió su manga derecha para descubrir si antebrazo, el sujeto lo tomó como una provocación por lo que le besó el cuello, ella permaneció como una figura de yeso, él empezó a tocar su cuerpo, ella sonrió pero había desprecio en su mirada, el hombre dio un grito de dolor a la vez que empezó a chorrear sangre, ella separó su mano de su víctima para que cayera, Vamaranth miró su mano que contenía un corazón empapado en sangre fresca. Botó el órgano al lado del cadáver que había dejado, se horrorizó al pensar que podía beber de aquel. Caminó hasta que encontró un balde de agua y aprovechó para lavarse su mano. Era la primera vez que asesinaba a alguien… y se sentía estupenda.
Miró el cadáver de su primera víctima, sonrió de nuevo y se marchó de aquel lugar. Encontró a una joven que parecía perdida, era ligeramente más alta que ella y su hermoso cabello rubio caía en cuidadosos tirabuzones en sus hombros, por su vestido, era de una posición social muy acomodada pero en sus delicados ojos azules se apreciaba el terror. Vamaranth fue hacia ella.
—Buenas noches señorita, parece perdida ¿puedo ayudarla en algo? —Preguntó la vampiresa.
—Buenas noches. —La chica miraba con dificultad. —Mi cochero se ha perdido, dijo que iba a atender sus necesidades, claramente le dije que no bebiera agua antes del viaje pero no hace caso. Pero ya ha tardado más de dos horas así que tuve que salir a pedir ayuda.
—¿A dónde se dirige?
—Voy a la aldea Philian, mi prometido vive en dicha aldea e iba de visita.
—Así que su prometido es un Philian…
—Así es ¿sabe cómo llegar hasta allá?
—¡Claro! Mi prometido es un Philian también. —Mencionó Vamaranth muy orgullosa.
—¿Y cómo se llama su novio? —La chica estaba muy curiosa —Digo… si no es una impertinencia de mi parte….
—No, no lo es. Él es Teru Herondale —Digo con aún más orgullo.
—¡¿El pintor guapo?! —Preguntó sorprendida la rubia.
—Veo que lo conoces… —Dijo con cierto tono de molestia que por suerte, su compañera no notó —Y vaya que lo conoces bien, sí… es pintor… y obvio que es guapo.
—Disculpa mi atrevimiento, pero tuve la oportunidad de verlo hace tres años y medio en una galería de arte, me llamaron mucho sus obras así que pedí conocerlo. Al ser mi papá muy importante, logré tener una conversación con él, era realmente apuesto y caballeroso. El sueño de toda mujer… y perdón si te molesta pero incluso lo invité a salir…
—¿Y aceptó? —Quiso saber más sobre la aventurilla amoroso de aquella chica con Teru.
—Al principio dudó pero le rogué. Salimos un par de veces después pero al final me dijo que yo no era su tipo. La verdad fue un golpe muy fuerte y no pude evitar llorar y fue cuando el otro caballero Philian se acercó para limpiar mis lágrimas y nos enamoramos. —Suspiró mientras miraba al cielo —Eres realmente afortunada.
—Ya lo creo; pero vamos para que llegues cuanto antes.
—¡De acuerdo!
Caminaron a través del bosque, Vamaranth le dijo que era un atajo pues si iban por la vereda iban a tardar alrededor de tres horas o quizá más pero que por el bosque era a lo mucho una hora a pie; la señorita que la acompañaba dudó un instante pues la oscuridad le aterraba, pero Vamaranth le tomó de la mano.
—Tú mano es muy fría.
—Siempre he sido fría. —La vampiresa sonrió.
Caminaron durante un buen rato, el bosque se hacía cada vez más interminable y la señorita con sus elegantes zapatillas ya no podía caminar. Vamaranth hizo que ella se sentara bajo un árbol para que descansara. La chica empezaba a sentir frío y se cubría con sus brazos; la vampiresa se acercó a ella y la abrazó lo que a la otra la tomó de sorpresa  pero se quedó inmóvil; empezó a oler la tibia sangre que corría por el cuerpo de la dama perdida, empezó a sentir un éxtasis inimaginable, sus colmillos empezaron a salir, no lo soportaba, además que pronto amanecería y debería de beber de una buena vez. Le retiró el cabello dorado del cuello, miró directamente a los ojos a su presa quien quedó bajo la hipnosis de la vampiresa, entonces, Vamaranth dirigió sus labios hacia el frágil cuello de la dama y clavó sus afilados dientes en la piel de ella, empezó a succionar el elixir maldito, el sabor salado de la sangre fresca y tibia le era delicioso, no podía detenerse de beber mientras la mejillas rosadas de su fuente de alimento iban palideciendo, su cuerpo de iba debilitando y los latidos de su corazón iban disminuyendo. Bebió y bebió hasta que llegó a la última gota, en la que el cadáver cayó totalmente sobre el pasto desvaneciéndose. Entonces, alguien más estaba en el lugar.
—Veo que has disfrutado de tu primera cacería “real” —Decía Kaya.
—¡Oh! Así que me has visto… ¿qué tal lo hice?
—Estupendamente querida, ahora, has bebido hasta secarla, recuerda retirar la cabeza si no quieres un ghoul.
—Podría tener un juguete.
—No es conveniente  en este momento. Vamos… retira la cabeza.
—Es una pena que una chica tan hermosa haya perecido por mí —Sonrió de una forma diabólica.
—Para eso están los humanos querida… nos deben de alimentar. —Kaya parecía satisfecha con la forma de actuar de Vamaranth.
La vampiresa menor tomó la cabeza de su víctima y la arrancó de tajo. Kaya le ayudó a enterrar el cadáver; Vamaranth se le ocurrió hablar de la otra víctima que había dejado en el callejón son corazón.
—¿Lo dejaste sin más en la calle? —Preguntó Kaya.
—Obvio, era un tipo asqueroso; le saqué el corazón…
—Vaya… hace tiempo que no hago eso… y… ¿qué hiciste con el corazón?
—Lo aventé, quise comerlo pero el tipo era asqueroso y pensé que podía vomitar.
—¡Estupendo! Vaya que superas mis expectativas, aunque al menos debiste de esconder el cadáver.
—Nadie me vio hacerlo, no hay forma que me culpen y más porque sólo saqué el corazón, dejé toda su sangre así que de ninguna forma se le puede atribuir a un vampiro, si yo fuera la autoridad se lo atribuiría a una persona común y corriente con alguna clase de enfermedad mental. Era realmente asqueroso, no podía dejarlo vivir más tiempo.
—Te entiendo pero hay que ser cuidadosos…
—¿Cuidadosos? ¡¿Para qué?! ¡Qué nos teman porque somos superiores!
—¡Pero no es el momento!
—¡¿Entonces cuándo lo será?!  Sé lo que quieres, quieres poder y al prometido de mi hermana. Así que no entiendo por qué esperar…
—Sé lo que tengo que hacer, aún eres una niña y aún me necesitas. Anda, ve a casa para que me tengas mejor informada.
—Yo sólo digo que estás perdiendo el tiempo… —Vamaranth se marchó a casa, el amanecer estaba llegando y se dio prisa antes que el sol saliera completamente.
Teru no había dormido, había ido al castillo de Kamijo a buscar en sus libros si había alguno sobre demonios pero sólo había encontrado ficción. Había decidido en ayudar a su prometida antes que se metiera en problemas por su nueva personalidad arrogante y si había que matar a un demonio, él mismo se encargaría de hacerlo con tal que ella quedara liberada y volviera a ser la de antes.
Lo que Teru no sabía era que Helena y Masashi habían ido esa misma mañana a donde se encontraba James Carstairs pues sabían que él era un cazador de demonios con un dominio mayor del tema. Tocaron y nadie abrió, recordaron que Jem trabajaba para el embajador de China por lo que preguntaron dónde se encontraba la embajada pero no se dirigieron hasta allá, prefirieron esperar a los alrededores porque pensaban que hablar en la privacidad de la casa de Jem era lo mejor. El chico tardó menos de lo que pensaban, vieron una hermosa cabellera plateada doblar en la esquina caminando sin apoyarse en su bastón que solamente lo traía jugando entre sus manos, apenas se acercó notaron que en la parte superior del bastón, la plata estaba tallada en forma de una cabeza de dragón chino; él los saludó y al notar su aspecto preocupado les preguntó si podía servirles de algo, ellos asintieron así que él los hizo pasar a su casa. Ni Helena ni Masashi quisieron tomar asiento pero Jem sí lo hizo.
—¿Qué les trae por aquí? ¿En qué puedo servirles? —Preguntó Jem muy tranquilo.
—Lamentamos molestarte —Habló Masashi —Pero tenemos un problema… —Suspiró —Se trata de Vamaranth.
—¡¿Qué ocurre con ella?! —Jem se levantó alarmado —¡¿Está bien?! ¡¿La encontraron?!
—No sé cómo decirte —El ex Thanatosian parecía muy confundido —Ella físicamente está bien, está “viva” si es que eso es estar viva dado su condición pero ayer llegó al fin pero se comportaba de una forma muy extraña. Era hasta cierto punto arrogante e indiferente a nosotros. Además que sus ojos se tornaron de cloro dorado.
—¡¿Dorado?! No… por el ángel… no… espero que no sea lo que pienso…
—¿Demonios?
—¿Cómo lo sabes?
—Charlotte, la bruja que es amiga de la familia Olsson nos lo advirtió.
—Temo que así es… por el color de sus ojos y ligado a su cambio de actitud fue usada para un ritual de posesión…
—Venimos a ti para implorarte que nos ayudes —Habló Helena —Tú eres un cazador de demonios y sabes qué hacer…
—Lo siento, pero nosotros nos enfrentamos a demonios libres, sólo un brujo muy pero muy poderoso podrá hacerse frente para no dañar al receptor que en este caso en Vamaranth… —Jem se llevó una mano a su cabeza, evidentemente estaba frustrado —¡MALDICIÓN! ¡¿Por qué a ella?! ¡¿Por qué Raziel?! —Bajó su voz a casi un murmullo —A mí si quieres Raziel, pero a ella no…
—Kaya está detrás de todo esto… —Añadió el alto joven de cabello azabache y ojos rojizos. —Vamaranth llegó con ella y con los otros dos vampiros de la misma calaña.

—No sé qué hacer… tengo que verla, ver con mis propios ojos cómo fue afectada y avisar al instituto más cercano… debo hacer algo, debo protegerla. —Jem se veía muy decidido.