Bien... espero comentarios con lo malo, lo bueno, lo regular, lo random (????)
Teru lucía bastante infantil con su cabello revuelto, y el
color plateado le daba un encanto que muchos quisieran a pesar de tener unas
marcadas ojeras a causa del insomnio que a veces lo atacaba. Saludo a Flowery cálidamente
y se sentó frente a ella tomando un snack de los que Martha había llevado.
-¿Qué sorpresa verte aquí?
-Vine a hablar contigo. Necesito que me ayudes si Kaya
tiene influencias en Vami.
-De acuerdo. ¿Cuál es tu plan?
-Alexander...
-¡¿Pero eso puede ser muy peligroso?! Ese tipo está
realmente obsesionado contigo, te estás poniendo en riesgo.
-Lo sé, por esta razón pido que me ayudes. No quiero que
ese tipo siquiera me toque. -El rostro de Flowery mostró tristeza y dolor al
recordar lo que Alexander le había hecho. -Sé que también te pongo en riesgo
pero eres el único en quien confió para esto.
-No tienes que preocuparte. Yo te protegeré. ¿Tienes una
idea ya definida de cómo lo vas a hacer?
-Aún no.
-Pues pensemos un rato.
Estuvieron repasando formas para que Flowery lograse
acercarse a Alex y obtener información pero en todas había grandes riesgos para
ambos. La mañana pasó y no lograban nada. Sólo escuchaban el timbre sonar cada
hora y veían ir a Martha a toda prisa para correr a Scarlet. La tarde llegaba y
no tenían respuesta a todas sus interrogantes. Seguían hablando de Alexander y
Flowery no pudo evitar soltar lágrimas al recordar lo que había sufrido.
-¿Sucede algo? -Preguntó Teru consternado.
-No te preocupes. -Respondió ella poco convencida.
-Lo siento pero noto tristeza y coraje en tu semblante.
-Es que... no puedo decirlo. Podrías decirle a Kamijo y
esto podría terminar mal.
-No diré nada si no lo deseas pero no me gusta verte
triste. Puedes confiar en mí.
-No sé cómo decirte... -hizo una pausa en lo que limpiaba
sus lágrimas, Teru le extendió un pañuelo blanco con diseños bordados en color
plata. -Hace no mucho tiempo... Alexander... me violó.
Hubo un silencio sepulcral, Teru estaba incrédulo ante tal
declaración y Flowery no quería decir más sobre el asunto.
-¡Es un maldito! ¡¿Cómo diablos se atrevió?! - Teru se
había alterado demasiado. -¡Es que si Kamijo se enterara...!
-¡Prometiste no decirle! No quiero que se entere porque sé
que podrían pelearse y él podría salir herido, si no es que muerto...
-No dudes de las habilidades de Kamijo.
-Y no lo hago, pero tampoco dudo de las trampas y mañas que
Alexander pueda usar en su contra.
-Si no es Kamijo, seré yo quien le dé su merecido.
-¡No! Si algo te pasa, mi hermana me odiará.
-¡Pero él debe de pagar lo que te hizo! No puede ir
tranquilo de la vida.
-Lo sé, pero no quiero que lastimen a las personas que más
quiero.
-¿Lo sabe Vamaranth? -Flowery asintió -¿Qué dijo?
-Ella fue quien evitó que ese maldito siguiera abusando de
mí. Llegó y me lo arrebató de encima, el muy cobarde huyó. -Flowery lloraba.
Teru se acercó a ella y la abrazó, sin percatarse que
Scarlet, cansada de sus desplantes, había conseguido burlar a Martha para
entrar y buscarlo.
-¡Así que ahora tengo que soportar que andes con la
hermana! -Dijo Scarlet furiosa.
-¡¿Qué demonios haces aquí?! -Preguntó furioso el
peliplata.
-Pues solo quería verte pero veo que te gustan las de la
misma familia.
-Estás diciendo estupideces, y en primera, no debes de
entrar así a mi casa.
-Bien puedo decirle a Vamaranth que estuviste a solas en tu
casa con su hermana.
-No hicimos nada malo. Ella es sólo una amiga.
-Una amiga a la que abrazas con tanto cariño ¡no te va a
creer!
-¿Crees que te va a hacer caso?
-Quizá no pero mínimo le siembro la duda.
-¡Estás loca!
-Mi hermana te detesta, jamás te creería. -Flowery había
aprovechado la discusión para limpiarse las lágrimas.
-Ahora que lo pienso, hace tiempo que no la veo... ¿Será
porque la cambiaste por ésta? ¿Qué no se supone que andas con Kamijo?
-Será mejor que te vayas, dices cosas que no son. -Le
indicó Teru.
-Pues me voy pero le diré a Vamaranth. Sólo recuerda que yo
toda mi vida te he amado y siempre lo haré aunque pases de mujer en mujer.
Siempre te voy a querer.
Scarlet se fue hecha una furia, Martha quien estaba
escondida muy apenada por su error fue tras ella para cerrar cuando se
marchara. Teru ofreció disculpas a Flowery por el comportamiento de Scarlet.
-No te preocupes, mi hermana no le creerá ni un pepino a
esa chica loca. -Teru sonrió.
-Si Scarlet consigue hablar con ella la odiaré, pero no por
lo que le diga, sino porque conseguirá parte de su tiempo que está cotizando
tanto.
-Tienes razón... será mejor que me vaya, no vaya a venir de
nuevo y le puede hacer daño tanto coraje. Luego vendré a verte por si alguno
tiene una idea.
-De acuerdo. Hoy se supone que la veo, si no es que ya
Kamijo decidió empezar a entrenarla sólo a ella a partir de esta noche.
-Ya le dije que si sabe algo me lo mencione, ojalá no,
porque sé que es cuando la puedes ver y si se cambia, ya no será posible.
Al salir, Flowery notó que traía el pañuelo de Teru, se lo
iba a devolver pero al verlo empapado en lágrimas decidió llevárselo para
lavarlo.
En las praderas de la aldea Thanatosian, Yuki y Charlotte
realizaban un picnic, la chica se mostraba muy feliz en compañía de Yuki,
empezaba a creer que él estaba sintiendo algo por ella pues en varias ocasiones
la había abrazado y mantenido muy cerca de él, escuchando incluso los corazones
de ambos a la vez. Y en parte era cierto y en otra no, él aún sentía algo por
Vamaranth pero sabía que no tenía
ninguna oportunidad con ella así que había decidido intentar querer a
Charlotte, lo estaba logrando pero aún era muy pronto para decir que ella era
la mujer de su vida.
Masashi seguía su vida con Helena, estaban entablando
amistades con grandes productores de vino que podían surtir la tienda de
Masashi, él tenía un gusto exquisito en vinos y quesos por lo que la gente ya
lo empezaba a reconocer por ello, incluso pequeños productores artesanales le
llamaban para que probara sus bebidas y les diera consejos. Con esto obtenía lo
suficiente para mantenerse cómodamente y sacar extra para su tienda. Él y
Helena planeaban salir de viaje una vez que el peligro de Kaya desapareciera, y
después del viaje, buscar tener un hijo. Eran el matrimonio perfecto ante la
mirada aprobatoria de los vecinos aunque muchas parejas envidiaban tal
felicidad.
Alexander y Sinéad hablaban de las decisiones que había
tomado Kaya en los últimos días pues no comprendían qué es lo que buscaba en
Vamaranth ya que ambos la consideraban una vampira inferior a pesar de ser
creada por una de las vampiresas más antiguas que conocían. No entendían la
verdadera razón que hubiese orillado a hacerlo.
-Si lo que quería era dañar a Flowery haciendo su vida
miserable, simplemente hubiera matado a su hermana ¿pero convertirla? Ese es el
punto que no entiendo. –Expresaba Sinéad con cierto rencor en sus palabras.
-Lo sé, ahora pasa gran tiempo con ella e incluso siento
que se ha olvidado de su propósito de quitar a Kamijo de la vida de Flowery.
¡Sigo esperando que haga algo! Si no lo hace, seré yo quien acabe con Kamijo y
me iré lejos de ella con Flow.
-Pues yo espero que Kaya tome a Hizaki para alejarla de
Zin. ¡Ellos ya son pareja formalmente! ¡Estuve dispuesta a cambiar por él pero
jamás lo valoró! ¡Odio a Hizaki! ¡Odio a Vamaranth!
-¿Qué? ¿Ella tuvo algo que ver con Zin?
-No, pero intenté seducir a Teru y a Yuki y ambos la aman
¡esos hermosos hombres aman a esa insignificante chica! Ella es una hormiga al
lado mío.
-Tu vanidad va a ser tu perdición querida Sinéad… sé que ella aún luce como una niña y tú
tienes un cuerpo envidiable que todo hombre desearía, pero tienen la mala
suerte que los tres quienes te interesan buscan a otra. Hizaki, por ejemplo, es
una dama hermosa, de ella sí tienes que envidiarle.
-¡Cállate! ¡Ella me quitó a mi Zin! De los otros puedo
prescindir pero no de él. Él es diferente, él es todo lo que quiero y se lo voy
a quitar a Hizaki así tenga de deshacerme de ella.
-Pero si tú te deshaces de ella, Zin hará lo mismo contigo,
¿no lo crees? Te odiaría por quitarle a la mujer que ama con todo su corazón.
-Eres un idiota.
Tarja habló con la menor de sus hijas respecto a la visita
del embajador de China, le dejó claro que no debía estar presente pero que si
quería podía pasar la noche en casa de Teru, Vamaranth se sorprendió al
escuchar lo que le proponía su propia madre; no pudo evitar sonreír pero Kaya
quería que estuviera en la reunión y si no la obedecía podría tomar represalias
con ella o peor, con Flowery o Teru, o ambos; y eso la preocupaba. Prefería
hacer enfadar un poco a su madre antes que alguien salga lastimado. Cuando su
madre salió de su habitación, ella buscó en el armario una gran caja con un
vestido azul oscuro, era sobrio y elegante, bien podría usarlo. Buscó unas
zapatillas a juego y un tocado sencillo. Decidió colocarse un collar de perlas
para resaltar con la oscuridad de su atuendo. Encontró unos guantes de encaje
en la misma caja donde sacó el vestido. Escuchaba completamente los sonidos de la
cocina donde preparaban el banquete, de su familia quienes se alistaban. Ella
se prepararía cuando las visitas llegaran, por lo que sabía, Kamijo iba a ir
pues iba a ser presentado con el embajador como el futuro esposo de Flowery.
Vamaranth salió para ir a su dormitorio matutino y que
pensaran que ya se había marchado, pero en el camino sintió que alguien la
observaba, miró a su alrededor pero no
veía nada, sin embargo, sabía de cierta forma quien era, y sí, a lo lejos de
una de las ventanas se veía la silueta de una mujer que sólo gracias a su gran
capacidad de visión reconoció que se trataba de Kaya, definitivamente no había
escapatoria, Kaya no podía entrar al Palacio por el hechizo de Charlotte pero
no le impedía observar desde afuera, y sólo Dios sabe, escuchar lo que pasa. Esperó
un tiempo hasta que su familia estuviera lista, se lavó la cara y se vistió. Trató
de peinarse de manera “decente” pero al no poder, simplemente acomodó su
cabello con la peineta, puso un poco de rubor en sus mejillas sin color y bebió
de la poción que Charlotte le había otorgado para disimular el color de sus
ojos de vampiros. El embajador estaba
llegando y podía escucharlo, por lo que
salió de su escondite y se ocultó en una de las habitaciones cerca de la
recepción, ella no quería hacerlo pero Kaya no le dejaba otra opción pues de
nueva cuenta sintió una mirada en ella.
Tarja esperaba impaciente, llagaron dos carruajes muy
elegantes, seguro uno era del embajador y su esposa y el otro de su personal.
Kamijo había llegado apenas un par de minutos antes y ahora esperaba del brazo
de su prometida Flowery. El conde esperaba al lado de la puerta, Tuomas y
Anette permanecían a un lado pues al igual que a Vamaranth, aquello no era un
evento que les entusiasmara. El embajador estaba vestido a la usanza occidental,
era un hombre mayor con algunas canas; sin embargo, su esposa era por lo mucho,
un par de años mayor que Flowery; envuelta en un atrevido vestido con una
pronunciado escote y un color rojo sangre. Su labial era a tono y tenía mirada
arrogante.
-Mucho gusto embajador Cheng, nos honra con su visita.
-¡Gracias a usted conde de Soile! Es un gran detalle ser recibido
por usted y su encantadora familia. Le presento a mi esposa Mei.
-Mucho gusto señora. –Respondió en conde. –Permítanme presentarles
a mi familia. Esta hermosa mujer es mi hija Tarja, y él es Tuomas, su esposo.
Anette, la hermana de Tuomas. Y esta belleza es mi nieta Flowery quien está
comprometida con este caballero, Kamijo.
Mei miró fijamente a Kamijo, sorprendida por su elegante
porte.
-¡Maravillosa familia! –Indicó el embajador –Pero señor conde,
tenía entendido que usted tenía dos nietas ¿y la otra?
-Fue a un viaje y no ha regresado, lamento mucho que no
esté aquí –Indicó Tarja.
-Es una pena, me hubiese encantado conocerla.
-Ninguna pena… estoy presente. –Vamaranth los miraba desde
arriba de las escaleras del recibidor. Nadie podía creer que estuviera allí.
Ella sonó segura de sí misma pese a que ella sentía que sus piernas temblaban y
con ello su voz.
-¿Y su viaje? –Preguntó el embajador.
-¡Oh! Disculpe a mi madre, pero llegué esta mañana para
darle una sorpresa a mi familia, pero la sorprendida he sido yo ante tan
importante visita. –Bajó las escaleras con miedo a tropezar con su vestido pero
todo resultó bien, se acercó al embajador y le extendió la mano haciendo una
delicada reverencia.
-¡Perfecto! Toda la familia completa mi conde. –Expresó Cheng.
–Muy hermosa hija, muy hermosas nietas.
Mei miraba disimuladamente a Kamijo y Vamaranth lo notó,
así que la interrumpió saludándola cortésmente pero mirándola de una forma un
tanto agresiva a lo que Mei se comportó más arrogante.
-Señora Cheng –Mencionó la vampira con una sonrisa –Veo que
le agradó mi querido cuñado.
-¡Oh! La rosa en su traje es muy bella, eso es lo que
miraba.
-Oh, entiendo. –Dijo Vamaranth en tono sarcástico.
-Pasemos al comedor de favor. –Sugirió Tarja y todos la
siguieron.
Vamaranth miró de reojo que alguien con el cabello plateado
entraba a su casa… ¿Teru? ¿Qué estaba haciendo allí? Su corazón dio un vuelco o
al menos eso lo sintió pues no estaba segura si aún podía palpitar. Se quedó
atrás pensando en Teru, viendo sin mirar con sus manos en el pecho, iba a ir
por él cuando se dio cuenta que nos e trataba de él; en efecto, el cabello y la
forma de peinarse eran muy similares al igual que su altura y la forma rasgada
de los ojos, pero el hombre que estaba frente a ella tenía delicados ojos
grises brillantes y era ligeramente más corpulento, como con más consistencia
en sus músculos, pero no mucho, ella se mostró desilusionada al no ver a Teru
pero de repente notó que aquel chico le sonreía. “¿Será a mí a quien le dedica
esa sonrisa?” pensó Vami. Él se acercó a ella y la saludo de una forma muy
elegante, ella respondió.
-Usted debe ser de la familia del conde. –Dijo aquel chico
con voz armoniosa.
-Soy su nieta. ¿Quién es usted? –Preguntó orgullosa
tratando de disimular lo mucho que ese joven le había impactado.
-James Carstairs. Un placer, trabajo para el embajador
Cheng.
-Vamaranth Olsson.
-Peculiar nombre. –Ella no respondió. –Espero no ser
atrevido por hablar con usted.
-Me da igual.
-Noté que usted me miraba.
-Se parece mucho a una persona que conozco. –Dio fríamente.
-Ya veo. –Él la miró al rostro. –Su rubor tiene un tono
perfecto, al igual que el color de sus ojos.
-Mis ojos son bastantes comunes, los de usted son… lucen
mejor. –No quiso decir que eran “lindos”
-Se sorprendería que este no es mi color de ojos.
-¡Es imposible cambiar de color de ojos!
-No lo es y usted lo sabe perfectamente, señorita Olsson.
Carstairs pasó a su lado para ir con el embajador, ella
permaneció confundida por lo último que le había dicho aquel misterioso chico,
posiblemente lo había dicho por no dejar, él no podía conocer su secreto con solo
verla, lucía perfectamente humana o al menos era lo que ella creería. Tenía que
hablar con su tía cuando todos se marcharan, no le importaba dejar de leer
sobre la historia de Inglaterra, esto era más importante. ¿Kaya habrá
escuchada? ¿Podría saber quién era él? Era humano, de eso estaba completamente
segura. Vamaranth fue al comedor pero antes de entrar a la habitación encontró
a su hermana.
-¡Tú lo notaste antes! –le dijo Flowery.
-¿A qué te refieres?
-¡La tal Mei le está coqueteando a Kami! ¡No la tolero!
-Pues noté como lo miraba…
-Sí, tu comentario lo dijo todo. Tú te diste cuenta.
-¿Qué hizo ella?
-Había una silla al lado de Kamijo así que ella dijo que su
silla se movía, hecho que no es cierto, pero como mamá quiere quedar bien, le
iba a cambiar de silla y la perra sugirió cambiarse al lado de Kamijo. ¡No
entiendo como el embajador no se da cuenta!
-No quiere darse cuenta, es muy inseguro. Y apuesto a que
Kamijo no en cuenta, así que no debes de preocuparte.
-Lo sé, pero aun así, ella es tan… hermosa.
-Zorra… no es hermosa, es zorra; los escotes, vestidos
entallados hasta perder el aliento mientras el busto sobresale y harina en el
maquillaje con labios carmín es de zorras. Vamos. Debes de defender lo que te
pertenece.
James ya estaba sentado al lado del embajador, en el lugar
que Mei había dejado vacío por irse al lado de Kamijo. Vamaranth ocupó el
asiento próximo a Anette. El conde hablaba con el embajador mientras, Mei
miraba a Kamijo mientras se bajaba aún más el escote, decía muchas tonterías
con tal de hablar con él, mientras él apenas si le contestaba con monosílabos.
-Señora Cheng. –Habló Vam –Veo que ha comprobado lo
divertido que es mi cuñado; realmente es un gusto que un hombre tan gentil esté
perdidamente enamorado de mi hermana ¿no lo cree así?
-Ya lo creo. –Le respondió con una mueca de disgusto en su
rostro.
-Más bien yo me siento honrado que ella me ame. –Mencionó Kamijo
tomando la mano de su prometida. –Sin agraviar a las aquí presentes, ella es la
mujer más hermosa para mí. No podría mirar a nadie más aun cuando ella se
encuentre ausente.
-Muchas gracias Kamijo, sé que no tienen interés en ninguna
mujer y menos en las “fáciles”. –Respondió Flow.
-Las mujeres que describes no tienen amor propio. No me
interesan de ninguna manera –Le respondió Kamijo.
Tarja sólo miraba al embajador y al no ver reacción en su
rostro se quedó más tranquila pues suponía hacia dónde iban todos esos
comentarios.
-Perdón la interrupción. –Habló James. -¿La otra señorita
Olsson está comprometida igual?
-¡Claro! –Respondió Vamaranth mostrando su anillo que
lucía. –Felizmente comprometida con la persona que amo.
-Me alegra que así sea, no es por ofender pero últimamente
los compromisos se hacen más por conveniencia.
-Cómo verá joven Carstairs, soy una persona muy afortunada.
-¡Carstairs! –Dijo en embajador -¿Está usted interesado en
la pequeña Olsson? Me sorprende, usted jamás se había mostrado interesado en
una mujer.
-No embajador, sólo tuve curiosidad pues el anillo que
porta no es común para los compromisos.
-Es porque mi prometido no es igual que los demás, él es
especial.
-Ya veo. Usted debe de ser afortunada entonces, no creo que
él lo sea. –Dio una risa.
-¡Muy graciosa su broma! –Dijo la chica enojada.
Terminaron de cenar y fueron al salón para tomar un poco de
vino. Kamijo había salido porque iba a buscar donde arrojar el vino y sin que
nadie se diera cuenta, Mei fue tras él.
-Disculpe ¿por qué me sigue? –Preguntó Kamijo al darse
cuenta.
-Es que usted –ella se acercó –me tiene asombrada. –Le dijo
tocándole los brazos con deseo.
-Debería de respetar a su esposo –Le retiró sus manos de
encima. –Como verá, usted no me interesa en lo absoluto.
-Podemos ser discretos, sólo una noche, no pido más.
-Noche que prefiero pasar con mi prometida. No siento deseo
hacia usted; y quizá sea muy cruel de mi parte pero ahora siento desagrado.
-¡Hágame suya de favor! ¡Usted es el hombre más hermoso que
mis ojos hayan visto! Y mi cuerpo lo aclama.
-¡No! Tenga un poco de amor por sí misma de favor.
-¡Ya lo oíste! –Vamaranth llegaba junto a su hermana. –Noté
como venías como perra en celo tras Kamijo y vine.
-¡Eres una insolente! ¡Le diré al embajador!
-Y yo le diré que querías pasar una noche con el prometido
de mi hermana.
-¡Él es mío! ¡Qué te quede perfectamente claro! – Le indicó
Flowery de manera firme.
-Tú no eres nada al lado mío.
-Más bien tú no eres nada a mi lado. ¿No es así cielo? –Flowery
se acercó a Kamijo.
-Cómo negar que mis labios sólo desean rozar tu piel. –Kamijo
la besó.
-¡Pues de lo que te pierdes! El embajador me creerá a mí
porque me ama como a un ciego. –Mencionaba cada vez más indignada, se veía su
yugular palpitar a través de su escote. Kamijo no lo notaba pero Vamaranth sí.
-La haré entrar en razón, vayan al salón. –Indicó Vam para
que Kamijo y Flowery se marcharan.
-¡¿Qué quieres niña tonta?!
-Señora Cheng, le voy a decir algo pero es sólo un secreto.
–Vamaranth se acercó a ella, la sujeto de una mano y puso su rostro cerca del
descubierto cuello de la dama. –Su sangre huele endemoniadamente bien…
-¡¿Qué?! ¡¿Qué quieres?! –Preguntó asustada, las piernas de
Mei temblaban al ver a Vam a los ojos, entre más los veía, más perdía en
control de sí misma, quería gritar pero su boca no respondía, quería liberarse
pero su cuerpo ya no le obedecía.
Vamaranth buscó tocar la yugular con sus fríos dedos.
-No te va a doler… no tanto.
Hundió sus colmillos en aquel frágil cuello, bebía de forma
limpia sin derramar una sola gota, Mei estaba aterrorizada pero no podía huir, aquella
niña era un monstruo que succionaba su sangre, creía que iba a morir pero
Vamaranth paró, limpió sus labios, y con un pañuelo rojo limpió el cuello de su
víctima. Le colocó un adorno en el cuello para ocultar las heridas.
-Con la gente que amo, nadie se mete, le hiciste pasar un
mal momento a mi hermana, y si dices algo ten por seguro que te dejaré completamente
vacía, volverás a la vida en forma de mi sirviente sin pensamientos propios,
supongo que no quieres eso. No digas una sola palabra y vivirás como hasta
ahora. ¿De acuerdo?
Mei asintió.
-¡Bien! El adorno del cuello te lo acabo de regalar porque
creí que te combinaba ¿me entiendes? Volvamos al salón. Aquí nada pasó.
Todo marchó bien durante la noche, hasta Tarja se mostraba
admirada por lo bien que se comportaba Vamaranth pese a su rebeldía de estar en
el momento; tanto que no la regañaría por nada. El embajador se mostró
satisfecho al igual que el conde al marcharse.
-Me voy señorita Olsson. –Mencionó James al despedirse de Vamaranth,
se acercó a su oído y sin que nadie lo supiera le mencionó algo. –he comprobado
que mis sospechas que tuve de usted cuando nos conocimos en el momento de ver
lo que le hizo a la señora Cheng…
Lo último dejó fría a la vampira ¿qué era lo que Carstairs
sabía exactamente?
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